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Por - 25 de Octubre 2017
El uso de herbicidas y tóxicos genera graves daños sobre los organismos que viven en el subsuelo, lo que genera un empobrecimiento de su actividad biológica, está reduciendo su capacidad de producir materia orgánica y lo está tornando cada día menos fértil y productivo.
El uso de herbicidas y tóxicos genera graves daños sobre los organismos que viven en el subsuelo, lo que genera un empobrecimiento de su actividad biológica, está reduciendo su capacidad de producir materia orgánica y lo está tornando cada día menos fértil y productivo. Todo lo anterior está directamente relacionado con la compactación en el sentido que, un suelo mientras más pobre sea de materia orgánica y biocenosis (fauna y flora), será un suelo que se va a compactar mucho más fácilmente. Esto es, porque la materia orgánica en su forma, textura y estructura es lo más parecido que hay a las partículas de limo. La materia orgánica se va acumulando en la superficie del suelo (que es donde la producen y depositan los organismos vivos), y luego se va combinando con las partículas de arena, limo y arcillas de la capa de suelo que hay justo debajo de la materia orgánica. De esta forma se va modificando la forma, textura y estructura de los suelos, y esta modificación es sumamente positiva para la agricultura y la ganadería. (Lea: Recomendaciones para tomar una muestra de suelo) Estas son algunas prácticas que degradan y ayudan a que se compacte el suelo con mayor facilidad. Deforestación Los árboles, arbustos, y también las plantas arvenses e indicadoras (la mayoría de las cuales son consideradas como malezas) tienen un sistema radicular mucho más grueso, abundante y capacitado para penetrar a capas más profundas del suelo. En la medida que estas raíces se desarrollan hacen más poros el suelo, lo que a su vez evita, anula o incluso ayuda a recuperar un suelo de cualquier proceso de compactación. Talar árboles y arbustos, y erradicar las supuestas ‘malezas’ de los potreros, está minimizando la capacidad del suelo de ser enraizado, lo que a su vez se traduce en que este terreno se está tornando vulnerable a la compactación. Lo lamentable es que la mayoría de ganaderías tienen baja densidad (o ninguna) de árboles y arbustos en sus potreros, y casi todas erradican las supuestas malezas. (Lea: Consejos a la hora de elegir un suelo apto para la ganadería) Es un absoluto error deforestar y erradicar plantas nativas, arvenses e indicadoras, de los potreros. A mayor biodiversidad de plantas en el potrero, menor su vulnerabilidad a la compactación, y de paso también contrarrestan la erosión, la lixiviación o lavado de los suelos, etc. De otro lado, los árboles, arbustos y las arvenses e indicadoras, son plantas que producen en su follaje, ramas, flores y frutos, es decir, parte de la materia prima (sustrato) que usarán los organismos vivos del suelo para descomponer, humificar y generar la materia orgánica para el suelo. Con la deforestación y erradicación de las supuestas malezas, los organismos vivos se quedan sin este sustrato, y lógicamente migran hacia otros lugares, o mueren por defecto. A parte de que el potrero sin sombra, no brinda garantías para que se desarrolle una potente biocenosis, ya que el sol es uno de los peores enemigos para la mesofauna y sobre todo la microfauna del suelo. Sin comida o sustrato y sin sombra, los potreros se van quedando sin fauna del suelo, y se compactan más fácil. (Lea: Tipos de suelo y sus posibles correcciones) Incineración No hay que pasar por alto, que el principal insumo para hacer fuego es el oxígeno. Cuando prenden fuego a los potreros (práctica común para deshacerse de la vegetación nativa y establecer praderas con especies mejoradas o más idóneas para nutrir al ganado) se está causando un consumo extremo del oxígeno, no solo tomado de la atmósfera, también absorbe el que está en el suelo (entre las partículas del mismo). Esto causa una contracción de las partículas del terreno, y por esa razón se hacen grietas. Esta contracción es una causa directa de la reducción de la densidad aparente del suelo, o sea, es una forma directa de compactarlo. Arados y químicos Los arados desintegran el suelo, y especialmente, la capa superficial. Recuérdese por ejemplo que uno de los argumentos de los agrónomos convencionales para realizar arados es la de “incorporar la materia orgánica al suelo”. Un terreno vivo (alto potencial de biocenosis natural) es un suelo equilibrado, y por lo tanto, son los organismos vivos los encargados de incorporar la materia orgánica que ellos mismos producen al subsuelo. (Lea: 5 claves para conservar el suelo a propósito de su Día Mundial) Por naturaleza, la materia orgánica se va combinando perfectamente con la siguiente capa del subsuelo, mediante procesos biológicos y físico-químicos. Pero, si el suelo está sin vida, obviamente no hay quien incorpore y ahí es cuando los agrónomos acuden al arado. Esto agrava el problema, porque inhibe el ciclo del gas etileno por ejemplo, aparte de que altera negativamente las condiciones de vida para los organismos vivos, y sobretodo porque es causa directa de erosión. Los químicos (fertilizantes y venenos) degradan el suelo porque lo van dejando sin vida, y una tierra sin vida (estéril) va perdiendo su cobertura vegetal, apareciendo parches que se van erosionando por acción del clima (sol y lluvia) y del viento, entre otras cosas, y a la vez van quedando compactados. Pastoreo Los animales con su pisada compactan el suelo por naturaleza, pero esto se convierte en un problema cuando las prácticas de pastoreo no son correctas. Por ejemplo, cuando se presenta el subpastoreo o sobrepastoreo. Si el ganado pasa más o menos tiempo del que debe en cada potrero, y no se respeta la fisiología de las praderas, el enraizamiento de estas es pobre y el suelo queda muy compactado, aparte de que los suelos no alcanzan a recuperarse completamente, y va acumulando compactación. (Lea: 5 causas de la acidez de suelos y la forma de enmendar) Insumos veterinarios Los antibióticos y/o antiparasitarios, incluyendo endectocidas o lactonas, organofosforados y organoclorados, y también algunos suplementos que contribuyen con la acidificación y la salinidad del suelo, van reduciendo poco a poco la biocenosis, ya que les causan la muerte a los organismos vivos coprófagos o que usan los desechos orgánicos como sustrato, o causan su desplazamiento a otros lugares, y modifican las condiciones de vida o entorno del suelo y la pradera de modo que esto también conlleva a su muerte o desplazamiento, por lo que finalmente el suelo se empobrece y se compacta Reducción o paralización de la biocenosis En general, toda práctica que cause deficiencia o muerte de la fauna de la superficie del suelo o del subsuelo, involucrada en los procesos de humificación y mineralización de los sustratos orgánicos, y en consecuencia, sea causa de la parálisis de producción de materia orgánica, favorecerá la vulnerabilidad del suelo para compactarse. *Michael Rua Franco
Zootecnista, especialista en nutrición animal
Experto en ganadería ecológica
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