Por qué no es recomendable comprar terneros de destete para ser sementales reproductores

Uno de los errores más comunes cometidos por algunos ganaderos es la compra de terneros de destete con la esperanza de convertirlos en sementales reproductores, siendo que este enfoque puede ser contraproducente por varias razones relacionadas con el desarrollo y la edad del animal, factores esenciales para asegurar un buen rendimiento reproductivo. (Lea en CONtexto ganadero: 3 claves para escoger los mejores reproductores bovinos)

Enrique Rimbaud, médico veterinario especialista en sanidad, explica que es común en los ganaderos “comprar terneros de destete de 8 o 10 meses como reproductores. Esta es la manera más fácil de malgastar el dinero”.

El desarrollo de un toro reproductor es un proceso complejo que involucra tanto aspectos genéticos como ambientales. Un ternero de destete aún no ha pasado por las etapas cruciales de crecimiento y maduración que definen las características físicas y reproductivas de un buen semental.

De acuerdo con Rimbaud, si se miran en las cifras internacionales, “el 29% de los toros del mundo son infértiles y aun así los tienen trabajando. Si se quiere elegir un toro para comprar, este debe tener más de 18 meses”.

Durante los primeros meses de vida, el desarrollo muscular, la estructura ósea, y el sistema reproductivo del ternero están en pleno proceso de formación, lo que significa que cualquier evaluación realizada en esta etapa será prematura e imprecisa.

En palabras de Rimbaud, “a un ternero de un año no se le puede medir la circunferencia escrotal pues dentro de un año más va a ser diferente. A este animal le van a crecer los testículos, el escroto, no se puede medir el largo del prepucio, ni su líbido, y mucho menos, el desarrollo en la monta”.

Esto quiere decir que la edad es un factor determinante en la selección de sementales bovinos. Un toro debe alcanzar una madurez física y sexual antes de ser considerado apto para la reproducción. Comprar terneros de destete para este propósito significa trabajar con animales que aún no han alcanzado esta madurez que puede resultar en varios problemas.

Un toro joven, que no ha alcanzado la madurez sexual, puede tener una baja fertilidad, lo que impactará negativamente en las tas de concepción del rebaño. La madurez sexual implica no solo la producción de esperma viable sino también la capacidad de realizar el acto reproductivo con éxito.

“Hay que buscar un toro que tenga una eficiencia reproductiva fiable. En muchos países es costumbre exigirle al vendedor un certificado de aptitud reproductiva que indica el examen clínico del animal, el examen andrológico, eventualmente el espermograma y la prueba de capacidad y servicio del semental”, detalla Rimbaud.

Finalmente, además de la madurez física, un buen toro reproductor debe tener un comportamiento adecuado y una disposición dominante para ser efectivo en un entorno de rebaño. Los terneros de destete no han desarrollado aún estas características de comportamiento, lo que puede resultar en problemas de manejo y en la incapacidad del toro para establecerse como el macho dominante en el grupo. (Lea en CONtexto ganadero: Aquí le contamos cómo elegir un buen caballo reproductor)