Por qué la garrapata Rhipicephalus microplus es una amenaza para bovinos

El complejo Rhipicephalus microplus es el más prevalente y mejor adaptado tanto en zonas tropicales como subtropicales, siendo el más importante ectoparásito dentro de los sistemas de producción bovina del mundo.

Existen muchas formas de controlar estos parásitos, enfocada en su mayoría, en el manejo integrado como menciona el médico veterinario Dumar Jaramillo Hernández en una investigación.

Este tipo de garrapatas tienen una morfo-taxonomía compuesta por cinco taxones: R. australis, R. annulatus, R. microplus clado A sensu, R. microplus clado B sensu y R. micropulus clado C sensu.

El R. microplus es la garrapata más prevalente y mejor adaptada; la FAO menciona que más del 80% de los bovinos domésticos del mundo está infestada o se ha infestado con este ectoparásito (1.2 billones de cabezas al año 2020). (Lea en CONtexto ganadero: Conozca la ecología y dinámica de la garrapata para combatirla)

Esta es la razón por la cual este tipo de garrapatas posee una elevada importancia en sanidad animal, pues para nadie es un secreto que genera una disminución en la ganancia de peso del animal, comprometiendo la producción de leche y generando evidentes deficiencias en el bienestar del bovino.

Su manejo genera un constante flujo de dinero, que va ligado a la consecución de antiparasitarios alopáticos convencionales para aspersión, baños, inmersiones, inoculaciones, de tal forma que incrementa el estrés en los animales por constantes movimientos y uso de recurso humano.

Jaramillo Hernández dice que “agrandando así las consecuencias económicas calculadas en más de US$ 18 billones por año en el mundo para la década de los 90 y de US$ 25 a 20 billones por año para el año 2016, siempre con tendencia en aumento”.

De acuerdo con el profesional, sin importar la divergencia de resultados, siempre se vislumbra un efecto positivo de la implantación de la vacuna para el control de R. microplus desde la perspectiva de productividad económica en los sistemas producción animal.

Lo anterior se presenta, ya sea por la reducción de periodos improductivos asociados a la aplicación de los tiempos de retiro de productos y subproductos de origen bovino al usar en menos intensidad y frecuencia los acaricidas convencionales o directamente por la menos prevalencia clínica y subclínica de hemoparásitos en la población animal, entre otros factores.

Los planes de manejo integrado de R. microplus deben estar enfocados desde la sustentabilidad ambiental y desde la perspectiva económica costo – beneficio, comenta el experto Jaramillo Hernández.

El profesional propone un ejemplo de plan integral, teniendo en cuenta que cada productor es el responsable de construir su propio plan de trabajo, basado en las necesidades de su empresa ganadera.

El ejemplo está basado en usar insumos naturales como plantas adaptadas a la zona, en donde los procesos de evolución ontogénica de especies vegetales influyen en la generación y concentración de metabolitos secundarios con actividad biológica y experticia de nuevo contexto.

“Un ejemplo de esto es la curva de carga parasitaria en animales según pluviosidad por época de año o manejo del suelo – pradera posterior a la rotación de potreros aprovechando que de 6:00 a 9:00 AM es el mayor periodo de abandono de las tecnologías de sus hospederos para la fase de preovoposición, como también la existencia de cruzamientos interfase de R. microplus entre hospedero de vida silvestre y domésticos.

Medicina holística

La carga parasitaria de R. microplus tanto en hospedero como en el agroecosistema donde se encuentren los bovinos es ampliamente fluctuante dependiente de condiciones microclimáticas. Por lo tanto, las condiciones del calentamiento global generan una diseminación mayor de este ectoparásito en sistemas de producción animal, siendo rangos de temperatura entre 27 y 32º los óptimos para su fisiología reproductiva y embrionaria en general. (Lea en CONtexto ganadero: Esta es la garrapata que tiene mayor impacto en la ganadería)

Hay que tener claro que el descanso de la pradera, dentro del proceso de rotación de praderas para tratar de controlar las fases no parasitarias de esta especie como estrategia clásica para minimizar el uso de acaricidas convencionales, ha sido una inferencia histórica y sustentada desde la perspectiva de áreas de producción bovina en los hemisferios norte o sur por encima o por debajo del paralelo latitud 26º, donde la estacionalidad marcada es preponderante.

En las condiciones de trópico y subtrópico esta acción amerita un tiempo en extremo amplio, “rondando las 18-28 semanas para lograr la muerte de la larva por ayuno y/o desecación”, menciona Jaramillo Hernández.

Pero para ser realistas, esta acción es medianamente imposible si se habla en materia económica, dado el aprovechamiento de luz solar durante los 12 meses del año o en el caso de sistemas de producción intensivo tipo leche donde se deben hacer procesos de rotación de praderas en tiempos cortos, donde esta estrategia es inviable.

Jaramillo Hernández menciona que existen autores que “reportaron una menor carga parasitaria de R. microplus en bovinos pastoreados en sistemas silvopastoriles en comparación con bovinos que pastoreaban monocultivos de gramíneas. Existen datos agroclimáticos de estos sistemas silvopastoriles donde la temperatura ambiente tiende a reducirse respecto al entorno”.

Así mismo, el componente genético juega un papel relevante en las operaciones asociadas al control integrado de R. microplus en bovinos; la subespecie Bos primigenitus indicus se encuentra por encima en procesos de resistencia natural a este ectoparásito en comparación con la subespecie Bos primigenius Taurus.

A partir de este precepto se ha recomendado dentro de los procesos de manejo integrado de R. microplus la incorporación de fenómenos de selección artificial, especialmente en la detección de genes vinculados con resistencia a estos parásitos ubicados en los cromosomas 5, 7 y 14.

La resistencia natural a las garrapatas en el ganado está influenciada por varios factores como aspectos celulares y moleculares como también etológicos y determinantes génicos relacionados con la expresión de queratinas y lipocalina, siendo estas características de resistencia natural a este ácaro altamente heredables a su descendencia.

El uso de antiparasitarios alopáticos convencionales ha sido el sustento del control de este ectoparásito en las ganaderías del mundo. Dentro de los múltiples factores a tener en cuenta para su uso racional estratégico en los protocolos de manejo integrado de están las variables de eficacia terapéutica y eficacia residual, asociando estos factores a capacidad acaricida y su efecto prologado mínimo por 21 días sobre el animal, además de condiciones climáticas al momento de su aplicación, encontrando un menos efecto en ambas variables en mención en épocas de lluvias.

Finalmente, es importante mencionar que los antiparasitarios convencionales tienen un papel preponderante como disruptores xenoendocrinos, siendo estos responsables en la sumatoria de variables que pueden afectar parámetros reproductivos en el ganado bovino.