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PorCONtexto ganadero-23 de Diciembre 2024
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En Montenegro (Quindío) está la finca San Cayetano, de Fernando Villegas, un ganadero que por medio del pastoreo rotativo y un sistema de manejo de bebederos móviles ha logrado buenos resultados.
En Montenegro (Quindío) está la finca San Cayetano, de Fernando Villegas, un ganadero que por medio del pastoreo rotativo y un sistema de manejo de bebederos móviles ha logrado buenos resultados.
En su explotación se manejan más de 150 animales de ceba en ganadería intensiva utilizando el pastoreo por franjas de manera rotacional, según contó en una nota de La Finca de Hoy.
“Este franjeo lo hicimos aquí hace seis años, no teníamos ninguna experiencia con eso pero con mi mayordomo, Norberto Rúa, decidimos crear este proyecto para tecnifican la finca. Se cuadraron las aguas de tal forma que se pudieran manejar de manera equidistante”, indicó. (Lea: 5 sistemas de pastoreo en ganadería sostenible)
La finca cuenta con 26 cuadras en total y la división se realizó con potreros de tres cuadras cada uno para así lograr ocho rotaciones en el pastoreo. La rotación se divide a la mitad de manera que queda cuadra y media y cuadra y media.
El ganado va bajando por franjas y diariamente se les dan 500 metros de comida y los animales vuelven al potrero a los 35 días aproximadamente. Además al ganado se le suplementa para que tenga mejor nutrición y puedan cebarse más fácilmente.
A las 5 de la mañana el operario abre la cinta para que el ganado se vaya consumiendo el pasto que se le permite, corriendo una franja por día.
Esta estrategia permite que aumente la capacidad de carga en la finca, al tiempo que se aumenta la ganancia de peso diario en los animales logrando incrementar 800 gramos día, para unos 24 kilos mensuales por animal.
Al ganado mientras más se le racione la alimentación se disminuye el pisoteo, se maneja un abono natural por las excretas del ganado y la orina y se obtiene una mayor rentabilidad. En esta finca no se utiliza ningún tipo de abono ni herbicidas y todo el pasto es natural, señaló.
La disminución del pisoteo es gracias al tiempo de descanso que tiene cada franja. Una vez que el ganado ha consumido el pasto de un potrero vuelve a pisarlo hasta 35 días después. (Lea: 10 tipos de pastoreo a tener en cuenta)
Siempre se fija mucho en el potrero anterior para saber cómo está consumiendo el ganado el pasto. Si lo deja demasiado bajito se sabe que debe abrir más cantidad porque los animales no tienen suficiente alimentación pero si queda un buen residuo de pasto, con algo de hojas, que es el inicio para que el potrero se recupere más fácil, significa que se está relativamente equilibrado en la rotación.
Lo ideal es que en el franjeo los ganaderos no permitan que los animales se alimenten a tal nivel, de dejar el pasto a ras del suelo. El forraje tiene reservas energéticas en su parte inferior y si el ganado las consume, el potrero no alcanza a recuperarse y responder igual en el tiempo de descanso.
Cuidar la reserva energética de los pastos hace que vuelvan a crecer rápidamente para que cuando el ganado vuelva a pisarlo se encuentre en las mejores condiciones.
Uno de los grandes inconvenientes que se tiene es el invierno. En esa temporada se abre menos espacio para que no haya un pisoteo muy grande y no deje mucho daño en el pasto. En el verano el pasto rinde más en cantidad.
Mientras se realiza el pastoreo por franjas, se les lleva el suplemento al potrero para que lo vayan consumiendo durante el día.
La capacidad de carga en los potreros donde se manejan animales más pequeños puede ser de hasta 20 cabezas y en el caso de los grandes que necesitan más alimento se manejan 15 bovinos por potrero. (Lea: Así debe ser el pastoreo de algunos pastos)
En cuanto al manejo del agua explicó que en esta finca proviene de un pozo profundo y se extrae con motobomba hacia unos tanques elevados y por gravedad se va repartiendo por todo el predio.
Se ingeniaron la forma de repartir el agua de una manera eficiente y responsable y así crearon un sistema de bebederos móviles que se van desplazando según como vaya avanzando el pastoreo rotacional de los animales.
Cuando se inició el proyecto, las mangueras principales iban enterradas en paralelo con el cerco vivo. Sin embargo, con el tiempo se dieron cuenta que las raíces de los árboles comenzaron a entorcharlas y dañarlas, por eso hoy recomiendan ubicarlas (las mangueras) al menos a seis metros de los árboles.
La manguera del bebedero que va conectada al chupo que está en la superficie tiene 30 metros lo que da para conectarla de un lado al otro para dejarla de un potrero de una rotación al otro. Ofrece un compás de buena amplitud para pasar al otro chupo y seguir haciendo el mismo manejo, explicó.
Los chupos están ubicados a 30 metros cada uno y se distribuyen en la línea central de la manguera la cual se perfora, se aprieta con unas abrazaderas y de ahí sale el chupo hacia arriba facilitando la conexión con la manguera móvil que es la que se va corriendo a cada potrero.
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