Para qué le sirve a un ganadero una calicata y cómo se hace

Mejorar los suelos del hato para obtener eficiencia en los pastos y potenciar la productividad del ganado es posible con el método de calicata, una técnica que permite analizar el suelo a profundidad mediante excavaciones.

El suelo es uno de los recursos a los que se le debe dar la mayor importancia dentro de cualquier explotación ganadera ya que es el soporte de las plantas con las que va a alimentar el ganado.

Según el ingeniero ambiental Aristóbulo Merchán, en una nota del programa La Finca de Hoy, la vida empieza y termina en el suelo. Cuando se habla de tener una mayor productividad es cuando se observa una pradera muy alta, verde, con mucho forraje y con biomasa.

Esa biomasa es posible siempre que haya un sustento en la calidad del suelo porque dependiendo de ello se le puede ofrecer a un forraje toda la nutrición que necesita para su crecimiento y activación en cada sistema rotacional y posteriormente ese forraje es la alimentación para los animales. (Lea: Conozca la importancia de las calicatas)

Para realizar una calicata basta con perforar el suelo con unas dimensiones determinadas. En algunos casos se hacen de 50 x 50 centímetros para una profundidad de 50 a 70 centímetros.

Lo ideal es observar las características que se encuentran en el suelo para posteriormente hacer una toma y enviarla a un laboratorio de análisis de suelos y así determinar si la nutrición que se le está dando da resultados o debe modificarse.

Cuando se trata de suelos muy pobres, con baja mineralización y bajo proceso de humidificación hay que proceder a una regeneración para poder devolverle la vida al suelo.

Al tener la calicata lista se mira la topografía del terreno, se hace una inspección y con base en ella se analiza el comportamiento del forraje que se tiene instaurado en el hato.

Estos análisis le permiten al ganadero ver cómo está el color de su suelo inicialmente y con el transcurso del tiempo, después de irlo mineralizando y brindándole una mejor nutrición verá otro color y ese será el indicador que le permitirá determinar que el suelo está en condiciones adecuadas. (Lea: Esto es lo que recomiendan dos expertos para corregir y mejorar el suelo)

Generalmente se pasa de colores rojizos a unos más oscuros y eso significa que ha habido un cambio importante que tiene que ver con la armonía de los minerales del suelo, la parte microbiológica y del componente de materia orgánica.

La idea es poder entender cómo es la fisiología del suelo y a partir de allí poder propiciar esos sistemas de mineralización.

Para activar la vida del suelo se hace una bioaumentación y bioestimulación de la microfauna que se encuentra en el suelo mediante un proceso de mineralización y humidificación acelerada.

Se parte de una lista de chequeo, teniendo en cuenta que la energía que proviene del sol es tomada por la clorofila que tiene el pasto, provocando una gran energía dentro del sistema y que básicamente son azúcares que se transportan hacia la raíz fortalece de alguna manera la vida que se encuentra en el suelo.

Mejorar el suelo y activarle su propia vida, evitando el uso de químicos es posible con la incorporación de los mismos minerales que se encuentran en el suelo que propician un aumento de la biomasa del forraje que va a generar una mejor nutrición para los animales y por lo tanto una mayor productividad para el ganadero.