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Por CONtexto ganadero - 01 de Abril 2024
Una revisión encontró que la alimentación de las vacas no solo afecta a sus crías durante el embarazo, sino también en las primeras etapas de desarrollo antes de nacer, lo que podría incidir eventualmente en la producción de carne del novillo.
Los autores, de la Universidad Agrícola de Nanjing en China, la Universidad Estatal de Washington y la Escuela de Medicina de la Universidad de Maryland, explicaron que en las últimas décadas, la cría de ganado ha experimentado notables cambios, impulsados por la selección genética y la gestión nutricional avanzada.
Las razas de ganado actuales se han seleccionado mucho para crecer rápidamente, producir carne magra y ser eficientes en el consumo de alimentos, lo que ha aumentado considerablemente la eficiencia en la producción de carne en las últimas décadas. (Lea en CONtexto ganadero: ¿Cuál es la edad y peso ideal para llevar a los bovinos al sacrificio?)
No obstante, de acuerdo con la introducción del estudio, este crecimiento rápido a menudo afecta la calidad de la carne, disminuyendo la cantidad de grasa intramuscular y causando agrandamiento de las fibras musculares, lo que desmejora la ternura, jugosidad y sabor de la carne.
Por ello, su revisión, que se centra en la nutrición materna y su impacto en el desarrollo del ganado, revela que las fluctuaciones nutricionales durante las etapas embrionarias y fetales tienen efectos profundos en el crecimiento y la composición corporal de la descendencia.
La revisión detalla que los rumiantes, como ovejas y reses, a menudo experimentan escasez de nutrientes durante la preñez por cuenta de desafíos en la cría y producción que incluyen variaciones estacionales, sequías frecuentes y ubicaciones geográficas desfavorables.
En particular, el músculo esquelético y el tejido adiposo resultan ser más sensibles a estos cambios que otros órganos vitales, advirtieron los autores de la investigación. (Lea en CONtexto ganadero: Factores del presacrificio que inciden en la calidad de la carne (parte 1))
En comparación con el sistema nervioso central y otros órganos vitales, el músculo esquelético y el tejido adiposo tienen baja prioridad en la distribución de nutrientes, haciéndolos susceptibles a fluctuaciones nutricionales. Esto puede influir en la composición y el metabolismo del músculo y el tejido adiposo a lo largo de sus vidas.
«La nutrición materna adecuada durante la preñez es fundamental para mejorar la eficiencia de producción y la calidad de la carne en el ganado», señala el informe. Además, resalta la importancia de comprender los eventos cruciales del desarrollo en las etapas embrionarias, fetales y neonatales para implementar estrategias nutricionales específicas en cada fase.
Para los autores de la investigación, este llamado a la acción busca no solo mejorar la calidad de la carne, sino también optimizar la eficiencia en la producción ganadera. (Lea en CONtexto ganadero: Factores del sacrificio que afectan la calidad de la carne (parte 2))
A su juicio, comprender los patrones de desarrollo y los mecanismos intrínsecos detrás del desarrollo de tejidos en el ganado para facilitar el desarrollo de regímenes nutricionales maternos específicos para cada etapa, con el objetivo de optimizar la eficiencia de producción y la calidad de la carne.
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