La inseguridad en el campo colombiano: una realidad aplastante

Carlos Pedraza*, ganadero del departamento del Cesar, ha descrito con gran preocupación a este medio cómo los hurtos, el carneo y el abigeato, sumados a la presencia de grupos armados y sus exigencias económicas, se han convertido en una constante en muchas zonas rurales del país, incluyendo el Cesar. (Lea en CONtexto ganadero: La inseguridad es un hecho real que deja pérdidas multimillonarias a los empresarios del campo)

Los hurtos a predios, el carneo y el abigeato son delitos que han plagado el campo colombiano por años. Estos actos no solo representan pérdidas económicas significativas para los ganaderos, sino también generan un clima de inseguridad y desconfianza en las comunidades rurales.

Según Pedraza, el carneo y el abigeato son delitos cometidos por pequeños grupos de delincuentes que, aunque no se desplazan grandes distancias, causan un daño considerable al robar ganado y vender la carne de manera ilegal.

En este sentido, la pérdida de un solo animal puede significar un golpe devastador para una familia. Los ganaderos no solo pierden los ingresos derivados de la venta de la carne y otros productos, sino que también deben enfrentar los costos adicionales de seguridad y vigilancia, en un intento por proteger sus propiedades y su sustento.

Más allá de los delitos comunes, la presencia de grupos armados en muchas zonas rurales del Cesar añade una capa adicional de peligro e incertidumbre. Estos grupos no solo se dedican a actividades ilegales como el narcotráfico, sino que también imponen exigencias económicas a los ganaderos y agricultores. La extorsión y las ‘vacunas’ son prácticas habituales que, de acuerdo con Pedraza, ocurren de manera muy recurrente en el campo.

Este ganadero asegura que la falta de seguridad y la impunidad que rodea a estos grupos armados hacen que denunciar su presencia sea extremadamente peligroso. Las amenazas y represalias contra los ganaderos que se atreven a hablar son una realidad que obliga a muchos a permanecer en silencio. Esta situación crea un vínculo vicioso donde el miedo y la inseguridad impiden cualquier intento de mejorar las condiciones de vida en estas comunidades.

En este sentido, la falta de denuncias sobre la presencia de grupos armados y sus actividades extorsivas no se debe a la ausencia de estos problemas, sino al miedo fundado de las represalias.

“No es seguro denunciar la presencia de los grupos armados, y por eso nadie lo denuncia”, señala Pedraza. Esta declaración refleja una realidad donde el miedo supera el deseo de justicia, y donde la vida de una persona puede depender de su silencio.

La extorsión y las exigencias económicas no solo afectan a los propietarios de grandes fincas, sino también a pequeños ganaderos y agricultores que, en muchos casos, no tienen los recursos necesarios para hacer frente a estas demandas.

La situación se agrava en regiones donde el Estado tiene una presencia limitada, y donde las fuerzas del orden no pueden garantizar la seguridad de los ciudadanos, como es lo que manifiestan los ganaderos del Cesar en la actualidad. (Lea en CONtexto ganadero: Por qué los ganaderos son los aliados clave en la batalla contra la inseguridad rural)

Los delitos de mayor impacto y regiones afectadas

De acuerdo con un informe del General (r) Fernando Murillo Orrego, líder de los Frentes Solidarios de Seguridad y Paz de Fedegán, desde el 18 de marzo hasta el 7 de junio (12 semanas), han sido reportados a Fedegán 75 delitos, siendo el de mayor ocurrencia el abigeato (19 casos); la extorsión (8 casos); hurto a finca (8 casos); carneo (7 casos); secuestro (4 casos); y homicidio (3 casos).

Los departamentos de mayor afectación han sido: Antioquia (19 casos), Arauca-Casanare (12 Casos); Cesar Guajira (11 casos).

Por actores criminales: Delincuencia común (42 casos); grupo ilegal armado (19 casos); delincuencia organizada (4 casos); otros (10 casos).

Finalmente el reporte indica que el porcentaje de hechos denunciados es del 30.9%. Lea en CONtexto ganadero: “6.600 delitos registró la ganadería en el último decenio y de estos, 40 % fueron por abigeato y 11 % por extorsión”: General (r) Fernando Murillo)

*Nombre cambiado a petición de la fuente.