La importancia del tamaño de partícula en la dieta del ganado

Tras la masticación inicial de alimento y el proceso de la rumia que realiza el bovino, la comida es regurgitada, masticada y tragada una y otra vez hasta que las partículas más grandes se reducan lo suficiente para permitir a bacterias y protozoarios digerirlas de forma más eficiente.

Como indica el artículo de Álvaro García and Kenneth Kalscheur de la Universidad de Dakota del Sur, llegado el momento las partículas de alimento abandonan el retículo-rumen y entran al omaso en su ruta hacia el estómago verdadero, el abomaso.

Además de fraccionar el forraje en partículas más pequeñas, la masticación estimula la producción de saliva rica en bicarbonato, que neutraliza la acidez que resulta de los ácidos grasos volátiles producidos de forma continua por los microbios del rumen.

Los carbohidratos estructurales (la “fibra” del forraje) suministran el estímulo físico para el inicio de la rumia y juegan un rol esencial en el mantenimiento de la integridad y funcionamiento del rumen. (Lea: ¿Cuál debe ser el orden para adicionar ingredientes en dietas de feedlot?).

Sin embargo, señalaron que cuando el tamaño de partícula de la dieta es demasiado pequeño, la capacidad de rumiar se altera, lo que disminuye la capacidad de neutralizar la acidez y la motilidad del rumen. Esto puede resultar en problemas metabólicos asociados.

Por su parte, una investigación liderada por Pedro A. Robles Trillo, citando varios autores, explicó que la determinación de la distribución del tamaño de partícula y su variabilidad son indicadores que se podrían asociar a la masticación y al buen funcionamiento del rumen.

Esto incluye una fermentación adecuada en este órgano, lo cual no solo contribuye con una mejor digestión sino también con la producción y calidad de la leche (en aspectos como el porcentaje de grasa). (Lea: Conozca estas claves para el buen sellado del silo)

Al crear dietas equilibradas para el ganado, el productor o el profesional se enfrentan a muchas dificultades para formular las raciones, que incluyen factores como el manejo, la distribución y preparación del pienso, así como el tamaño correcto de las partículas de la mezcla.

El tamaño de las partículas tiene un gran efecto en la vaca, por ejemplo, es necesaria una longitud suficiente de alimento para el correcto funcionamiento de su aparato digestivo. De este modo, se previenen problemas comunes en la producción como la acidosis o la laminitis.

Partiendo de esto, hay que estar absolutamente seguro de que la vaca no tiene la oportunidad de elegir los ingredientes del alimento de la mezcla preparada para su suministro. (Lea: Estos son otros reguladores de consumo para bovinos además de la sal común)

Para hacer esto, uno debe poder medir correctamente el tamaño de las partículas de alimento. Estos datos son muy importantes para la formulación de la mezcla óptima. El control en este tamaño comienza con la recolección del alimento en la etapa óptima de madurez.

La molienda adecuada de los ingredientes ayuda a lograr tamaños de partículas óptimos en la mezcla del alimento. Además de medir directamente el tamaño de las partículas, también es necesario analizar los resultados obtenidos.

¿Cuál sería entonces el tipo y el tamaño adecuado de fibra que mantendría la integridad y funcionalidad del rumen sin la necesidad de agregar buffers? La respuesta debe considerar dos aspectos de la fisiología ruminal estrechamente interrelacionados: el pH y la motilidad.

Cuando el pH del rumen cae por debajo de 6, se deprime el crecimiento de las bacterias encargadas de fermentar la fibra, aumenta el número de bacterias que producen ácido propiónico y cae el porcentaje de grasa de la leche.

Otros factores que afectan el tamaño de partícula

En el manejo de la alimentación, se suele decir que existen tres raciones: una formulada en el papel, otra que se da a las vacas, y una tercera que es la que en realidad comen las vacas. Su formulación depende de la precisión en el análisis de los nutrientes contenidos en los alimentos.

Aun cuando la ración esté bien formulada y los alimentos se analicen y pesen en forma precisa, el mezclado puede alterar el tamaño de la partícula por factores como el pesado, la secuencia en el cargado, la entrega de los ingredientes o el diseño de la mezcladora.

Un mezclado insuficiente puede resultar en una distribución despareja de las partículas de alimento en la dieta total, mientras que uno excesivo puede tener resultados similares dependiendo del tipo de mezcladora usada y puede disminuir aún más el tamaño de partícula.

Las variaciones en el contenido de humedad pueden afectar el mezclado y aumentar la selectividad del alimento por parte de las vacas, que suelen elegir las raciones más secas, lo que resulta en una disminución en la homogeneidad de la ración consumida.

El espacio de comedero juega un papel muy importante en las características de la dieta que las vacas van a comer. La competencia en el comedero lleva a un consumo desparejo de materia seca así como a diferencias en la composición de la ración consumida por los animales.