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Por - 08 de Diciembre 2022
Dado que el ganado no tiene el deseo natural de consumir minerales traza, es importante suplementar estos elementos a través de un alimento apetitoso. En consecuencia, es necesario considerar la palatabilidad del suplemento para evitar que los animales lo rechacen.
Dado que el ganado no tiene el deseo natural de consumir minerales traza, es importante suplementar estos elementos a través de un alimento apetitoso. En consecuencia, es necesario considerar la palatabilidad del suplemento para evitar que los animales lo rechacen.
El artículo compilado por Boyles, especialista de la Universidad Estatal de Ohio, aconsejó monitorear y registrar la ingesta diaria promedio de suplementos de libre consumo para que la fórmula se pueda ajustar si es necesario para aumentar o reducir la ingesta.
Este texto sostiene que el ganado no tiene el deseo natural de consumir minerales traza y solo consume los requerimientos mínimos de sal según sus necesidades. (Reportaje: ¿Por qué razón los bovinos consumen sal y de dónde la obtienen en Colombia?)
En consecuencia, al alterar la inclusión de sal en las mezclas de minerales, se puede estimular o desalentar su ingesta. Si bien se necesitan adecuados niveles de minerales traza, cuando consume más allá de lo nutricionalmente requerido el animal los excreta en la orina y las heces.
Si el ganado está consumiendo minerales en exceso, considere agregar sal blanca directamente a la mezcla de minerales. Una vez que la ingesta de minerales se haya normalizado, retire la sal adicional. Las fuentes de fósforo y magnesio son desagradables y reducen el consumo del suplemento mineral.
No proporcione sal blanca simple y suplementos de minerales traza por separado. Una regla general es que los tipos más ácidos (sabor agrio) son más sabrosos que los alcalinos (sabor amargo). Un pH excesivo en ambos lados y reduce la potencia de las drogas, vitaminas y aditivos.
Por su parte, Sebastián Maresca señaló en el artículo «Pautas para optimizar el uso de suplementos» que «algunos trabajos indican que la sal puede resultar en una alta variación del consumo entre animales y también afectar la digestibilidad del forraje cuando es suministrada en altos niveles».
Citando a los técnicos del INTA, existen varios factores para alcanzar los niveles de consumo de suplemento, entre los que están «la palatabilidad de los ingredientes del suplemento, el contenido de solidos totales en el agua, la adaptación de los animales al consumo de sal y el peso o edad de los animales».
De otro lado, se puede aprovechar la baja palatabilidad de ciertos minerales. Por ejemplo, el óxido de magnesio es de baja palatabilidad para los bovinos y puede ser incluido en el suplemento para controlar el consumo. (Lea: Conozca la composición ideal de una sal mineral para bovinos)
Sin embargo otras experiencias no observaron cambios en el consumo de un suplemento energético con la adición de óxido de magnesio en un rango de 0,25 a 1,75%, por lo que se estima que “posiblemente mayores niveles de este componente sean necesarios para limitar el consumo”.
Asimismo, los ionóforos como la monensina pueden ser utilizados para limitar levemente el consumo de alimento total en dietas de terminación a corral, aunque no son efectivos cuando se desea limitar sólo el consumo de suplementos que se utilizan en bajas proporciones de la dieta.
En cuanto al cloruro de calcio se ha observado que «ha permitido reducir el consumo de suplemento al 1 % del peso vivo cuando se lo incluyó en dosis del 2,5 al 5 %, pero tiene la desventaja de ser corrosivo y puede generar exceso de calcio en la dieta cuando se utilizan forrajes o agua con altos niveles de calcio».
El sulfato de calcio (gypsum) también es compuesto de baja palatabilidad para los bovinos que ha demostrado ser efectivo para limitar el consumo a menores concentraciones que la sal. (Lea: La suplementación mineral, una inversión rentable en el hato ganadero)
El MV Rafael Montero explicó que varias investigaciones han indicado que la palatabilidad de la mezcla mineral no tiene mucho peso para el ganado por la mayoría de los minerales, sino por la sal común. Esto quiere decir que ellos escogen una ración apetitosa de baja calidad por encima de una nutritiva pero de menor palatabilidad.
«Todos los mamíferos tienen habilidad de reconocer el sabor de la sal y que hay un gusto universal por la sal. Si las mezclas de minerales contienen de 30 a 40 por ciento de sal común, generalmente se consume lo suficiente ad libitum para satisfacer los requerimientos de los otros minerales», apuntó.
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