A la hora de formular un plan sanitario, recuerde el 'timing' de las vacunas

Un plan sanitario, fundamental para prevenir y erradicar las enfermedades que afectan la producción ganadera, exige tiempos precisos para vacunar a los bovinos, con el fin de evitar complicaciones como abortos espontáneos o enfermedades.

Bernardo Guerrero, médico veterinario epidemiólogo, explicó que el esquema de vacunación se realiza de acuerdo a las campañas contra fiebre aftosa que se ejecutan 2 veces al año por parte de Fedegán-FNG, los comités regionales y el ICA.

De acuerdo con el entrevistado, uno de los riesgos de aplicar inyecciones contra ciertos patógenos es que se pueden presentar complicaciones, especialmente en hembras cargadas. (Entrevista: Mantener los dos ciclos de vacunación contra la aftosa, recomienda presidente de Vecol)

“En una vacunación, un ganadero puede tener vacas preñadas y vacas próximas a parir. Si no se suministra de forma adecuada, en algunos casos muy inusuales puede causar abortos. No digo que lo haga, pero como cualquier biológico, hay que tener mucho cuidado en su aplicación”, explicó.

Por ejemplo, un manejo inadecuado o la reacción del organismo a vacunas contra rinotraqueítis infecciosa bovina (IBR), diarrea viral bovina (DVB), leptospirosis o brucelosis, pueden generar problemas de fertilidad en los predios.

“El ganadero termina diciendo que hay vacunas que sí sirven y otras que no porque producen abortos, y eso ha generado una confusión generalizada, una percepción errónea de los beneficios de estos productos”, apuntó. (Lea: La importancia de contar con un plan de vacunación en su ganadería)

Por este motivo, recordó que un plan sanitario debe responder a un timing específico, esto es, un cronograma de tiempos para aplicar las inyecciones que debe tener como base los 2 ciclos de vacunación contra fiebre aftosa que se ejecutan cada año.

“Las vacunaciones se ajustan alrededor de la aftosa y se deben colocar en momentos estratégicos, antes del servicio, antes de la monta o cuando están preñadas, a los 4 o 6 meses se hacen unos boosters (refuerzos), eso depende de cada explotación y sobre todo cuando usan biotecnologías reproductivas, que tienen unos esquemas más densos para dar inmunidad”, detalló.

Para Guerrero, el timing o tiempo oportuno se determina también en el riesgo de que ocurra la enfermedad, con el fin de prevenirla. Esto se puede hacer con la asesoría de un médico veterinario. (Lea: Planes sanitarios deben apuntarle a la prevención de enfermedades)

“El timing requiere un análisis de las condiciones del predio y del conocimiento de la zona, por ejemplo si hay incidencia de rabia por casos anteriores. Un plan de vacunación es muy bueno porque genera un gran impacto en la población y mejoran su estado sanitario”, concluyó.