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La hojarasca, una buena opción para la fertilización de suelos

Por - 17 de Febrero 2021

La siembra de árboles y arbustos en sistemas de producción ganadera no solo beneficia al ganado con la sombra sino que también contribuye a la nutrición del suelo.


La siembra de árboles y arbustos en sistemas de producción ganadera no solo beneficia al ganado con la sombra sino que también contribuye a la nutrición del suelo.

Según la investigadora de Agrosavia Turipaná, Judith Martínez, durante una charla de Subastar, el manejo del suelo hay que verlo desde un punto de vista de sistema, como integrador, en un complejo de pasturas con árboles.

Ese manejo tiene que estar enfocado a cuáles son sus características, la oferta que el suelo ofrece en determinado momento para la producción de forraje que se requiere para la ganadería. (Lea: La hojarasca, una alternativa sustentable de alimento para bovinos)

Según el IGAC en Colombia hay ocho clases de suelos, los que están del 5 al 8 tienen características especiales por lo que muchos son de conservación natural.

Los que están del 1 al 3 son los que se pueden utilizar para la producción agropecuaria y el 4 presenta limitaciones por su baja fertilidad.

Una  las alternativas para el manejo adecuado del suelo es la inclusión de árboles en el potrero ya que absorben nutrientes de capas profundas de la tierra, luego los distribuye a diferentes partes, incluidas las hojas y cuando estas caen se descomponen dejando sus valores nutricionales en la superficie.

Agrosavia investiga qué cantidad de hojas caen al año, su proceso de descomposición y cómo ayudan a la fertilización del suelo. Durante años de investigación se demostró que se mejoró el terreno con el aprovechamiento del ecosistema arbóreo y sin químicos.

Por un proceso natural el árbol bota la hoja y cae dentro de la pradera y se descompone dejando los nutrientes que quedan fácilmente disponibles para que la pastura que tiene una raíz más corta pueda tomarlos.

Incluso la misma gramínea tiene un material muerto que después del pastoreo va quedando y tiene un nutriente que va devolviendo al suelo.

En Turipaná Agrosavia tiene el laboratorio de nutrición animal donde se pueden llevar las muestras de la pastura o del material del cual quieran saber su calidad nutricional y allí se hace el respectivo análisis con sus recomendaciones. (Lea: El ganado en pastoreo ayuda a mitigar incendios según investigación)

Para la investigación sobre la hojarasca y su efecto en el suelo, se evaluaron 24 hectáreas divididas en cuatro bloques, tres de ellos con pastos y diversidad de árboles como guácimo, caña fístula, campano, acacia forrajera, totumo y especies maderables como ceiba tolúa y caoba, mientras que el cuarto bloque solo tenía una pradera de gramíneas angletón y mombasa.

El sistema de pastoreo en estas parcelas experimentales fue rotacional y se fraccionó en franjas de 0,4 hectáreas con periodos de ocupación de dos días y 28 días de descanso.

El control de malezas se hizo de forma manual luego de cada pastoreo y se realizó un adecuado manejo de canales de drenaje.

Las hojarascas de los árboles se recolectaron, se procesaron en el laboratorio y se evaluó la cantidad de nutrientes como carbono, nitrógeno, potasio, fósforo, calcio y magnesio que contienen.

La producción anual de hojarasca en la pradera de gramíneas fue de 770 kilogramos/hectárea/año, mientras que en los bloques que incluían árboles, arbustos y maderables fue entre 2.870 y 3.150 kilogramos/hectárea/año. Su producción fue mayor en los meses de agosto a septiembre y de diciembre a febrero, las dos épocas más secas del año en la región.

La conclusión de este estudio realizado por Agrosavia es que los sistemas silvopastoriles generan al año cuatro veces más aportes de hojarasca que las gramíneas de una pradera sin árboles lo que implica la fertilización del suelo cuatro veces más. (Lea: Las bondades de la veranera para rehabilitar suelos ácidos degradados)

Esto aporta un mejor comportamiento en las épocas de verano ya que lo ayuda a mantenerse hidratado.

Se tiene una fertilización orgánica a bajo costo y perdurable en el tiempo. Además, los nutrientes de la hojarasca ayudan a proteger el suelo contra la erosión hídrica y eólica, regulan la temperatura alrededor de las raíces y reducen la pérdida de agua por evapotranspiración por lo tanto los expertos insisten en que la siembra de árboles ayuda a la recuperación de regiones frágiles para mejorar los sistemas de producción ganadera.

Los hallazgos manifiestan que el campano aportó el 49 % de las hojarascas en los módulos evaluados; la caña fístula el 24 % y entre el guácimo y las especies maderables aportaron 27 % de sus nutrientes al suelo.

Sin embargo, estos aportes son menores a los reportados en otras investigaciones con cultivos de aguacate, mango y litchi cuyos valores fueron de 5.600, 6.300 y 8.300 kilogramos/hectárea/año, respectivamente. Por lo tanto, los frutos también fertilizan los suelos y además sirven de alimento para el ganado.

Así mismo, el confort por sombra que ofrece un árbol al ganado es beneficioso para ganancia de peso y reproducción.  

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