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Foto: CIPAV.

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Hileras de ébano son útiles en la caña de azúcar orgánica

Por - 01 de Noviembre 2017

Esta práctica es necesaria para garantizar la entrada de luz, facilitar la cosecha de la caña e impedir que la caña crezca hasta cubrir los árboles. Además, sirve de ramoneo en medio de cada par de líneas de árboles.


Esta práctica es necesaria para garantizar la entrada de luz, facilitar la cosecha de la caña e impedir que la caña crezca hasta cubrir los árboles. Además, sirve de ramoneo en medio de cada par de líneas de árboles.   Para miles de productores de caña de azúcar en los trópicos, sembrar árboles en medio de este cultivo es una herejía, por dos razones principales: la caña necesita una fuerte intensidad lumínica para expresar su máximo potencial productivo y los árboles dificultan las labores de manejo del cultivo.   Los propietarios de la Reserva Natural El Hatico, empresa pionera en la producción de caña de azúcar orgánica en Colombia, situada en El Cerrito, Valle del Cauca, pensaron diferente y decidieron arriesgarse a sembrar algunas hileras de ébanos de la costa en medio de los callejones con el fin de mejorar tanto el valor estético y ecológico como la rentabilidad de largo plazo de la caña.   Según La Fundación Centro para la Investigación en Sistemas Sostenibles de Producción Agropecuaria, CIPAV, las filas de árboles se sembraron a una distancia de 36 metros, que corresponde a 24 surcos de caña (1,5 m de distancia entre uno y otro). (Lea: Carta Fedegán 131)   El número de surcos de caña entre hileras de árboles debía ser un múltiplo de 6 porque este es el número de líneas que se le asignan a un cortero durante la cosecha de la caña. La distancia entre árboles es de 4 metros. Por lo tanto, hay 18 ó 24 árboles en cada línea de 100 ó 120 metros de longitud.   Las principales dificultades de manejo se presentan cuando los árboles están muy pequeños, porque hay que agobiar o inclinar la caña, que tiende a pegarse a los árboles. “Esta práctica es necesaria para garantizar la entrada de luz, facilitar la cosecha de la caña e impedir que la caña crezca hasta cubrir los árboles. Durante la cosecha, una persona debe guiar a los corteros para evitar el daño de los árboles”, asegura.   Dos lotes con ébano   Con base en la primera experiencia de siembra de ébanos de la costa en una cerca viva, se establecieron dos lotes de caña con ébano. En la primera evaluación del impacto de la cosecha mecánica, se observó que es necesario hacer la cosecha manual en los dos surcos adyacentes a las hileras de árboles. (Lea: El ébano colombiano: una especie que sirve a la ganadería y está en peligro)   Los ébanos necesitan por lo menos una poda anual de formación para evitar la ramificación a baja altura, que reduce la calidad comercial del fuste.   También es importante hacer un control adecuado de las hormigas arrieras, que en ocasiones defolian los árboles completamente. Vale la pena mencionar que ninguno de los árboles atacados ha muerto como resultado de la herbivoría.   Otro criterio importante es que los primeros y los últimos cuatro metros de cada surco deben permanecer sin árboles, con el fin de facilitar el giro de las máquinas cosechadoras, tractores y vagones durante la cosecha y la renovación de la caña. (Lea: El promisorio futuro del árbol palo de fierro)   Recomendaciones   Las observaciones de los ébanos en la caña de azúcar permiten hacer algunas recomendaciones para la siembra de esta especie en sistemas silvopastoriles intensivos.   La distancia entre líneas de árboles debe ser de 15 metros, dejando 10 líneas de arbustos para ramoneo en medio de cada par de líneas de árboles.   La distancia de siembra entre árboles debe ser de 4 a 5 metros, preferiblemente intercalados con otras especies.   Durante los primeros tres años de vida es fundamental proteger los ébanos del ganado y los ovinos con cintas eléctricas.   Si ya existen árboles dispersos en el potrero, los ébanos pueden ser sembrados en la periferia y en líneas cuya distancia dependerá de la densidad de los árboles existentes.   También es factible sembrar los árboles dispersos, procurando que haya una distancia mínima de 10 metros entre los ébanos y los otros árboles.   Para garantizar la calidad de la madera es necesaria la protección de los árboles contra los animales. 

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