Más de 5,3 millones de bovinos y bufalinos alcanza el II Ciclo de Vacunación contra aftosa, en su segunda semana
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Por - 17 de Febrero 2015
Cuando una vaca queda preñada el ganadero debe cambiar el plan nutricional y enfocarse en alimentar al feto gestante para que a los 9 meses nazca una cría con las condiciones ideales de salud y peso.
Cuando una vaca queda preñada el ganadero debe cambiar el plan nutricional y enfocarse en alimentar al feto gestante para que a los 9 meses nazca una cría con las condiciones ideales de salud y peso.
Durante los primeros meses de gestación el desarrollo del feto es “lento”, según explicó Óscar Pardo, investigador máster del Centro La Libertad de la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria, Corpoica.
Con base en eso, el productor pecuario debe comprender que durante ese periodo de tiempo la demanda de nutrientes requeridos por el feto es baja, diferente al último tercio de gestación cuando se incrementa la necesidad de recibir energía, proteína y minerales, principalmente calcio y fósforo.
Pardo manifestó que la cantidad a proporcionar de alimento con estos valores nutricionales varía de acuerdo a la condición corporal y edad de la madre. (Lea: 3 métodos para alimentar adecuadamente ganado bovino)
Por ejemplo, si la hembra es joven se tomará la decisión de alimentarla para complementar su desarrollo de vida y suplir las necesidades de crecimiento del feto hasta llevar a buen término la preñez.Y si se atienden de manera oportuna las vacas con baja condición corporal en periodo de lactancia podrán llegar con un alto nivel nutricional a los meses finales de gestación.
Diego Ortiz, investigador PhD de Corpoica, dijo que en el último tercio de gestación la vaca recibe atención especial que incluye la ingesta de concentrado y sal mineralizada, lo que la prepara para un parto exitoso.
Energía para el feto
Sobre el aporte energético, el investigador máster manifestó que su aporte no es opcional, toda vez que “la baja fertilidad de algunos hatos se debe a niveles bajos de glucemia (glucosa en la sangre) y en hembras gestantes la mortalidad embrionaria podría elevarse”. (Lea:Mejorar nutrición prenatal de vacas ayuda a producir más carne)
En este punto, Pardo hizo hincapié, puesto que un nivel bajo o muy alto de glucosa en la sangre tiene las mismas repercusiones negativas.
Proteína para el feto
La proteína es otro de los nutrientes esenciales, cuyo aporte alimenticio es evitar la reabsorción fetal los primeros días de fecundación, el aborto y los nacimientos prematuros o de terneros débiles.
“El nivel adecuado de proteína en la dieta es importante para que la vaca alcance una buena condición corporal, con adecuadas reservas para el uso en las primeras etapas de lactancia y así evitar complicaciones en la salud de estas”, anotó el experto en el tema.
Ómar Camargo Rodríguez, médico veterinario, PhD y docente de la Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín, manifestó que la brucelosis bovina es una de las enfermedades que causa aborto, pero no es la única; por eso todas deben recibir la misma atención.
Pero los abortos no se reportan solo por ineficiencia en proteína durante el desarrollo del feto ni por la presencia de una patología. Altos aportes proteicos van de la mano de las bajas tasas reproductivas. (Lea: Cuidados de las vacas para un manejo posparto sin estrés)
La razón: “algunos compuestos nitrogenados (amonio y urea) pueden estar presentes en la mayoría de los líquidos corporales alterando las características de estos. Finalmente, la gran mayoría de los excedentes de proteína son expulsados lo que genera gasto energético para el animal”, precisó el investigador del Centro La Libertad de Corpoica.
Minerales para el feto
Principalmente, la carencia de calcio, fósforo y magnesio afecta la gestación del feto. Así lo indicó Pardo al subrayar que el aporte mineral no puede quedar por fuera de la lista de nutrientes a incorporar en la dieta alimentaria.
Por ello se refirió a la relevancia de determinar el tipo y la cantidad de minerales a suministrar, según la oferta de nutrientes que la madre consuma día a día en el potrero por medio de forrajes.
“Es de anotar que praderas bien manejadas agronómica y zootecnicamente aportan cantidades altas de los nutriente requeridos por los animales y en estos caso las cantidades a suplementar no serían demasiado altas y dependerían principalmente del nivel de producción”, añadió.
De esta manera, energía, proteína y minerales no son nutrientes exclusivos para dar al ganado bovino después de su nacimiento. Los fetos reciben por medio de su madre la cantidad y la calidad requerida de los mismos para que cuanda nazca su condición física y sanitaria se ajuste a los propósitos económicos del productor.
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