¿Es correcto escurrir las vacas después del ordeño?

De acuerdo con René Alejandro Pérez, médico veterinario y presidente del Consejo Nacional de la Calidad de la Leche y Prevención de la Mastitis (CNLM), muchos ganaderos acostumbran a escurrir la leche de la vaca después del ordeño, esto es, obtener hasta la última gota para llenar la cantina.

«No se debe escurrir porque al hacerlo se practica de manera exagerada el jalar el pezón, haciendo mucha fuerza física sobre sus estructuras, que se pueden lesionar y entonces facilitan la contaminación del pezón porque el esfínter pierde integridad», aclara.

En cambio, se debe dejar un porcentaje de leche en la ubre: «La vaca siempre tiene una leche que es parte de su integridad física permanente, que se llama la leche residual, y corresponde al 10% del volumen que produce cada uno de sus cuartos». (Lea en CONtexto ganadero: Las alteraciones que ocurren en los pezones de las vacas)

A juicio del presidente de CNLM, esta leche residual no es un desperdicio, sino que cumple una función vital: «Esa leche la necesita para amortiguar y mantener estructuralmente su tejido, lo que es parte de la integridad de la siguiente producción de leche en el siguiente horario que se vaya a volver a ordeñar».

Ricardo Arenas, médico veterinario coordinador de Cadenas Cárnica y Láctea en Fedegán-FNG y Profesional Ganadero Amigo, que además es cofundador del CNLM, sostiene que:

«Si con escurrir se refiere a que después de la rutina de ordeño se quitan las unidades de ordeño, las pezoneras y manualmente se escurre, es una práctica que es incorrecta para todas las vacas, siempre y cuando el equipo de ordeño esté funcionando correctamente y siempre y cuando la vaca se haya estimulado correctamente y se haya terminado el ordeño mecánico», afirma.

¿Cuándo podría ser necesario el escurrido?

Aunque ambos expertos concuerdan en que el escurrido manual no debe ser una práctica rutinaria, Arenas señala algunas excepciones:

1. Problemas con el equipo de ordeño: «Ahora si el equipo no está funcionando bien y está dejando mal ordeñadas las vacas. Mientras se arregla que debe ser inmediato sí se deben escurrir obviamente».
2. Tratamientos de mastitis: «El escurrir las vacas se usa a manera terapéutica de alguna o algunas vacas que tengan problemas de mastitis. Hay que escurrir las vacas manualmente con mastitis mucho más para ayudarles en el proceso de tratamiento en que están».

El Profesional Amigo Ganadero prefiere un enfoque más práctico: «Se ha demostrado científicamente que alrededor del 5 a 10 % de la leche que produce un animal debe permanecer en la glándula mamaria después del ordeño. Esto con el fin de asegurar que no se sobreordeñe y se escurra demasiado el animal lastimando con el vacío el tejido glandular ordeñando en seco, para decirlo de otra manera más práctica».

Cómo determinar el momento adecuado para detener el ordeño

Por ello, Arenas sugiere que los ordeñadores deben estar atentos al flujo de leche: «El ordenador debe estar pendiente de cuál es el flujo que está saliendo por la unidad de ordeño y ahí ver que ya está saliendo poco y ahí suspender». (Lea en CONtexto ganadero: Claves para realizar un adecuado ordeño mecánico)

Esto es similar al comportamiento natural de un ternero: «En la naturaleza, cuando el ternero mama, la madre simplemente se le corre o lo quita con la pierna y no se deja sobreordeñar o, en este caso, sobremamar».

Para los productores de leche, el mensaje es claro: confíen en un equipo de ordeño bien mantenido y en una correcta estimulación de las vacas para obtener una producción óptima. El escurrido manual debe reservarse para situaciones específicas, como el tratamiento de mastitis o problemas temporales con el equipo de ordeño.