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Por - 26 de Octubre 2021
El asesor Adrián Soler apunta las claves del manejo holístico y la ganadería regenerativa, todo un cambio de mentalidad respecto a la producción.
El asesor Adrián Soler apunta las claves del manejo holístico y la ganadería regenerativa, todo un cambio de mentalidad respecto a la producción.
En un mundo de cambios vertiginosos, hay que saber frenar, acelerar y cambiar de dirección según las circunstancias. En el campo, es una carrera que se dirime a partir de la conjunción entre legado e innovación. En cada caso hay que saber qué decisión tomar. Hay que estar preparado para romper el molde a partir de nuevos esquemas mentales. (Lea: La importancia de utilizar el manejo holístico en ganaderías)
Así como lo fue el desembarco de la siembra directa hace más de tres décadas, que puso un freno a largas jornadas de rastras y arados, la propuesta de manejo holístico (MH) en la que se enmarca la ganadería regenerativa, es uno de los cambios fuertes en la concepción productiva que derriba creencias y mitos arraigados por muchos años.
“El manejo holístico es un marco para administrar la complejidad de los sistemas productivos basado en procesos biológicos, y la ganadería regenerativa es una manera de hacer ganadería que, al recuperar los procesos vitales de los ecosistemas, determina un aumento de la productividad, una mejora de la renta y una resiliencia de todo el negocio”, explicó a Clarín Rural el ingeniero agrónomo Adrián Soler, que difunde este sistema con base en Coronel Vidal.
“La especialización en MH me hizo ver que estaba intentando producir cada vez más, procurando aumentar productividad y los márgenes, sin tener en el radar de toma de decisiones al ambiente, al que cada campaña deteriorábamos un poco más”, recordó Soler, que hace tres años empezó con la ganadería regenerativa y hoy ya son un equipo que administra y asesora unas 18 000 hectáreas en Buenos Aires y Entre Ríos. (Lea: ¿Cómo influye el manejo holístico en el plan sanitario del predio)
La mayoría de las veces, seguir con un legado y manejo histórico, tiene que ver más con el desconocimiento que con la obstinación. Echar luz sobre las consecuencias de lo que estaban haciendo le permitió a Soler cambiar el rumbo.
Sistema de asesoramiento
“Cuando llegamos al campo lo primero que hacemos es un diagnóstico productivo y ambiental y hacemos propuestas de trabajo detectando los puntos débiles que tiene el sistema para empezar una etapa de regeneración”, explicó Soler.
Como primero resultados, Soler destacó que la incorporación de este modelo de toma de decisiones y esta forma de hacer ganadería, los llevó en todos los casos a aumentar la receptividad. En algunos casos incrementando la carga con el mismo costo, y en otros manteniendo la carga con menor costo, pues dejan de comparar suplementos. “Pero en cualquier caso, siempre mejora el margen bruto ganadero”, esgrimió Soler. (Lea: De la investigación a la práctica Ganadería Sostenible)
El aumento de receptividad no es mágico, se logra gracias a que aumenta la materia orgánica en el suelo, mejora el carbono total, aumenta la biodiversidad y hay mayor estabilidad ante eventos climáticos extremos.
“Todo esto se da también porque se promueve la reinstalación de especies nativas y al tener un bajo costo directo la relación margen bruto aumenta pero además vas acompañando al crecimiento de las personas que trabajan en el campo, con nuevas miradas, maneras de tomar decisiones, esa famosa frase de sumar-sumar se da en todos los aspectos de la empresa, además de sustentable y rentable es gratificante”, remarcó Soler.
¿Cómo empezar?
La ganadería es más tradicional que la agricultura. Le ha costado más incorporar innovaciones. Sin embargo, los últimos años ha ido cambiando de mentalidad y poco a poco se ven ideas que renuevan la actividad llevándola a esquemas rentables, pero también sustentables (por ejemplo, sistemas silvopastoriles). (Lea: Un manejo ganadero que apunta a “regenerar” el pasto en los potreros)
Ahora bien, ¿Cómo dar el puntapié inicial? ¿Qué se necesita en el caso de un sistema holístico? “Básicamente, gente que quiera hacerlo”, dispara Soler. Y explica: “Siempre podemos iniciar las planificaciones con la infraestructura que haya en el campo, una de las claves de mi trabajo es acompañar el proceso de cambio con los tomadores de decisiones, asesores y personal de campo”.
“Todos los productores ganaderos están en condiciones de llevar adelante un cambio de esta magnitud, sólo sugiero que, con su natural curiosidad, amplíen la mirada hacia maneras de producir que no solo son sustentables, sino que regeneran el suelo y los pastizales”, argumentó Soler.
Según el agrónomo, “la primera barrera que hay que sortear es la apertura mental, transformarse desde adentro, remover prejuicios, pensar que puede haber modelos diferentes a los que se han venido llevando adelante”. “A veces nos encontramos con preconceptos o mitos, por ejemplo, que sólo miramos el ambiente y dejamos de lado la renta, y eso no ocurre en un MH”, enfatizó Soler. De hecho, han incorporado mediciones ambientales y productivas para, cada año, mensurar el trabajo. (Lea: Aprenda cómo aplicar la ganadería regenerativa y permacultural)
“El miedo a la transición, a veces paraliza, pero en general, el que prueba no vuelve, este es un camino de ida”, se envalentonó Soler, que trata, como propuesta, de animar a los productores a introducirse en un MH (casi como prevención) antes que tengan que hacerlo por obligación, ya sea ambiental o social.
Desafíos
En cualquier cosa que esté dando sus primeros pasos (aunque el MH lleva ya por lo menos 10 años en Patagonia y más en el mundo), siempre hay un sinnúmero de desafíos. Soler apuntó algunos: “Van desde la posibilidad de proveer al consumidor un producto de altísima calidad, aportar elementos para acercar lo rural con lo urbano, contribuir a delinear políticas públicas, generar proyectos educativos y hasta ayudar a mitigar el cambio climático”.
Pero sin dudas, uno de los talones de Aquiles es seducir a más productores para difundir el sistema. El intento de contagiar a cada vez más productores “para que se den cuenta que pueden hacer la ganadería de una mejor manera” es uno de los desvelos de Soler. (Lea: Ganadería regenerativa, su restauración y gestión del suelo)
“Los beneficios tranqueras afuera pasan por obtener un producto de calidad omega 3 y 6 en las carnes de pasto que se están empezando a certificar”, apuntó Soler. Y agregó: “Potencialmente, empezando a medir cantidad de carbono secuestrado, está la posibilidad de vender carbono en algún momento”.
Hacia la comunidad, el desafío, para Soler, es acercar la producción a la comunidad, porque “estamos yendo a favor del ambiente” y es uno de los reclamos de la sociedad urbana hacia el campo, que estamos aumentando la concentración de gases efecto invernadero, sin embargo, tenemos que salir a contar que una ganadería holística secuestra mas carbono del que emite, en muchos casos da carbono positivo, comunicar esas ventajas son un desafío grande”.
Otra forma de pensar la ganadería. Salir de la defensiva para ir decididamente al ataque e imponer las condiciones de juego, que en este caso se tratan de un ganar (el ambiente); ganar (el productor); ganar (la sociedad/los consumidores).
Fuente: Juan I. Martínez Dodda – Clarín Rural.
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