¿En qué consisten la vulvovaginitis pustular infecciosa y balanopostitis infecciosa?

El virus que causa la rinotraqueitis infecciosa bovina (IBR) es el herpesvirus bovino BHV subtipo 1 y representa cepas que causan la enfermedad respiratoria. En cambio, el BHV subtipo 2 incluye cepas que causan enfermedades genitales, como la vulvovaginitis y la balanopostitis.

La vulvovaginitis pustular infecciosa (VPI) se presenta en vacas, en tanto que la balanopostitis infecciosa (BPI) se manifiesta en los machos. La forma genital conocida VPI-BPI es una infección venérea caracterizada por infertilidad temporal.

Generalmente, el BHV se manifiesta con la IBR, por la aparición de una rinotraqueitis exudativa que afecta a los bronquios mayores de los animales infectados. Las complicaciones bacterianas subsecuentes pueden agravar el curso de la enfermedad.

No obstante, la rinotraqueitis no es más que una de las manifestaciones clínicas que el agente causal puede ocasionar, que puede observarse también con dermatitis, mastitis y metritis. (Lea: Conozca cuáles son los tipos de herpesvirus bovino)

El aborto es otra de las manifestaciones importantes de esta enfermedad, dado que el feto es susceptible a la infección durante todo el período de gestación pudiendo causar la muerte aún dentro de las primeras horas de vida.

Aunque el aborto es más que una secuela del problema respiratorio, hay reportes de cepas con cierto potencial abortigénico que pueden producir brotes de abortos. Además, hay una forma encefálica altamente mortal en terneros.

En Colombia se ha reportado para vacas una seroprevalencia del 51,7 % para la región Caribe, 21,5 % para la región Andina y 20,6% para el piedemonte llanero. (Reportaje: Efectos del virus IBR y su situación en la ganadería colombiana)

Respecto a la VPI y la IPB, el curso es aproximadamente de 4 días y el animal presenta fiebre, pérdida de apetito y depresión general. La primera se caracteriza por la edematización de la vulva que además se presenta rojiza, con vesículas, pústulas y úlceras.

La VPI viene acompañada de descarga seropurulenta como consecuencia de la infección bacteriana. Si bien las lesiones desaparecen aproximadamente a los 10 días, la descarga vaginal puede persistir varias semanas.

Los machos presentan inflamación del pene y prepucio con la formación de pústulas y úlceras, lesiones similares a las de VPI. Los toros afectados sufren fiebre, depresión y anorexia, además de impotencia temporal para el coito.

Debido a las cicatrices producidas por la recomposición de las erosiones que se producen, si continúa el apareamiento de los animales, pueden observarse secuelas como la distorsión del pene o fallas en la erección.

En general este tipo de sintomatología es producida por el BHV-1.2 y raramente se acompaña de infección respiratoria. (Lea: Tenga en cuenta cómo estas enfermedades infecciosas afectan los ojos de sus bovinos)

Uno de los mayores problemas en el control de la infección del HVB-1 es la capacidad del virus de permanecer en estado latente y persistir así por largos períodos de tiempo o reactivarse periódicamente, como consecuencia de estrés fisiológico del animal o por tratamiento con corticoides. 

Fuente: Aspectos sobre rinotraqueitis infecciosa bovina en Journal of Agriculture and Animal Sciences