En horas bajas se conmemora el Día Internacional de la Leche

Una industria que unilateralmente baja el precio, insumos cada vez más costosos, fenómenos de tipo climático y una ola de importaciones, son solo algunos de los problemas que enfrentan los productores colombianos. Este es el panorama.

Algunos piden ayuda al Gobierno, otros consideran irse a paro y muchos optan por cambiar de actividad.  

El Día Internacional de la Leche, iniciativa promovida por la Organización de las Naciones Unidas y la Alimentación, FAO, este año llega a su décimo cuarta edición buscando que durante un día al año el líquido centre la atención de todos los países alrededor del mundo y se le dé un perfil universal. En Colombia, el panorama actual luce desalentador. (Lea: Lo que piden las cuencas lecheras de Colombia para no desaparecer)   Lo variopinta de los problemas ha generado que los productores del país coincidan en la urgencia de una política de Estado que permita solventar los efectos de una crisis que puede derivar en la quiebra de muchas de las 350 familias que se dedican a la producción del lácteo.   El precio de la leche   Lo que inició en una región como una medida temporal ha terminado por convertirse en una tendencia. La industria ha optado por disminuir el precio al que le paga el litro de leche al productor, esto sin tener en cuenta la resolución que hay sobre el tema, los costos de insumos ni las variables en las que con esmero trabaja el ganadero esperando un reconocimiento adicional. (Lea: Algarra, Alpina, Alquería y Parmalat disminuyen el acopio de leche)   Antioquia, Valle, Cundinamarca, Boyacá y el Meta son algunos de los lugares en los que les han anunciado a los productores bajas en el valor a pagar que van desde los $30 hasta los $100.   A muchos incluso les han dicho que es el momento de considerar la posibilidad de abandonar el negocio y dedicarse a la carne, sobre lo que Luaskin Arley Pérez Ocampo, gerente de Unilac, cooperativa lechera de Antioquia, aseveró que  “no es justo que les pidan a los empresarios dejar de producir, especialmente a quienes llevan dedicados más de 40 años a este sector”. (Lea: Industriales bajarían $70 el precio por litro de leche en Magdalena)   Sobre la posibilidad de irse a paro, como manifestaron estarlo contemplando algunos ganaderos de Antioquia, se mostró en desacuerdo y expresó que lo que se debe es apostarle a producir y buscar la manera de pasar de 140  litros que se consume per cápita  a 150 o 200, “mejoraríamos la situación de la población que estaría mejor nutrida y de quienes se dedican a su producción al tener la certeza de poder seguir viviendo en el campo ordeñando sus vaquitas”.   El tema de las importaciones   El bajo precio internacional de la leche en polvo se ha convertido en excusa para la industria que aprovechando la coyuntura ha decidido comprar en grandes cantidades, provocando un ‘sobreestockeamiento’. De paso, es el pretexto que utiliza para comprarle menos a los productores nacionales.   De acuerdo con la oficina de Planeación del Fondo Nacional del Ganado, FNG,  “los industriales deben reconocer que muchas veces son ineficientes y se llenan de inventarios de leche importada y no saben qué hacer con ella”. (Lea: 6 mitos que la industria le ha hecho creer al productor de leche)   El fuerte verano y el intenso invierno tampoco ayudan   El exceso de calor en muchas regiones del país ha hecho que los pastos se quemen e impida su normal crecimiento. Asimismo, las elevadas temperaturas secaron la gran mayoría de fuentes hídricas que hay disponibles en el país, razón por la cual escasea el alimento para los semovientes sin que sus dueños tengan mayores alternativas para evitar las disminuciones en la producción y que de a poco algunos ejemplares empiecen a morir.   Jaime García Monte, ganadero en Sucre, ratificó que “la situación está grave” y si el panorama no cambia, con la llegada de lluvias fuertes o alimento proporcionado por el Gobierno, los hatos disminuirán hasta dejar a los pequeños, medianos y grandes productores pecuarios sin una base económica para subsistir. (Lea: Comienza a morir ganado en el Caribe por el verano)   Por su parte, las constantes precipitaciones que han caído en el departamento durante todo 2015 tienen alarmados a los ganaderos, quienes ya no tienen pasturas para alimentar a sus semovientes.   En ambos casos se ha solicitado al Gobierno que agilice la apertura de bodegas ganaderas, un espacio en el que es posible encontrar alimentos para las reses a mejores precios de los que se consiguen en el mercado y que representan una gran ayuda para enfrentar los fenómenos climáticos, que en el caso de varias regiones completan casi 6 meses. (Lea: Situación por invierno en Putumayo es cada vez más delicada)   El costo de los insumos, sin freno   El sector ganadero en Colombia, específicamente el lechero, atraviesa por un periodo crítico, así al menos lo expresaron algunos productores de Cundinamarca, que argumentan que la industria no está pagando una cifra alta o estable por el litro de leche y como medida para sostenerse se ven obligados a sacar de la canasta ganadera varios elementos fundamentales.   El tema del costo de los insumos es tan delicado que ya el Ministerio de Agricultura anunció que de Rusia viene un barco cargado de elementos que deberán ayudar a quienes se encuentran en el sector rural. La medida se adoptó también como una forma de hacerle entender a la industria que es necesaria una evaluación de la manera en la que se maneja el tema. (Lea: Zarpa hacia Colombia el ‘Albatross’ con 20 mil toneladas de fertilizantes)   La leche sigue siendo un alimento de primera necesidad y casi de obligatoria presencia en la canasta familia, del que se conocen sus bondades como parte del proceso de formación de los menores y al que 350 mil familias le deben su sustento diario; sin embargo, los productores de todo el territorio nacional coinciden en la urgencia de su mensaje al Gobierno para que sea desde allí donde se dicten políticas que les permitan seguir trabajando y viviendo de forma digna y garantizando que a diario cada persona pueda disfrutar de un vaso de leche 100 % colombiana.