En Australia, los cálculos biliares bovinos valen más que el oro

El portal BeefCentral explica que el verdadero tesoro en Australia, por encima de la sangre fetal utilizada para la industria de diagnósticos o las válvulas cardiacas, proviene de un lugar inesperado: las piedras de la vesícula biliar. (Lea en CONtexto ganadero: Cálculos biliares en ganadería: ¿problema u oportunidad económica?)

Las piedras de vesícula biliar, extraídas ocasionalmente de los bovinos durante el procesamiento en los frigoríficos, han alcanzado un valor extraordinario en el mercado, llegando hasta los $330.000 dólares australianos por kilogramo, alrededor de unos $900.000 COP.

Para poner esta situación en perspectiva, el precio del oro de 24 quilates en Australia es de aproximadamente $131.000 dólares australianos por kilogramo, unos $357.000 COP, lo que hace que las piedras de vesícula sean casi tres veces más valiosas que el oro.

De acuerdo con la mencionada fuente, el mercado de estas piedras ha experimentado un aumento inimaginable en los últimos años. En 2015, el valor de las piedras de vesícula de mayor calidad rondaba los 20.000 dólares australianos por kilogramo, pero desde entonces el precio ha aumentado en un 1550%, alcanzado niveles sin precedentes en la actualidad.

A pesar de su alto valor, las piedras de vesícula biliar no son fáciles de encontrar. En Australia, la producción total de estas piedras es de apenas 200 kg. A nivel mundial, Brasil es el mayor productor, con una producción anual de alrededor de 2.000 kg.

Estas piedras, que pueden parecer pequeñas rocas son sorprendentemente ligeras. Inicialmente, contienen un 75% de agua, pero pierden peso al secarse antes de su venta. Sin embargo, si se dejan secar demasiado, pueden desarrollar moho, lo que disminuye su valor.

La formación de piedras de vesícula biliar en el ganado puede verse influenciada por diversos factores, como el tipo de pastizal en el que pastorean y el acceso al agua de pozo. Además, la edad del ganado en el momento del sacrificio también juega un papel fundamental.

Las plantas de sacrificio que procesan vacas mayores destinadas a la producción de carne suelen producir más y mayores piedras en comparación con aquellas que procesan ganado joven alimentado con pasto o granos.

Los expertos aseguran que en promedio, se necesitan sacrificar 30.000 cabezas de ganado para obtener 1 kilogramo de piedras. Si todas las piedras fueran de calidad, esto implicaría un retorno alrededor de 10 dólares por cabeza sacrificada, expone BeefCentral. No obstante, muchas de estas piedras son de calidad inferior, lo que reduce esta cifra, posiblemente a los 5 dólares por cabeza.

Incluso en plantas de sacrificio que matan alrededor de 200.000 cabezas de ganado al año, la producción de piedras de vesícula biliar comercializables puede ser tan baja como 1 kilogramo por año.

Aunque China sigue siendo el principal mercado para las piedras de vesícula biliar australianas, otros países como Japón, Corea y Taiwán también son clientes. Una teoría interesante sobre el aumento de los precios de las piedras es que su atractivo ha trascendido su uso en la medicina tradicional asiática y ahora se han convertido en una forma de moneda en algunas partes de Asia. (Lea en CONtexto ganadero: Cómo obtener cálculos biliares de los bovinos para comercializar)

Los cálculos biliares de bovinos encuentran su aplicación en la farmacopea. Son utilizados en medicina por sus propiedades calmantes, antipiréticas y anti-inflamatorias, particularmente en tratamientos para problemas hepáticos, señala http://www.epmrq.gob.ec/

¿Cómo se forman los cálculos biliares?

Los cálculos biliares se forman cuando la bilis se concentra y se cristaliza en la vesícula biliar. Esta concentración puede deberse a varios factores, como una dieta inadecuada, una infección, un bloqueo en los conductos biliares o una predisposición genética. (Lea en CONtexto ganadero: Cálculos biliares en ganadería: ¿problema u oportunidad económica?

En rumiantes, la formación de cálculos biliares está asociada con la composición de la dieta. Una dieta rica en calcio, fósforo y proteínas y pobre en magnesio y fibra puede aumentar el riesgo de formación de cálculos biliares. También se ha observado que la falta de agua y el consumo de agua de mala calidad pueden contribuir a la formación de cálculos biliares en rumiantes.