¡De la carne a la leche! Los precios bajos al ganadero y altos al consumidor

Bien lo señaló hace unos días el presidente ejecutivo de la Federación Colombiana de Ganaderos, José Félix Lafaurie, quien desde el gremio cúpula de la ganadería lleva años convencido de las bondades de diversificación de la exportación de nuestros productos: “Las exportaciones tienen un efecto en la modernización productiva y esta sobre los precios y la rentabilidad, que redundan en bienestar al ganadero y mejoramiento de la vida rural”.

Si en el sector cárnico —denuncia Fedegan— que los intermediarios ociosos bajo el amparo de la informalidad (también alta en el sector lácteo) se quedan con gran parte del valor pagado por el consumidor, en la leche sucede algo parecido, esta vez por cuenta de la imperfección natural de este commodity, que la normatividad estatal está llamada a subsanar.

No es gratis que desde la firma del acuerdo de competitividad de la cadena láctea, se le haya dado relevancia al desarrollo de la vocación exportadora de leche al país como estrategia de desarrollo rural y porque no decirlo, de una verdadera siembra de la paz para los colombianos!

Por desgracia, gobierno tras gobierno, unos mas que otros; nos hemos quedado en el discurso, en el diagnostico, en los estudios y en las radiografías sectoriales. Unos se han arriesgado un poco mas y han definido y hasta diseñado planes, programas y políticas que prometen sacar al sector de su atraso y a los productores de su perdida sucesiva de rentabilidad, de calidad de vida y de esperanza.

Pero al implementar, al llegar a la acción; se dilapidan cientos de buenas ideas y miles de dólares en recursos públicos y de ayudas internacionales, que se quedan por el camino llegándole al productor centavos y soluciones efímeras.

Precios pagados al productor y precio pagado por el consumidor

Cuando hablamos de precios de leche debemos diferenciar claramente los precios de compra de la leche al productor y los precios de venta de leche y derivados al consumidor.

El precio de compra al ganadero depende de tantos factores que parten de la posición dominante de los compradores sobre los productores por ser, entre otras, un producto altamente perecedero y por la naturaleza minifundista de la ganadería nacional. La oferta o producción de leche viene creciendo los últimos años en nuestro país y el 2023 mantuvo su producción gracias entre otras cosas, al buen régimen de lluvias que se registró en el país a pesar de los anuncios de fenómeno del niño que se alertaba para septiembre pasado. Este no llegó para esa época pero si generó que la industria se protegiera de la eventual escases y llenara sus bodegas de leche en polvo importada.

Con este panorama de producción de leche creciente fruto del trabajo de nuestros campesinos ganaderos, reducción en el consumo por parte de los consumidores fruto quizá de las dificultades económicas y bodegas industriales con inventarios altos de leche en polvo por reconvertir; la reducción en el precio de compra al ganadero se mantuvo mes tras mes durante todo el 2023.

La lógica diría que el precio al consumidor también se reduciría, pero no es así. Casi nunca es así. La industria mantiene los precios de venta al consumidor altos bajo argumentos unos ciertos otros no tanto, de costos de industrialización, costos de intermediación de la cadena comercial y competencia desleal como las leches de mala calidad adulteradas con sueros que ya hemos comentado en una anterior columna.

Al descenso en el precio al productor ayudó la baja cotización de la leche a nivel mundial y principalmente la baja de la tasa de cambio que, obviamente, reduce el costo de la leche importada.

Algunas marcas, no tanto por sus inventarios de leche en polvo sino como respuesta a una estrategia de crecimiento o recuperación del consumo deprimido, para los últimos meses del 2023, bajaron el precio al consumidor vía promociones principalmente. Las bodegas que hoy siguen llenas “ayudan” a presionar el precio de compra al ganadero a la baja, y eso al industrial le gusta, a pesar de afectar drásticamente los ingresos de los ganaderos colombianos.

Este escenario de fin de año tiene también otro objetivo; partir de un bajo precio y altos inventarios, a la hora de definir para 2024 el esquema de precio de compra de leche cruda al ganadero regulado por la Resolución 017 de 2012 sobre el esquema de pago nacional. Ya veremos como abordamos el tema al interior del Consejo Nacional Lácteo, donde desde Fedegán insistiremos en la defensa de los intereses de los 630.000 ganaderos y el desarrollo de la cadena láctea en favor de los consumidores colombianos.

Ahora con el intenso verano fruto del fenómeno de El Niño que afecta la producción láctea nacional, hoy con una reducción de algo mas del 12% para este enero, la amenaza posterior de fenómeno de La Niña ya en un 60% de probabilidades para octubre, según los últimos anuncios del IDEAM y MinAmbiente y el poco apoyo real de parte del estado para reconvertir la ganadería a esquemas sostenibles silvopastoriles, la situación ganadera es incierta y será motivo de incrementos ahí sí, de precios pero al consumidor en los próximos meses de este 2024.

Difícil panorama que insistimos se mejoraría con la implementación del sistema nacional de trazabilidad de leche en polvo y lactosueros y con el desarrollo del sello de leche 100% colombiana que le daría a la buena industria nacional –que es mucha– otro argumento de mejores ventas.

Nota bene: La rentabilidad de los ganaderos obviamente también depende de nuestra eficiencia productiva y reproductiva, pero esa será discusión de donde hay mucha tela por cortar

Ricardo Arenas Ovalle Médico Veterinario. Especialista en Finanzas y Negocios Internacionales Especialista en Gerencia de empresas agropecuarias Consultor agroindustrial. Experto en producción y calidad de leche.