La alimentación animal desempeña un papel clave en la sostenibilidad ganadera
Foto: Fedegán FNGPor tratarse de una cadena, la alimentación del ganado también debe ser sostenible.

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¿Cuál es la responsabilidad de los fabricantes de alimento balanceado para minimizar las emisiones GEI de los animales?

Por CONtexto ganadero - 28 de Enero 2025

Por tratarse de una cadena, la alimentación del ganado también debe ser sostenible.

Los fabricantes de alimento balanceado tienen la responsabilidad de minimizar las emisiones y apoyar prácticas que fomenten la biodiversidad, haciendo uso de tecnologías adecuadas para optimizar el uso de los recursos y disminuir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI).


Así lo plantea un trabajo de la multinacional Alltech que indica que la verificación de prácticas sostenibles en la alimentación animal ya no se limita a declaraciones generales, sino que debe estar respaldada por datos medibles y verificables, con el objetivo de evaluar el impacto ambiental de ingredientes específicos.

Un reto creciente para la industria de la alimentación animal es la disputa por las fuentes alimentarias que también están destinadas para el consumo humano. Esto representa un desafío a la inclusión de aditivos para mejorar la eficiencia del rumen y a la búsqueda de ingredientes que solo los rumiantes pueden utilizar.

La alimentación animal sostenible ya se está poniendo en práctica y un ejemplo de ello es la red de 8 laboratorios Alltech IFM, (modelo de fermentación in vitro, por sus siglas en inglés, a través de la cual se puede determinar con mayor precisión la eficiencia de la dieta y las posibilidades para reducir las emisiones y mejorar la rentabilidad de los productores.


Nutrición animal y sostenibilidad


Hay 10 puntos clave, que recoge el portal ganadería.com, para entender mejor la relación que guarda la nutrición animal con la sostenibilidad:

Sostenibilidad en la alimentación animal: La alimentación animal debe respaldar prácticas sostenibles, reduciendo la huella de carbono y promoviendo la biodiversidad mediante el uso eficiente de recursos.

Competencia por recursos: Un desafío clave es la competencia por ingredientes alimenticios que también son aptos para el consumo humano, lo que impulsa la necesidad de encontrar fuentes alternativas para la alimentación animal. (Lea en CONtexto ganadero: Tendencias que marcarán el futuro de la ganadería sostenible)

Optimización de la eficiencia alimentaria: Mejorar la eficiencia del rumen es crucial para reducir la cantidad de alimento necesario, optimizando la conversión de nutrientes y disminuyendo el impacto ambiental.

Evaluación de la huella ambiental: Es fundamental contar con datos medibles y verificables para demostrar la sostenibilidad en la alimentación animal, evaluando el impacto de los ingredientes y procesos involucrados.

Reducción de las emisiones: El cálculo de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero derivadas de la producción y procesamiento de ingredientes alimenticios permite identificar áreas para reducir el impacto ambiental.

Agricultura circular: La agricultura circular se centra en aprovechar subproductos y cerrar ciclos de nutrientes, reduciendo el desperdicio y mejorando la sostenibilidad de los sistemas de producción animal. (Lea en CONtexto ganadero: Cuáles son los principios básicos de la alimentación en rumiantes)

Uso eficiente de recursos: El enfoque en una mejor utilización de los recursos en la alimentación animal permite reducir tanto los residuos como las emisiones, apoyando una producción más sustentable.

Modelos de simulación para sostenibilidad: Los modelos que simulan los impactos ambientales permiten calcular la huella de carbono de las prácticas alimentarias y ajustar los métodos para mejorar la sostenibilidad.

Impacto económico y ambiental: Las mejoras en la eficiencia alimentaria no solo reducen el tiempo de producción y los costos, sino que también disminuyen la huella de carbono, contribuyendo a objetivos de sostenibilidad.

Mitigación del cambio climático: La reducción de pérdidas y desperdicios en la alimentación animal es clave para disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero, contribuyendo a la mitigación del cambio climático.