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Por - 28 de Febrero 2023
De acuerdo con el ingeniero agrónomo argentino Aníbal Fernández Meyer, la acción de hormonas anabólicas o catabólicas causa efectos opuestos en la composición de los vacunos, tanto si son animales bien alimentados como aquellos que tienen una restricción nutricional.
De acuerdo con el ingeniero agrónomo argentino Aníbal Fernández Meyer, la acción de hormonas anabólicas o catabólicas causa efectos opuestos en la composición de los vacunos, tanto si son animales bien alimentados como aquellos que tienen una restricción nutricional.
El experto señaló que las hormonas anabólicas intervienen en la síntesis de moléculas orgánicas, en tanto que las catabólicas degradan o destruyen dichas moléculas. Entre las primeras se destacan la hormona de crecimiento (HC), conocida como la somatotropina bovina (BST).
Producida por la glándula hipófisis, la HC favorece la retención proteica y la movilización de grasas, aumentando su oxidación e inhibiendo los receptores de insulina de los adipocitos, así como el ingreso de glucosa. (Lea: 3 cuidados a tener en cuenta cuando se usan hormonas en vacas)
Debido a que esta hormona es la principal determinante del tamaño animal, niveles inferiores de la misma en la sangre producen un menor crecimiento y desarrollo, tanto óseo como muscular. Según Fernández Meyer, esto sucede cuando los terneros tienen ganancias de peso inferiores a los 200 g diarios.
Por su parte, la hormona insulina promueve la retención de grasa y proteína (ambos efectos son anabólicos), de manera que la acción conjunta con la HC determinan la composición de la ganancia de peso.
El ingeniero agrónomo anotó que la concentración de esta hormona en la sangre mantiene una correlación positiva con el consumo de compuestos como carbohidratos solubles o almidón. Mientras mayor sea la concentración de insulina, los niveles de glucosa también suben y favorecen la liberación de la hormona.
Otras hormonas que actúan son los andrógenos, que limitan la regulación catabólica de los corticoides en el músculo, bloqueando los mecanismos que reducen la degradación de la proteína. (Lea: Los diversos efectos de las grasas en la alimentación del ganado de ceba)
Esto permitiría incrementar este nutriente en animales para ceba, como los toros donde los testículos generan andrógenos naturales que impulsan mayor síntesis muscular (proteína) y una menor síntesis de grasa.
Hormonas catabólicas
Entre estas se destacan los glucocorticoides, el glucagón y las catecolaminas. Este tipo de hormonas reduce la retención de proteína y grasa, favoreciendo la lipólisis o degradación de tejidos grasos y la liberación de aminoácidos en los músculos.
Cuando el animal siente hambre, estas hormonas catabólicas actúan, sobre cuando el bovino está expuesto a un déficit nutricional acentuado por la falta de alimentación. (Entrevista: Los tratamientos hormonales no afectan la salud de los bovinos)
En esta medida, cuando carecen los forrajes o su calidad es inferior, el organismo del animal busca generar energía degradando la grasa corporal, así como la proteína y los aminoácidos, ocasionando también la pérdida de músculo, que se usan para satisfacer las necesidades nutricionales.
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