Más de 5,3 millones de bovinos y bufalinos alcanza el II Ciclo de Vacunación contra aftosa, en su segunda semana
PorCONtexto ganadero-18 de Noviembre 2024
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Por - 26 de Agosto 2021
El cambio climático ha impuesto condiciones que ponen en riesgo la productividad y el desarrollo de las explotaciones, realidad que presenta importantes desafíos para los productos de origen ganadero.
El cambio climático ha impuesto condiciones que ponen en riesgo la productividad y el desarrollo de las explotaciones, realidad que presenta importantes desafíos para los productos de origen ganadero.
Para los pequeños productores, esta situación es aún más crítica, dados los bajos niveles tecnológicos y el poco capital disponible para inversión.
En Chile, Argentina, Bolivia y Costa Rica predominan los sistemas ganaderos de pastoreo en praderas, por lo cual los impactos asociados al cambio climático, como déficit o exceso de precipitaciones representan importantes limitaciones, a pesar de contar con recursos genéticos de praderas adaptadas a crecer y producir forraje bajo condiciones de restricción climática (sequía o inundación).
En tal sentido se desarrolló un proyecto conjunto en los cuatro países denominado “Bases para la generación de una estrategia integrada de adaptación para sistemas ganaderos de Latinoamérica” que fue presentado como caso de éxito e innovación en el marco de la Comisión de Desarrollo Ganadero para América Latina y el Caribe. (Lea: Las pasturas también ayudarían a mitigar el cambio climático)
Las estrategias planteadas responden a las amenazas climáticas considerando el aumento de la producción en praderas de pequeños productores en periodos críticos de escasez de agua o inundación y una menor generación de gases de efecto invernadero (GEI).
En cada país se evaluaron aspectos productivos y económicos asociados a la implementación de una estrategia integrada de adaptación a través de ensayos de variedades forrajeras tolerantes a la sequía en Chile (regiones del Bío Bío y Los Ríos); con forrajeras y tuna forrajera en Bolivia (valle y zona andina); soya forrajera adaptada al pastoreo directo en condiciones ganaderas de Costa Rica (región Huetar); y, se evaluó la promoción del crecimiento de Lotera en Argentina (Cuenca del Río Salado).
En Chile, la zona de influencia del proyecto concentra el 75 % de la masa de bovinos y el 23 % de la población de ovinos del país. Entre los ensayos realizados, se encontraron rendimientos superiores en rangos del 16 al 96 % durante la época seca y se observó que la inclusión de Bromo permitió reducir la fertilización nitrogenada en un 60 %.
Las alternativas propuestas representan una opción de recursos forrajeros más persistentes (4-5 años en comparación a 1-2 años) y con menor uso de fertilizantes nitrogenados, lo que se traduce en 193 dólares de beneficio neto por cada dólar de inversión directa, y un período de recuperación del capital de un año.
En Argentina, la intervención se realizó en la principal zona ganadera, con una presencia de vacunos correspondiente al 18 % del stock nacional. La incorporación de Lotus incrementó la producción de forraje en el verano en un 14 %, con un potencial incremento de 100 % en la ganancia de peso de bovinos, reduciendo la cantidad de emisiones de GEI generadas por cada unidad de producto (intensidad de emisiones) en un 37 %. La incorporación de Lotus, al ser una opción de mejora permanente, representa una relación beneficio/costo de 370 dólares. (Lea: Calentamiento global puede hacer que los forrajes se vuelvan más fibrosas y menos proteicos)
En Bolivia, el área de influencia corresponde a regiones alto andinas semiáridas donde la población ovina está en proceso de reducción debido a la baja producción de forrajes como consecuencia del aumento de la sequía y la degradación permanente de los suelos. La inclusión de tuna forrajera en suelos fuertemente degradados y con limitaciones climáticas permitió incrementar al doble la ganancia de peso de ovinos, reduciendo la intensidad de emisión de GEI en un 58 %. Este cultivo de carácter perenne, se beneficia de una fertilización balanceada, generando una relación beneficio/costo de 1.368 dólares y un período de recuperación del capital de un año.
En Costa Rica, la Región Huetar Norte comprende el territorio con mayor actividad ganadera, ya que abarca el 31,3 % de dicha población. Se evaluó la inclusión de soya forrajera, con lo cual se aumentó la producción de forraje en el periodo crítico en un 5 %. El mayor crecimiento y calidad proteica del forraje resultó en una ganancia diaria de peso en animales de doble propósito 2,4 veces más alta respecto a sistemas tradicionales y la intensidad de emisión de GEI se redujo en un 73 %. La incorporación de soya forrajera generó una relación beneficio/costo de 45 dólares, con un periodo de recuperación del capital de 2 años.
En general, los ensayos realizados bajo condiciones de campo se complementaron con la realización de talleres para conocer las principales barreras de adopción de las medidas de adaptación sugeridas. Esta información permitió incorporar estrategias para sobrepasar las limitantes identificadas, como la validación de tecnologías en el territorio, el uso de agricultores referentes como faros tecnológicos y la generación de información sobre el costo-beneficio de las prácticas.
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