Más de 5,3 millones de bovinos y bufalinos alcanza el II Ciclo de Vacunación contra aftosa, en su segunda semana
PorCONtexto ganadero-18 de Noviembre 2024
Cargando...
Por - 17 de Agosto 2016
La mastitis es la inflamación de la glándula mamaria. Cuando esta es clínica o purulenta los síntomas son manifiestos, es decir, las ubres presentan cambios como inflamación, abundante pus, calor, enrojecimiento y dolor. Además, la leche es visiblemente anormal.
La mastitis es la inflamación de la glándula mamaria. Cuando esta es clínica o purulenta los síntomas son manifiestos, es decir, las ubres presentan cambios como inflamación, abundante pus, calor, enrojecimiento y dolor. Además, la leche es visiblemente anormal. Los casos de mastitis purulenta se dan cuando la vaca está sistémicamente enferma. Puede tener fiebre, baja temperatura, pérdida de apetito, shock, o estar caídas. Alejandro Ceballos Márquez, miembro del Instituto de Biotecnología Agropecuaria de la Universidad de Caldas, explicó que es importante que el productor conozca a fondo de esta enfermedad, no solamente la que se presenta con signos clínicos, sino la que no se ve a simple vista, denominada mastitis subclínica. (Lea: Cómo identificar, tratar y prevenir 7 enfermedades en vacas frescas) “Lo más importante es que el ganadero logre detectar sus vacas infectadas, de esta forma podrá realizar un análisis integral de todos los fenómenos asociados a la enfermedad y evitar pérdidas de animales y económicas”, comentó Ceballos Márquez. Juan Carlos Arcos, médico veterinario y experto en manejo animal, explicó que cuando a una vaca que padece de una mastitis subclínica se le descuida, la enfermedad puede llegar a agravarse y convertirse en clínica. Indicó que la mastitis clínica se caracteriza porque la ubre o los pezones se vuelven purulentos y empiezan a expulsar pus (líquido espeso de color amarillento). El médico veterinario sostuvo que una de las principales razones por las cuales se dan este tipo de manifestaciones es porque se le da un mal manejo al animal, es decir, se realizan malas prácticas al momento del ordeño. (Lea: Mastitis bovina: la enfermedad más costosa para la ganadería) En cuanto a la sintomtología, Arcos comentó que la vaca presenta unos signos clínicos tales como el enrojecimiento de los pezones, calor o fiebre localizada en la ubre y dolor en esa área. Asimismo, apuntó que la leche puede estar purulenta o con un color diferente (amarillento o rojizo), dependiendo del tipo de lesión. Aseveró que esta afección puede desencadenar unos casos críticos, en los que como la vaca no se pudo ordeñar, la leche se coagula y se produce tanta materia o pus que el tejido fibroso de los cuartos se empieza a romper o fisurar. En casos clínicos, los antibióticos pueden funcionar bien para patógenos gram-positivos. Para casos gram-negativos casi siempre se curan solas. Cuando se trata con micoplasma, se aconseja desechar la vaca. Si el tratamiento no funciona, es necesario tomar una muestra original y hacerle pruebas para determinar otras opciones. (Lea: La cura contra la mastitis bovina está en manos de los productores) En cuanto a la prevención, los expertos recomendaron las buenas prácticas de ordeño, por ejemplo, la buena higiene en los echaderos y las ubres a través de los ordeñadores y unidades de ordeño. Un buen presello y post sello también ayudarán.
Noticias Relacionadas
PorCONtexto ganadero-18 de Noviembre 2024
PorCONtexto ganadero-18 de Noviembre 2024
PorCONtexto ganadero-18 de Noviembre 2024
PorCONtexto ganadero-18 de Noviembre 2024
PorCONtexto ganadero-17 de Noviembre 2024
PorCONtexto ganadero-16 de Noviembre 2024
PorCONtexto ganadero-15 de Noviembre 2024
PorCONtexto ganadero-15 de Noviembre 2024
PorCONtexto ganadero-15 de Noviembre 2024
PorCONtexto ganadero-15 de Noviembre 2024
PorCONtexto ganadero-14 de Noviembre 2024
PorCONtexto ganadero-14 de Noviembre 2024