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Conozca la ocurrencia y efectos de las micotoxinas en ensilaje

Por - 07 de Mayo 2021

Las micotoxinas están presentes en una variedad de alimentos para el ganado incluyendo concentrados, forrajes verdes, henos y ensilajes.


Las micotoxinas están presentes en una variedad de alimentos para el ganado incluyendo concentrados, forrajes verdes, henos y ensilajes.

Además de la gravedad de sus efectos en el ganado y en la salud humana, la presencia de micotoxinas genera costos directos de eliminación de alimentos e ingredientes y costos indirectos de las medidas de control de calidad.

Según un artículo publicado en el portal journalofdairyscience.org, cuando se alimenta a los animales con dietas contaminadas con micotoxinas pueden ocurrir efectos tóxicos como reducción de la ingesta de alimento, disminución en la producción de leche, problemas reproductivos, inmunosupresión, e incluso la muerte. (Lea: ¿Cómo evitar las micotoxinas en bovinos?)

Los forrajes ensilados pueden contener una mezcla de micotoxinas, procedente de la contaminación previa a la cosecha o en la post-cosecha con hongos toxigénicos que son comunes en ensilajes, como Aspergillus y Penicillium.

Sin embargo, muchos hongos comunes no producen micotoxinas y la presencia de hongos en el ensilado no indica necesariamente la presencia de micotoxinas, así como su ausencia no confirma que no existan.

La temperatura, la actividad del agua (aw) y de los insectos son los principales factores que influyen en la contaminación por micotoxinas. Los hongos pueden crecer entre 10 y 40°C, en un pH de entre 4 y 8 y cuando la actividad del agua es mayor que 0,7.

El estrés oxidativo también suele inducir a la producción de micotoxinas a varios hongos. Esta respuesta oxidativa es desencadenada por la planta huésped en defensa a la infección por hongos.

Otros factores que pueden predisponer a los alimentos para el crecimiento de hongos y la producción de micotoxinas incluyen el daño físico a las mazorcas de maíz y daños a las cubiertas de silo por roedores, lluvia y granizo.

De acuerdo con lo señalado en la nota, las micotoxinas que están presentes con frecuencia en los forrajes ensilados incluyen tricotecenos, fumonisinas, aflatoxinas, ZEA, ácido micofenólico y roquefortina C. (Lea: Micotoxinas en silos y concentrados afectan al ganado de leche)

Las especies de Fusarium se identifican como hongos de campo porque proliferan durante el crecimiento y la maduración de las plantas. Su crecimiento se ve favorecido en alta humedad (>70 %) y temperaturas que fluctúan entre días calurosos y noches frescas. Las condiciones de ensilado no son favorables para el Fusarium, ya que no tolera pH bajos y condiciones anaeróbicas.

Sin embargo, algunas toxinas de Fusarium son relativamente estables o no se destruyen completamente durante el ensilado. Por tanto, las concentraciones de las toxinas de Fusarium detectadas en el ensilaje pueden reflejar los niveles de contaminación en el momento de la cosecha.

Los tricotecenos consisten en metabolitos producidos por muchos géneros de hongos como Fusarium, Myrothecium, Phomopsis, Stachybotrys, Trichoderma y Trichothecium. Dentro de este grupo, las más conocidas son: toxina T-2, DON (Deoxinivalenol) y fusarenon X. Estas toxinas son ampliamente desintoxicadas por la microbiota ruminal.

La T-2 se asocia con gastroenteritis y enfermedades intestinales, hemorragias, inmunosupresión y problemas reproductivos y de rendimiento en el ganado.

DON es una de las micotoxinas más comúnmente detectadas en ensilajes y las concentraciones pueden ser muy elevadas. Los rumiantes son relativamente resistentes porque algunos microorganismos ruminales pueden detoxificar esta toxina.

Entre tanto, las fumonisinas representan la amenaza más frecuente al ganado entre las micotoxinas. Estudios revelan niveles de fumonisinas en el ensilaje de maíz de 340 a 2490µg/kg de MS, con mayores concentraciones detectadas en muestras tomadas de la capa superior y las paredes laterales del silo, que normalmente son propensos a la infiltración de aire y a una menor fermentación. (Lea: Micotoxinas en la comida de vacas pueden generan mastitis)

La exposición crónica a aflatoxinas en dietas de vacas lactantes causa efectos adversos como bajo rendimiento de las vacas, función hepática deteriorada y mayor susceptibilidad a enfermedades a pesar de las vacunas.

Los síntomas asociados con ingestión aguda de aflatoxinas incluyen inapetencia, ataxia, pelo áspero e hígado agrandado. El diagnóstico preciso de aflatoxicosis es difícil porque los síntomas no son específicos de la afección.

La contaminación de los alimentos para el ganado por múltiples micotoxinas es una ocurrencia común en las granjas porque la mayoría de los hongos pueden producir varias micotoxinas y varios hongos pueden contaminar simultáneamente un solo alimento.

Los estudios han sugerido que la contaminación por DON puede considerarse como un marcador potencial de ocurrencia de otros micotoxinas, especialmente las toxinas de Fusarium. Los efectos sinérgicos de varias micotoxinas en la dieta pueden empeorar los problemas de salud y la producción del ganado que consume alimentos infestados de micotoxinas.

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