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Por CONtexto ganadero - 04 de Mayo 2023
Conozca algunas recomendaciones para el manejo de los purines en ganadería, esto es, la mezcla de las excretas líquidas y sólidas de los bovinos, agua utilizada en el proceso de limpieza y restos de alimentos.
De acuerdo con Navarra Agraria, el purín es una «mezcla heterogénea de deyecciones sólidas y líquidas de los animales junto a restos de materiales utilizados en la alimentación del ganado», a la que se suma el agua de distintas fuentes: de los abrevaderos, aguas pluviales, aguas de limpieza, efluentes de ensilados, etc.
En todo caso el purín constituye un residuo de la actividad ganadera cuya correcta gestión exige una serie de inversiones, prácticas y conocimientos por parte de ganaderos, agricultores y técnicos de asesoramiento. (Lea: La 'startup' que quiere convertir el estiércol en fertilizante)
Por su parte, el portal Smasa detalló que una vaca produce cada año unos 25 000 litros de este desecho orgánico. Si no se gestiona correctamente y de forma sostenible, las consecuencias pueden ser muy negativas para el medio ambiente y para el entorno de la explotación.
Hay que tener en cuenta que el purín contiene una mezcla de defecaciones, aguas de lavado y restos de piensos, por lo que produce emisiones de gases invernadero (metano, amoniaco y CO2) y fuertes olores que repercuten de forma negativa en la calidad de vida de los vecinos de la zona.
Estos residuos se pueden reutilizar en el sector agrícola y ganadero. De un lado, se puede disminuir la dependencia de compras de fertilizantes exteriores al reemplazarlos con los purines y reducir así los costos de producción, manteniendo la producción agrícola de su base territorial.
Además, su uso eficiente supone el reciclaje de un residuo de la actividad, minimiza el impacto ambiental que puede provocar su gestión y, en definitiva, hace transitar a las explotaciones hacia una producción más sostenible.
Una de las alternativas es llevar a cabo el sistema de biodigestión anaeróbica, que reduce la emisión de los gases de efectos invernadero derivados de estos residuos orgánicos. Sin embargo, este sistema no elimina el nitrógeno, por lo que es necesario aplicar otras tecnologías.
La «Guía de recomendaciones manejo de purines de lechería» del Ministerio de Agricultura de Chile y Fedeleche ofreció las siguientes estrategias de manejo de estos residuos: (Lea: ¿Cuál es el manejo óptimo para el estiércol en fincas y qué función cumplen los biodigestores?)
Diseño de las instalaciones de una explotación lechera
1. Ubicar los patios de alimentación, de distribución y salas de ordeño en zonas altas dentro de la explotación, para facilitar la movilización de purines hacia la zona de almacenamiento o canales de distribución internos del predio para fertilización por transporte directo.
2. Colocar las instalaciones de acopio de purines a una distancia de 20 metros respecto a quebradas, cursos o cuerpos de agua superficiales naturales y artificiales, y construir obras de contención que impidan escorrentía de purines hacia dichos cuerpos de agua.
3. Considerar en el diseño de los pisos una pendiente de alrededor del 3 al 4 %, y en fosos y otros sistemas de conducción de purines, una pendiente del 5 %, para facilitar el escurrimiento de los purines.
4. Construcción de sistemas de intercepción, conducción y evacuación de aguas lluvias, que impidan su escurrimiento hacia los corrales, salas de ordeño, instalaciones de acumulación de purines y sitios de acopio del estiércol. Instalar canaletas en la totalidad de los techos de las instalaciones, o de fosos u otros sistemas de desvío de precipitaciones.
Manejo de purines en la sala de ordeño y corrales
1. Realizar un primer barrido en seco, manual o mecánico, de corrales y salas de ordeño, y posteriormente usar un sistema de lavado con agua a alta presión y bajo caudal. Con esta medida se busca minimizar el ingreso de aguas limpias al sistema.
2. Cuando se trate de corrales con piso de concreto, se recomienda realizar dos limpiezas por día.
3. En el caso de corrales con piso de tierra, se recomienda retirar el estiércol periódicamente. Si existiese riesgo de escurrimientos hacia cursos de agua superficial, el retiro debe ser previo a la época de lluvias.
4. Reutilizar el agua proveniente del lavado del sistema de enfriamiento de leche.
5. Se debe mantener un control estricto en el uso de detergentes y desinfectantes en el lavado de la sala de ordeño, usando las dosis recomendadas por los fabricantes.
6. Mantener en óptimas condiciones las cañerías e instalaciones del sistema de lavado a fin de evitar pérdidas de agua.
7. Evitar mantener mangueras con agua corriendo.
8. Para reducir la generación de excretas de los animales en la sala de ordeño y/o patio de alimentación, se recomienda evitar situaciones que generen estrés al ganado.
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