Cambios en la dieta bovina reduciría emisiones de metano

El contenido proteico se puede tratar con ácidos y calor para reducir la degradación en el aparato digestivo de los rumiantes, y por consiguiente la emisión de gases.

A esa conclusión llegaron investigadores de la Universidad Nacional sede Manizales, quienes buscan disminuir las emisiones de metano y amoniaco que generan los bovinos. (Lea: La dieta para el ganado que reduce emisiones de metano)

El trabajo desarrollado desde la línea de investigación animal pretende medir in vitro cómo contribuye la dieta de los rumiantes –especialmente su contenido en proteína– a la liberación de metano a la atmósfera, y hasta qué punto se puede disminuir haciendo cambios en la alimentación sin perjudicar el bienestar y producción de los animales.

“Una vaca alimentada con granos o concentrado puede emitir entre 100 y 500 lt de metano por día. En pastoreo, sin embargo, se puede disminuir y llegar a suprimir por completo alimentando a las vacas con solo pasto y leguminosas”, añade el investigador.

El primer paso para entender por qué la dieta animal puede influir en los gases existentes en el aire es comprender qué pasa cuando los bovinos comen. “En los procesos digestivos de los rumiantes se genera metano, un gas con un efecto invernadero 23 veces mayor que el del dióxido de carbono (CO2). (Blog: Dieta para reducir el metano de las ventosidades de los rumiantes)

“La mitad de las emisiones antropogénicas de metano en Colombia es producida por los animales de granja, siendo los rumiantes los principales generadores”, explica Jesús David Martínez Salgado, magíster en Ciencias Agrarias de la UNAL sede Manizales.

Para minimizar los contenidos de proteína degradable en sus dietas, y a su vez asegurar un nivel que no afecte negativamente el crecimiento de la población microbiana de la vaca, a las proteínas de la dieta se les aplicaron tratamientos para provocar su desnaturalización, protegiéndolas así de la degradación en el rumen.

Modificación controlada

Los resultados revelan que la modificación controlada contribuye a reducir la contaminación ambiental que produce la digestión de los rumiantes. Según el investigador, el tratamiento de las proteínas de su dieta, para disminuir su degradación en el rumen, puede llegar a reducir más de un 10 % la emisión de metano producido en la fermentación ruminal. (Lea: Dietas para vacas, a prueba de calentamiento global)

Existen compuestos en las plantas que cambian el microbioma de manera natural, o aditivos que se incluyen en el suministro diario del alimento en el animal, haciéndolo más eficiente sin modificar nada en su ambiente. “Al agregarse a la dieta, sirven como moduladores de los microorganismos del rumen, ayudando en la digestión, lo que a su vez contribuye en la producción de leche y en la reducción de metano”, subraya el investigador.

En el estudio se exploraron otras soluciones, como hacer un manejo rotacional de pasturas y evitar el sobrepastoreo; o variar la alimentación con leguminosas que contribuyen a la degradabilidad de la fibra. También se determinó que el uso de subproductos de cosecha con buenos niveles de carbohidratos solubles o tratamientos con urea y melaza en dietas de baja calidad nutricional son otra alternativa. 

Este trabajo, que se desarrolló específicamente para los productores ganaderos de la región del piedemonte llanero, en el departamento del Meta, representa “una oportunidad de lograr mayor eficacia alimentaria en los rumiantes y una reducción de las emisiones contaminantes (nitrógeno y metano), con la consiguiente mitigación de sus efectos a nivel de eutrofización y cambio climático”, añade el investigador. (Lea: El sauco en la dieta para vacas disminuiría emisiones de metano)

Fuente: Agencia de Noticias UN.