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PorCONtexto ganadero-21 de Noviembre 2024
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Por - 28 de Febrero 2023
En 2016 había 89 millones de cabezas bovinas en la Unión Europea, 147 millones de cerdos y 87 millones de ovejas. La ciencia del bienestar animal estudia cómo mejorar la calidad de vida de los animales de granja y cómo eso beneficia económicamente a los propios ganaderos.
En 2016 había 89 millones de cabezas bovinas en la Unión Europea, 147 millones de cerdos y 87 millones de ovejas. La ciencia del bienestar animal estudia cómo mejorar la calidad de vida de los animales de granja y cómo eso beneficia económicamente a los propios ganaderos. Se calcula que hace más de 10.000 años que el ser humano cría animales para sacar provecho de ellos en forma de carne, leche, tejidos y otros materiales. La ganaderíade hoy poco se parece a la de entonces, pero para muchos urbanitas, cuyo único contacto con una granjase remonta a las excursiones de los años escolares, la idea de una granja sigue siendo la de una casa, un establo y un corral en el campo donde un puñado de animales corretea por los prados verdes. (Lea: Colombia reglamenta el bienestar animal) Pocas granjas hoy cumplen con esa definición. La gran mayoría son más similares a una fábrica: grandes naves industrialesen las que viven de media unos 3.000 animales organizados en jaulas o corrales. Solo de esa forma pudieron criarse en 2016 en la Unión Europea 89 millones de cabezas bovinas, 147,2 millones de cerdosy 87,1 millones de ovejas. Las granjas son hoy lugares automatizados, con flujos constantes de movimiento de animales, en los que la comida y el agua sale de dispensadores automáticos regulados con precisión. Se calcula cuánto tiempo y alimento hacen falta para que el cerdo o la vaca alcancen el peso ideal de la forma más eficiente para después trasladarlo al mataderoy vender su carne. Al fin y al cabo, esto es un negocio y el ganadero quiere maximizar sus beneficios. La idea resulta escalofriante para muchos ciudadanos que preferimos no saber de dónde sale la comida que llena los estantes del supermercado. Es fácil pensar que la de estos animales es una vida de miedo, sufrimiento y dolor. (Lea: Bienestar animal reduce el riesgo laboral) No maltrates a quien te da de comer Sin embargo, la industrialización de las granjas no debería significar que los animales que viven en ellas lo hagan en condiciones de maltrato. "Piensa que para un ganadero, los animales son sus recursos. Puede sonar frío, pero es así. Y nadie maltrata los recursos que le dan de comer”, explica Arancha Mateos, investigadora del Departamento de Bienestar Porcino de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos de la Universidad Politécnica de Madrid. “Siempre hay un descerebrado que es cruel con su ganado, pero eso no es ni mucho menos habitual por una cuestión ética pero también de lógica y economía”, añade la investigadora. También científica: la calidad de vida de los animales de ganado influye en la velocidad a la que crecen y en el estado final de su carne. La ciencia del bienestar animal(que no se centra solo en los de granja) ya es parte indispensable del esfuerzo general por mejorar la calidad de los alimentos, y cada vez se percibe un vínculo concreto más evidente entre ese bienestar animal y la seguridad alimentaria. (Lea: Principio de las 5 libertades, clave del bienestar animal) “Las amenazas al bienestar animal, incluyendo la inmunosupresióninducida por el estrés, la dispersión de patógenosen sus alimentos o las modificaciones genéticas pueden comprometer la salubridad y seguridad de los alimentos”, explica un capítulo publicado en la monografía Food Chain Quality de la editorial científica Woodhead Publishing. El texto continúa advirtiendo que “el crecimiento de la ganadería orgánicatiene sus propios desafíos en cuanto a bienestar animal y seguridad alimentaria en lo que se refiere a la seguridad de los animales, la prevalencia de enfermedades parasitariasy la presencia de residuos tóxicosen los alimentos producidos”. No hay por tanto una forma de ganadería, ni intensiva ni orgánica o ecológica, que esté libre de preocupaciones sobre el bienestar animal y la seguridad para el consumidor. (Lea: Bienestar animal, el mejor aliado de la producción ganadera) Libertades de los animales sintientes Un bienestar que la Universities Federation for Animal Welfare, que impulsa el uso de herramientas científicas para asegurar y aumentar esa calidad de vida, concreta en lo que llama las cinco libertades de los animales sintientes, dentro de los que se incluyen todos los vertebrados, y por ello, todos los animales de granja. - Que estén libres de hambre y sed, asegurándoles el acceso a agua fresca y una dieta suficiente y apropiada para que mantengan su salud y su vigor; - Que estén libres de dolor, heridas y enfermedades, a través de la prevención y, si hace falta, el diagnóstico y el tratamiento rápido de sus dolencias; (Lea: 7 aspectos importantes del Bienestar Animal) - Que estén libres de la incomodidad, dándoles un entorno apropiado que incluya un refugio y un área cómoda para descansar; - Que estén libres de miedo y estrés, asegurándoles condiciones y cuidados que eviten también el sufrimiento mental; - Que sean libres de expresar un comportamiento normal, dándoles espacio suficiente, instalaciones adecuadas y la compañía de otros animales de su especie. (Lea: Cómo influye el bienestar animal en la cadena productiva de la carne) ¿Pero cómo afectan estos esfuerzos por mejorar la vida de los animales de granja al resultado de un empresario ganadero, que es al final quien debe considerar el invertir o no en estas mejoras? Los animales tranquilos crecen mejor El equipo de Mateos se dedica precisamente a responder esa pregunta. Como parte de sus investigaciones han participado en la construcción de una novedosa nave de bienestar porcino en Madrid, muy cerca de Moncloa, con la que persiguen un doble objetivo: por un lado, reducir las emisiones de amoniaco y otros desperdicios resultado de la actividad ganadera porcina, y por otro, analizar en qué circunstancias los cerdos viven mejor en las explotaciones intensivas y cómo eso afecta a su rendimiento. “La composición nutricionalde un filete es siempre casi la misma, independientemente de cómo haya vivido el animal o lo que haya comido, pero sus condiciones de vida influyen mucho en su ritmo de crecimiento, en su capacidad de reproduccióny en su vulnerabilidadante las enfermedades”, explica Mateos. (Lea: Bienestar animal: un tema cada vez más importante para México) El estrés de los animales, explica, es el principal enemigo de los ganaderos, entendiendo como estrés el malestar y la agitación general que los animales padecen cuando están enfermos, asustados o, sobre todo, pasan demasiado calor. “El estrés térmico les sienta fatal. Algo tan simple como que haga demasiado calor hace que no coman y no se muevan, y si no comen, no crecen”. Ocurre lo mismo con el miedo: los animales asustados se estresan, pueden ser agresivos y comen menos, lo cual supone menos crecimiento y, de nuevo, menos beneficios. Los científicos buscan nuevas y mejores formas de controlar ese estrés. El enfoque tradicional consiste en medir los niveles de determinadas hormonas, principalmente cortisol, unidos a determinados cambios de comportamiento e inmunológicos, pero a día de hoy se empiezan a considerar insuficientes estos métodos tradicionales y se recurre a modernas tecnologías de genómica y proteómica para identificar biomarcadores y mecanismos moleculares relacionados con el estrés. (Lea: 7 pasos que garantizan el bienestar animal en un recinto ferial) Calidad de vida hasta el último momento Existe un momento en especial en el que ganaderos y veterinarios ponen especial cuidado en evitar el sufrimiento de los animales y es en la antesala a su muerte. Las horas previas al sacrificio del ganado deben ser tranquilas para ellos, sin miedo, sin hambre, sin calor y sin dolor. Si estas circunstancias no se cumplen pueden sufrir el llamado estrés ante mortem, una circunstancia por la que cambios hormonalesbruscos que afectan a la composición química de la sangre y del tejido muscular del animal. En un estudio publicado en la revista Journal of Animal Scienceque analiza las opciones nutricionales para reducir este estrés se explica que “las respuestas fisiológicas al estrés ante mortemincluyen la deshidratación, el desequilibrio de los electrolitos, la disminución del glucógenoen el músculo y la destrucción de grasay proteínas”. Hay que considerar que todo lo que ocurre entre las 24 y las 48 horas previas a la matanza tiene un potencial efecto económico sobre el negocio del ganadero, que va desde una disminución de peso del animal todavía vivo hasta problemas de calidad de la carnea posteriori, identificados con las siglas DFD (dark, firm and dry u oscura, dura y seca) o PSE (pale, soft and exudativeo pálida, blanda y exudativa), que hará que esta valga mucho menos cuando llegue al mercado. (Crónica: La dama del bienestar animal en Colombia) En un entorno en el que los consumidores cada vez imponen más el criterio éticoa sus decisiones alimentarias, tratar bien al ganado es una cuestión económica. No se trata de demonizar al sector ganadero y su industrialización, sin la que difícilmente sería posible alimentar a una sociedad acostumbrada a comer más carne de la que debería, sino de estudiar cómo hacer que la vida de esos animales sea lo más apacible y feliz posible. Fuente: Agencia SINC.
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