Bienestar animal es un elemento de valor agregado para producir carne bovina

Los investigadores Marlyn Hellen Romero Peñuela, Luis Fernando Uribe Velásquez y Jorge Alberto Sánchez Valencia de la Universidad de Caldas, encontraron que la determinación de estos biomarcadores es un método práctico para monitorear el bienestar animal en bovinos de carne.

Los profesores de la Universidad de Caldas (Colombia) hicieron una revisión de los cambios fisiológicos de los ejemplares cuando están sometidos a estrés, así como los biomarcadores sanguíneos para medir su impacto en el bienestar animal.

En el presacrificio, el ganado es expuesto a factores que causan agotamiento físico y estrés fisiológico, los cuales pueden tener efectos adversos para la salud, el bienestar animal y la calidad de la carne. (Lea: Factores que influyen en la calidad de la carne de vacuno)

Los factores más comunes son:

• Velocidad y movimientos bruscos del camión
• Ruido
• Fuerza centrífuga
• Ruptura de la estructura social debido a la mezcla de animales
• Ambiente extraño
• Manejo rudo de los semovientes durante el cargue y descargue
• Condiciones climáticas
• Privación de alimento y agua, entre otros.

Los autores señalaron que el estrés ha sido utilizado como un indicador de bienestar animal, pues “altera la homeostasis interna de los animales induciendo cambios en la actividad del eje hipotálamo-pituitaria-adrenocortical (HPA) y el sistema simpático-adreno-medular”.

La activación endocrina promueve la liberación de varias hormonas: catecolaminas, especialmente adrenalina y noradrenalina, hormona liberadora de corticotropina (CRH) y hormona adrenocorticotrópica (ACTH) y corticosteroides, principalmente cortisol.

Este último, a pesar de su variabilidad y vida corta, es uno de los biomarcadores más usados por diferentes autores para para determinar el estrés a través del uso de constituyentes sanguíneos. (Lea: Científicos estudian biomarcadores para predecir calidad de la carne)

Otros marcadores usados en el estudio fueron el volumen celular acumulado (VGA), la concentración de glucosa, la actividad de la enzima creatinfosfoquinasa (CK), las concentraciones de ß-hidroxibutirato y lactato, como indicadores de estrés.

Al evaluar el bienestar animal con base en estos biomarcadores de estrés, concluyeron que se trata de un proceso complejo porque la respuesta de los bovinos a las condiciones cambiantes y novedosas del presacrificio puede alterar los resultados.

Además, la diversidad de respuestas depende de factores que en ocasiones no se pueden controlar como la edad, dieta, nutrición, variabilidad individual y las experiencias de manejo previas, entre otros. (Lea: Los diferentes tipos de estrés que pueden presentar los bovinos)

A su juicio, la complejidad de la biología del estrés requiere de estudios más profundos con una muestra más numerosa de ejemplares bovinos, con el propósito de identificador los mejores biomarcadores que puedan ser útiles y fáciles de medir en condiciones de campo.

Dado que el bienestar animal (BA) se ha convertido en un elemento diferenciador y un valor agregado en la comercialización de la carne bovina, la legislación colombiana ha integrado este componente en los requerimientos de buenas prácticas de la producción primaria y secundaria.

Por esta razón, desde 2011 los autores insistieron en “incentivar y fortalecer” la inclusión del BA en los currículos de los programas de Medicina Veterinaria y Zootecnia, así como conformar líneas de investigación aplicada en el área, y la vinculación de la academia en la resolución de problemas de la industria, relacionados con su falta de implementación.

En próximas entregas, en CONtexto ganadero detallaremos los hallazgos de estos investigadores respecto a cada uno de los biomarcadores mencionados.