Aquí encontrará las diferencias entre gramíneas y leguminosas

Enrique Rimbaud, médico veterinario especialista en sanidad y con basto conocimiento sobre agronomía, expone que, por lo general, el ganadero no sabe qué debe plantar en su finca, si leguminosas o las gramíneas.

Empresarialmente, el experto dice que las decisiones deben estar basadas en las ventajas y desventajas de cada una de estas especies. Por eso, en el caso de las gramíneas, “estas no me aportan casi proteína, pues lo hacen entre el 8 y el 11% y tiene cero energía, pero tienen volumen que lo que hace es llenar la panza de los animales, es decir, darles saciedad”, explica Rimbaud. (Lea en CONtexto ganadero: Entre gramíneas y leguminosas, ¿con cuál se queda? Lea qué dicen los expertos)

Sin embargo, de acuerdo con el experto, estas especies no brindan los aminoácidos necesarios para fabricar la proteína, que es la que producen los bovinos que traduce a la carne y la leche.

A pesar de lo anterior, “lo que pasa con estas especies es que son fáciles de plantar. O sea, un productor al que no le crezca mombaza, brachiaria y esas plantas es difícil de creer porque a todos le crecen”, comenta el profesional.

En contraste con esto se encuentran las leguminosas que son difíciles de plantar porque necesitan de una preparación del suelo. “Aunque precisa menos agua que las gramíneas para nacer, además que crece en menos tiempo que la gramínea pues a esta última la tengo lista para comer a los 90 o 120 días, y una leguminosa a los 45 días”, detalla el experto.

En este orden de ideas, uno de los puntos que mencionan los productores es que las leguminosas tienen un valor más alto comparado con las gramíneas que ofrecen más volumen. Es por esto que los expertos dicen que este no debe ser un aspecto determinante en la elección de las especies por parte del productor, ya que las leguminosas brindan entre el 30 y 40% de proteína y hasta el 60% de energía, aspectos que no muestran las gramíneas.

Además, según lo mencionado por Rimbaud, “las gramíneas me empobrecen el suelo y son brachiarias peor porque estas no dejan crecer otro tipo de pasto que no sea la misma brachiaria. A esto hay que sumarle que sacan nitrógeno del suelo, calcio, fósforo”.

Por el contrario, bajo esta misma premisa, las leguminosas aportan nitrógeno, calcio, fósforo y muchos nutrientes al suelo, lo cual es beneficioso no solo para el ambiente y la tierra, sino también para el productor. (Lea en CONtexto ganadero: Mezclar gramíneas y leguminosas ayuda a disminuir la producción de gas metano)

Finalmente, Rimbaud dice que esto quiere decir que “la gramínea me da volumen, me empobrece el suelo y no recupero las semillas, mientras que las leguminosas me dan calidad por el gran porcentaje de proteínas, me enriquece el suelo, recupero las semillas y hago realmente un buen negocio y ni hablar de los beneficios de la alimentación. Por eso debo hacer un equilibrio en la finca y recomiendo que se tenga un 75% de gramínea y 25 % de leguminosa”.