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PorCONtexto ganadero-21 de Noviembre 2024
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Por - 28 de Febrero 2023
En pasadas entregas, en CONtexto ganadero explicamos cómo se puede manejar una gran manada de bovinos sin necesidad de recurrir a métodos violentos sino aplicando la técnica del limpiaparabrisas. Pero, al aplicar esta estrategia, el ganadero debe distinguir cuál es el movimiento correcto.
En pasadas entregas, en CONtexto ganadero explicamos cómo se puede manejar una gran manada de bovinos sin necesidad de recurrir a métodos violentos sino aplicando la técnica del limpiaparabrisas. Pero, al aplicar esta estrategia, el ganadero debe distinguir cuál es el movimiento correcto.
Cuando el propietario del ganado o el trabajador de la finca inicia el movimiento de la manada siguiendo la táctica del limpiaparabrisas para llevarla a un punto determinado, debe fijarse si los animales realizan un movimiento “bueno” o “malo”.
Esta estrategia busca aumentar la presión sobre la zona colectiva de fuga para iniciar el movimiento en la dirección indicada, según el diagrama de la anterior nota. (Lea: Conozca el paso a paso para hacer el movimiento del limpiaparabrisas)
De este modo, el ganadero prosigue su movimiento de ida y vuelta, pero presiona a la manada desde más cerca para inducirla a moverse hacia adelante. Con este desplazamiento de un lado a otro, hará que la manada comience a extenderse a lo largo.
Antes de continuar, debe fijarse en la diferencia entre el movimiento “bueno” y “malo” del ganado. Cuando es “bueno”, el ganado puede ser arreado fácilmente en la dirección deseada, pues todos los animales están encaminados en un mismo sentido y se mueven suavemente.
En ese aspecto, se parecen a un grupo de animales que camina hacia una fuente de agua, o que hace cualquier otro movimiento grupal voluntario en medio de una pastura amplia. (Lea: Experto solo necesita 4 días para preparar bovinos antes de una feria)
En una manada grande de animales, el movimiento “bueno” comienza con un único animal, y otros animales lo siguen gradualmente. Así pues, mientras que este tipo de desplazamiento atrae a otros semovientes, el malo causa un efecto contrario: que no lo sigan.
Según el portal de la reconocida etóloga bovina Temple Grandin, existen dos tipos de movimiento “malo”, que ocurre cuando los bovinos no van detrás de un mismo ejemplar de manera ordenada:
Los animales se disparan, se cortan hacia atrás, y otros movimientos nacidos del pánico.
Los animales dejan de moverse como una corriente ordenada en la dirección deseada.
Las señales iniciales del mal movimiento son las frenadas o los vaivenes hacia donde hay ajetreos, o los animales comienzan a darse vuelta hacia el ganadero, en vez de seguir en la dirección deseada. La forma extrema del mal movimiento es el remolino.
En cambio, el buen movimiento puede interrumpirse cuando los animales tratan de ubicar la posición del ganadero, pues es una reacción natural de las especies de presa para protegerse de los predadores: quieren saber dónde está el atacante y cuáles son sus intenciones.
Los bovinos se darán vuelta para mirar a la persona o al perro que se ubique en su punto ciego, detrás de su cola o fuera de su zona de fuga. No hay que ubicarse en el punto ciego durante mucho tiempo. (Lea: ¿Cómo debe juntar al ganado y mover una gran manada?)
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