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Por - 15 de Enero 2019
El consumo de calostro es necesario para la absorción de las inmunoglobulinas (Igs), responsables de la transmisión de anticuerpos de la vaca a la ternera y el origen de la principal línea de defensa contra agentes patógenos. Por eso, tenga en cuenta estos aspectos sobre Igs.
El consumo de calostro es necesario para la absorción de las inmunoglobulinas (Igs), responsables de la transmisión de anticuerpos de la vaca a la ternera y el origen de la principal línea de defensa contra agentes patógenos. Por eso, tenga en cuenta estos aspectos sobre Igs. Si un ternero no recibe suficiente cantidad o no puede absorber las Igs del calostro, pueden sufrir una mayor tasa de morbilidad y mortalidad, afectando la rentabilidad de su hato. (Lea: Inmunoglobulinas en el calostro y su importancia) En primer lugar, el calostro bovino contiene entre 50 y 150 mg/ml de Igs, distribuidas principalmente en 3 tipos: IgG, IgM e IgA. La primera es la más importante, pues constituye del 85 al 90% del total de las inmunoglobulinas. En segundo lugar, su origen es de 2 tipos: humoral y local. Las Igs de origen humoral son las IgG y provienen de la circulación sanguínea de la madre, se concentran en la glándula mamaria y luego cruzan la barrera mamaria hacia el calostro. Las de origen local (IgA e IgM) son sintetizadas directamente en la glándula. El tercer aspecto tiene que ver con las funciones de los diferentes tipos de Igs. Las IgG identifican y ayudan a destruir patógenos invasores, moviéndose fuera del torrente sanguíneo hacia otras partes del cuerpo. (Lea: ¿Cómo se logra la calidad en un buen calostro?) En cuanto a las IgM, son los anticuerpos que sirven para defensa en casos de septicemia y protegen de invasiones bacterianas, mientras que las IgA protegen las superficies mucosas como la del intestino, evitando que los patógenos se adhieran. De otro lado, estudios han indicado que la concentración de Igs en el calostro aumenta con el número de partos hasta llegar al cuarto, momento en el cual se estabiliza. Así pues, el calostro de las novillas de primer parto tiene menor concentración que las vacas. Esto se debe a que las primerizas han sido expuestas a antígenos por menor tiempo que las hembras con más lactancias, así como también a un menor desarrollo mamario. (Lea: El calostro mantiene su poder nutritivo hasta el octavo ordeño) Finalmente, otras investigaciones indican que la concentración de Igs es altamente variable entre vacas. Un estudio de Estados Unidos encontró variaciones entre razas como Ayrshire, Pardo Suizo, Guernsey, Holstein o Jersey, pero no determinó por qué las diferencias encontradas.
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