Más de 5,3 millones de bovinos y bufalinos alcanza el II Ciclo de Vacunación contra aftosa, en su segunda semana
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Por - 16 de Septiembre 2015
Los ganaderos en todo el mundo quieren bovinos rústicos, fuertes y que produzcan leche y carne de alta calidad. Para ello, muchos se le miden a invertir en genética, pero no siempre encuentran los resultados esperados.
Los ganaderos en todo el mundo quieren bovinos rústicos, fuertes y que produzcan leche y carne de alta calidad. Para ello, muchos se le miden a invertir en genética, pero no siempre encuentran los resultados esperados. 2 profesionales en Salud Animal del Fondo Nacional del Ganado, FNG, administrado por la Federación Colombiana de Gnaderos, Fedegán, exponen sus puntos de vista sobre lo que todo productor pecuario debería hacer para que embriones o pajillas surtan el efecto deseado en sus hatos. (Lea: Recomendaciones para inseminar vacas en el trópico bajo) Jorge García Tamayo, uno de los profesionales del FNG, aseguró que se debe iniciar haciendo una valoración de las condiciones medio ambientales de la zona donde se ubica el hato bovino. “Es un factor primordial”, afirmó, al asegurar que la adaptabilidad al contexto en el que estén las reses aumentará las posibilidades de que el material genético dé los resultados esperados. Por su parte, Germán Londoño Jaramillo, profesional en Manizales del Fondo Nacional del Ganado, dijo que el productor antes de comprar genética animal, evalúa si tendrá ganado de lechería especializada, doble propósito o cría, para con base en ello definir si ubicará reses en climas cálidos, templados o fríos, lo que le ayudará a definir el tipo de raza a escoger para el mejoramiento de genes, debido a que no todas razas se adaptan a las mismas alturas sobre el nivel del mar. La raza y el medio ambiente se analizan porque además no se trata de elegir al azar animales de lechería especializada para criar o levantar en zonas templadas. Según Londoño Jaramillo, las Holstein son de climas fríos pero no pueden vivir sobre los 3.500 metros donde corren el riesgo de padecer de la patología conocida como mal de altura. “En Manizales se tienen alturas sobre los 3.500 metros y allí va bien la raza Normando y no la Holstein”, confirmó Germán Londoño. (Lea: Trabajadores de finca aprenden a inseminar vacas para asegurar la preñez) Desde su experiencia, añadió que en climas cálidos prospera el sistema de producción doble propósito, que le apuesta a tener animales cebú capaces de vivir por debajo de los 2.000 metros de altura, pero que pueden ser eficientes en la producción láctea, ante lo cual se opta por cruzarlos con razas taurus. “Los cruces genéticos en clima cálido pueden ser entre un Gyr y un Holstein para tener un Girolando. La cebú le da la adaptabilidad y la otra la lechería”, afirmó Londoño. El siguiente paso a seguir, indicó Jorge García, es efectuar la compra del material genético. En el mercado se encuentran casas comerciales con prestigio que ofrecen los servicios de venta de pajillas de toro de distintas razas y otras entidades o asociaciones ganaderas que las ofrecen a sus afiliados. Lo importante, resaltó, es que se adquieran en sitios legales y que certifiquen la calidad del semen, lo que dará garantía al comprador y una gama de ofertas amplia para escoger, según lo que se busca. “Es como el contrabando, si se compra en sitios ilegales no se puede pedir garantía, no sé tendrán resultados, nadie responderá por nada. Si se hace con entidades serias, se tiene el respaldo de calidad”, apuntó García Tamayo. (Lea: A través de suplementación logran reducir número de días abiertos) Tras la compra del material genético se inseminan vacas o se hace transferencia de embriones con la ayuda de un médico veterinario o de personal capacitado en las prácticas. No se puede olvidar el reconocimiento del periodo de celo de las reses para que la preñez se alcance y no se pierda la inversión hecha en una pajilla. Cabe mencionar que el comercio de material genético bovino ingresa a Colombia por las fronteras y se distribuye al igual que carne, leche y otros alimentos, sin el pago de impuestos y el reconocimiento del sitio de procedencia. De otro lado, a Fundación Colombia Ganadera, Fundagán, con recursos del FNG, lidera el proyecto Genética para todos que ofrece pajillas de toros a pequeños y medianos productores de Colombia que quieren mejorar productividad y reproducción en sus fincas. Los ganaderos pagan solo $6.000 por pajilla, costo que asumen como aporte al programa a cambio de material genético certificado.
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