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4 aspectos clave para mejorar la producción lechera

Por CONtexto ganadero - 24 de Octubre 2023

Monitorizar las tasas de crecimiento de las vacas y suplementar su dieta según sus necesidades específicas es esencial

Mejorar la producción lechera requiere una atención a aspectos como el manejo adecuado de las novillas, el cuidado del calostro, la condición corporal para el parto, entre otras. CONtexto ganadero habló con un ganadero que ofreció 4 recomendaciones principales.


Para maximizar la producción y la calidad de la leche, es necesario prestar atención a diversos aspectos del manejo y la nutrición del ganado. En este artículo, Carlos Jaramillo, médico veterinario y ganadero de producción lechera, en diálogo con CONtexto ganadero, revela cuatro aspectos clave para mejorar la producción lechera.

1. Manejo adecuado de terneras y novillas

El manejo adecuado de las terneras y las novillas es esencial para garantizar un futuro exitoso en la producción de leche. Durante esta etapa, hay varios aspectos a tener en cuenta. Primero, el calostro, es decir, la primera leche que produce la vaca después del parto y es crucial para el desarrollo de las terneras. “Lo ideal es que las terneras consuman al menos 3.6 litros de calostro de alta calidad en las primeras 6 a 12 horas de vida“ dice Jaramillo, y asegura que el calostro proporciona inmunidad y nutrientes esenciales para el crecimiento saludable de las crías.

Una vez que las terneras hayan recibido suficiente calostro, es importante introducir gradualmente concentrados y forrajes de alta calidad en su dieta. Esto fomenta un crecimiento adecuado y el desarrollo de un sistema digestivo saludable. El ganadero también hace énfasis en que las terneras deben recibir vacunaciones y desparasitaciones oportunas “así se previenen enfermedades y parásitos que puedan afectar su salud y rendimiento” explica.

2. Lograr buena condición corporal para el parto

Por otro lado, la condición corporal de las vacas al momento del parto es un factor determinante para su producción lechera posterior. “Monitorizar las tasas de crecimiento de las vacas y suplementar su dieta según sus necesidades específicas es esencial”, dice Jaramillo. Por ejemplo, en épocas de sequía, es posible que el forraje sea deficiente en vitaminas liposolubles como la A, D y E, por lo que se deben proporcionar suplementos adecuados.

3. Evitar periodos de transición bruscos

El periodo de transición, que abarca desde las últimas semanas de gestación hasta el inicio de la lactancia, es crítico para la salud y el rendimiento de las vacas lecheras. Aquí hay algunas consideraciones importantes:

a) Prevenir la hipocalcemia

Se debe ajustar la dieta para prevenir la hipocalcemia, reduciendo el contenido de calcio y potasio cerca del parto y proporcionando dietas aniónicas. Esto ayuda a evitar problemas metabólicos graves.

b) Mantener el balance energético y prevenir la cetosis

Estimular el apetito de las vacas y proporcionar alimentos palatables es crucial para mantener un equilibrio energético adecuado y prevenir la cetosis, una afección metabólica. Sin embargo, “se debe tener cuidado con el exceso de algunas sales aniónicas, ya que pueden reducir la palatabilidad del alimento.” añade Jaramillo.

c) Adaptar al rumen

El rumen de las vacas debe recuperar una microbiota adaptada a la producción de ácidos grasos volátiles. Si hay problemas, se pueden utilizar ruminantes para ayudar en este proceso.

d) Estimular la salud y desarrollo del tejido mamario

No se debe permitir que las vacas aumenten demasiado su condición corporal durante el periodo de seca, ya que esto puede llevar a enfermedades metabólicas como el hígado graso y la cetosis. Mantener un equilibrio es crucial.


4. Tiempos de espera voluntarios de 45 a 60 Días

Establecer tiempos de espera voluntarios de 45 a 60 días entre el parto y la siguiente concepción es una estrategia eficaz para mejorar la producción lechera. De acuerdo con Jaramillo, “esto se facilita fisiológicamente, pero también se pueden utilizar hormonas para ayudar a regular el ciclo reproductivo de las vacas.”

Aunque esta práctica puede reducir la tasa de concepción inicial, el retorno económico suele ser mayor a largo plazo debido a que se compensa mejorando el número de vacas preñadas a los más de 100 días en lactancia, lo que resulta en una producción sostenida y rentable.