3 razones por las que su vaca no entra en celo y no queda preñada

La reproducción exitosa del ganado bovino es un factor crucial para la rentabilidad en las explotaciones ganaderas. Sin embargo, en muchos casos, los productores enfrentan el problema de que algunas vacas no entran en celo, lo que impide que queden preñadas y afecta la productividad del rebaño. La ingeniera agrónoma y zootecnista Jeraldyn García Arévalo, mediante sus redes sociales, destacó varios factores que pueden contribuir a este problema.

1. Celo silencioso

Uno de los problemas más comunes es el fenómeno del celo silencioso. Las vacas tienen un ciclo estral normal, pero en algunos casos no muestran signos externos de celo evidentes, lo que se conoce como "celo silencioso". Esto implica que, aunque la vaca esté lista para ser preñada, el ganadero puede no darse cuenta porque no observa los síntomas comunes, como el aumento de actividad o el comportamiento de monta con otras vacas.

Según la ingeniera Jeraldyn García, identificar el celo silencioso es fundamental para mejorar las tasas de concepción. Existen varias estrategias para detectar el celo silencioso:

• Observación directa: Requiere dedicación y tiempo para monitorear el comportamiento de las vacas al menos dos veces al día, ya que los signos de celo pueden ser sutiles y durar pocas horas.
• Tecnología de monitoreo: Existen dispositivos electrónicos, como collares o podómetros, que registran los niveles de actividad del animal y alertan cuando hay un aumento significativo, lo cual puede ser un indicador de celo.
• Exámenes reproductivos: Un veterinario puede realizar una revisión del sistema reproductivo de la vaca mediante palpación rectal o ecografía, lo que permite verificar si la vaca está en fase de celo.

Si se detecta celo silencioso, una técnica recomendada es la sincronización del ciclo estral mediante el uso de protocolos de Inseminación Artificial a Tiempo Fijo (IATF). Esta técnica permite controlar el ciclo reproductivo y coordinar el momento de la inseminación, aumentando así las probabilidades de una concepción exitosa.

2. Enfermedades

La salud reproductiva del ganado no depende únicamente del ciclo estral, sino también de la ausencia de enfermedades que puedan afectar la fertilidad. La Ingeniera García subraya la importancia de descartar cualquier tipo de enfermedad que pueda impedir que una vaca entre en celo o se mantenga preñada. Estas enfermedades pueden clasificarse en varias categorías:

• Enfermedades genéticas: Algunas vacas pueden heredar problemas genéticos que afectan su sistema reproductivo. En estos casos, si se diagnostican problemas genéticos serios, puede ser recomendable no utilizar a estos animales para la reproducción, ya que sus crías podrían heredar las mismas limitaciones.
• Enfermedades fisiológicas: Incluyen problemas en los órganos reproductivos, como ovarios quísticos, infecciones uterinas, o problemas hormonales. Los ovarios quísticos, por ejemplo, son una causa común de infertilidad y pueden ser tratados con hormonoterapia en algunos casos.
• Enfermedades virales y bacterianas: Enfermedades como la brucelosis, la leptospirosis y la diarrea viral bovina son infecciones que pueden provocar abortos, infertilidad y dificultades para que las vacas entren en celo. Estas infecciones deben ser diagnosticadas mediante pruebas específicas.

Jeraldyn García recomienda implementar un programa de control de enfermedades que incluya la vacunación regular y la cuarentena para animales nuevos o enfermos. De esta manera, se reduce la propagación de infecciones y se protege la salud del rebaño, favoreciendo la fertilidad.

3. Nutrición

La alimentación juega un papel fundamental en la reproducción bovina. La Ingeniera Jeraldyn García indica que más del 60% de los problemas reproductivos en el ganado están directamente relacionados con deficiencias o excesos en la nutrición. Cuando la dieta de las vacas no es adecuada, el cuerpo prioriza otras funciones por sobre la reproducción, lo que provoca una falta de celo y dificultades para quedar preñadas.

Algunos aspectos claves en la nutrición de vacas reproductoras incluyen:

• Requerimientos de proteína y energía: Las vacas necesitan niveles adecuados de proteína y energía para mantener una función reproductiva saludable. Si la dieta es baja en energía, el ciclo estral puede volverse irregular o detenerse. Los granos, como el maíz, y suplementos proteicos, como la soja, son importantes en dietas de vacas en producción.
• Minerales y vitaminas: Elementos como el zinc, el selenio y la vitamina E son esenciales para la salud reproductiva. La carencia de estos micronutrientes puede llevar a problemas de fertilidad y abortos. Los suplementos minerales específicos para ganado pueden ayudar a corregir estos problemas nutricionales.
• Balance entre nutrientes: El exceso de ciertos nutrientes, especialmente energía, también puede ser problemático. Las vacas con sobrepeso tienen mayor probabilidad de desarrollar problemas metabólicos y reproductivos. En estos casos, se recomienda un protocolo especial de alimentación ajustado para evitar problemas de obesidad y mejorar la tasa de concepción.