3 factores por los cuales los pastos se pueden poner amarillos

El color amarillo o clorosis en el césped es un síntoma de que la planta no está sana. Conozca 3 factores que pueden provocar el cambio de color en su potrero y cómo tratarlo para recuperar la tonalidad natural.   Sergio Luis Mejía Kerguelen, investigador PhD en el área de pasturas y forrajes de la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria, Corpoica, señaló que los pastos pueden perder su color natural por varios factores.   “Uno de ellos puede ser por estrés debido a una carencia hídrica o deficiencia de nutrientes, por la acción de alguna plaga o enfermedad, o por el clima”, explicó. (Lea: Pastos amarillos, sinónimo de estrés o envejecimiento)   El experto aseguró que se debe determinar cuál es la causa que puede provocar la pérdida de clorofila en la planta, haciendo una revisión juiciosa del factor que esté produciendo la clorosis, teniendo en cuenta los aspectos macro climático (verano o invierno) y micro climático (si hay sombra sobre el prado).   En primer lugar, el amarillamiento se da cuando ocurre un déficit de agua debido a una intensa sequía. Si no caen lluvias después de un período prolongado y el ganadero no tiene sistema de riego en su finca, el suelo empieza a perder su humedad y por consiguiente los pastos.   En este caso, además de procurar el agua para su potrero, usted debe revisar la profundidad del sistema de raíces con la ayuda de un barreno. Si el sistema radicular es superficial, puede ser que el suelo esté compactado. (Lea: Las pasturas para vacas también pueden sufrir estrés)   Asimismo, también se presenta clorosis cuando hay una falta de nutrientes, como nitrógeno, hierro, fósforo, azufre o calcio. Por ejemplo, durante una disminución del nitrógeno, la parte inferior de la planta puede tornarse amarilla en tanto que las hojas tendrán un color verde claro.   Un segundo factor pueden ser las enfermedades o plagas. En el primer caso, el césped puede contraer antracnosis, entre otras infecciones. En cuanto a las plagas, los insectos como los escarabajos y los chinches de raíz (blissus) pueden ser el problema cuando empiezan a consumir los potreros.   “Normalmente el amarillamiento está más asociado a las plagas. El problema es que una plaga puede llegar de repente y le cambia el color de forma inmediata, por lo que se hace difícil prevenir estos ataques”, dijo Mejía. (Lea: El blissus, un enemigo silencioso de los pastos en Cundinamarca)   Cuando sospeche de un ataque de plagas, revise muy bien sus pastos, desde la raíz, y evalúe qué animal puede estar comiéndose la planta. Un control biológico como el pisoteo de los bovinos o la aplicación de plaguicidas de forma cautelosa pueden ayudarle a recuperar el color verde de la pradera.   Finalmente, al hablar del clima, no solamente se trata de un verano intenso, sino también a otros fenómenos medioambientales que inciden en el cambio de color, como los encharcamientos o las heladas.   De otro lado, la clorosis por sombra se da cuando hay periodos prolongados de baja exposición al sol, cuando está cubierto por árboles, techos o cobertores, o condiciones como nubosidad. (Lea: Pastos deficientes no sirven al ganado bovino)   Recuerde que también debe llevar un registro de todas las prácticas y tratamientos que se hacen a su prado, como la frecuencia y la altura del corte, el tipo de fertilizante para abonar o el tratamiento con otro tipo de productos. También debe hacer un constante monitoreo del agua y de las condiciones del suelo.