Desarrollan un TAC que permite detectar y prevenir lesiones en caballos

Con el fin de detectar a tiempo lesiones comunes en caballos y poder prevenirlas para mejorar el bienestar animal, científicos crearon un Tomógrafo Axial Computarizado (TAC) para estos animales.

El proyecto fue desarrollado por personal del Instituto de Instrumentación para Imagen Molecular, del centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), y se caracteriza porque está diseñado ergonómicamente para la exploración de extremidades de caballos.

La coordinadora fue la investigadora Laura Moliner y se llevó a cabo gracias a un contrato con la compañía británica Hallmarq Veterinary Imaging Ltd. y la estrecha colaboración con otras entidades. Un año antes de la finalización del contrato, en 2022, ya se había lanzado como producto en Estados Unidos. En la actualidad, hay más de 10 unidades vendidas en hospitales veterinarios equinos, además de contar con dispositivos móviles que pueden ser alquilados, según una nota del portal dicyt.com.

Todas las disciplinas montadas a caballo provocan tensiones, tanto en las estructuras óseas como en los tejidos blandos, y muchos caballos de competición experimentan fuerzas extremas en las estructuras de las extremidades inferiores mientras ejecutan transiciones como giros cerrados o aceleraciones rápidas. La cojera posterior en la extremidad distal es una lesión común. (Lea en CONtexto ganadero: Estas son las enfermedades más comunes que afectan a sus caballos en el campo)

El objetivo del desarrollo de un TAC para la exploración de las extremidades de caballos era tanto el diagnóstico de estas lesiones, el seguimiento de su evolución, así como la prevención de posibles lesiones.

Se optó por el desarrollo de un equipo sencillo y de bajo costo que pudiera tomar una imagen tridimensional en un minuto. Según indica la investigadora, “nuestro sistema constaba de un panel detector de rayos X, próximo a la extremidad para poder explorar la mayor extensión posible, y un tubo de rayos X que gira solidariamente a dicho detector. El sistema está al nivel del suelo, de manera que el animal a explorar no tenga dificultades para posicionarse y se tuvo muy en cuenta que todo el sistema a nivel mecánico fuera silencioso para no causarle ningún tipo de molestia durante la adquisición”.

Aplicaciones

Tal y como explica Moliner, “se trata de un equipo mínimamente invasivo centrado en el confort animal. Las geometrías están estudiadas y la instrumentación escogida para que toda la radiación emitida por la fuente esté contenida dentro del panel, pero evidentemente existe radiación dispersada, por ejemplo, por la extremidad del caballo, que hay que tener en cuenta para no irradiar al usuario. Por ello, en el diseño era imprescindible contar con una pantalla plomada que protegiera al usuario pero que, a su vez, le permitiera estar en la sala con el caballo velando por su bienestar durante la adquisición”.

El sistema permite visualizar la cojera de un equino a diario, gracias a la visualización tridimensional de la imagen músculo-esquelética, fundamental en lugares con una importante carga de trabajo en medicina deportiva. Así mismo, facilita la planificación de cirugías, detecta fracturas no desplazadas y cambios en la densidad ósea, así como una mejor diferenciación de la patología ósea subcondral frente a la cortical, gracias a la alta resolución. (Lea en CONtexto ganadero: ¿Conoce usted los tipos de fracturas en caballos?)

Uno de los principales puntos en el desarrollo del sistema es que fuera silencioso y lo menos intrusivo posible para el caballo. Por ello, este dispositivo podría escanear las extremidades de cualquier otro tipo de animal de grandes dimensiones que lo requiera como, por ejemplo, animales en reservas o santuarios que hayan sufrido alguna lesión en sus extremidades y se esté monitorizando su evolución.