Un llamado de atención para respetar inocuidad en beneficio animal

A finales de 2002, apareció en la provincia de Cantón (China) una nueva especie de coronavirus: SARS-CoV. 17 años después, en la ciudad de Wuhan, el SARS-CoV-2 está produciendo una de las mayores crisis de la historia reciente. Ambos tendrían un mismo origen: los mercados mojados o húmedos.

Así se denominan a los mercados de comida al aire libre, comunes en países de Asia y América Latina, aunque también se encuentran en Europa, América del Norte y Oceanía. Su nombre procede de la costumbre de limpiar rutinariamente los suelos con agua, hasta el extremo de inundarlos.

Dependiendo de la región, se pueden encontrar animales enjaulados que son sacrificados frente a su consumidor, así como carnicerías y pescaderías, o venta de frutas y verduras. (Lea: Conocimiento rudimentario de normas sacrifica la inocuidad de la carne)

Para varios expertos, el mercado de mariscos Huanan, en la ciudad china de Wuhan​, sería el origen del coronavirus SARS-CoV-2, que ha puesto al mundo contra las cuerdas en los últimos 3 meses, ocasionando la muerte a más de 9000 personas e infectando a más de 240 000.

Es claro que se trata de un virus zoonótico, transmitido de animales a personas, y aun cuando no hay certeza de cuál es la especie original, el portal Vox señaló que hay evidencia de que se haya transmitido de un murciélago a un pangolín, y luego saltado al ser humano.

Consultado por este mismo medio, el profesor Peter Li, experto en comercio animal, explicó que los animales son puestos en jaulas una sobre otra, lo que los expone a graves riesgos sanitarios. (Lea: Ganaderos solicitan mayores controles en expendios de carne)

“Las jaulas se colocan una sobre otra. Los animales que están en la base reciben toda clase de líquidos: excrementos, pus, sangre, cualquier líquido que reciben de los animales en las jaulas superiores”, reveló, advirtiendo que así es como un virus pasa de una especie a otra.

Por otra parte, Yanzhong Huang, experto en Salud Pública del Consejo de Relaciones Exteriores, sostuvo que el consumo de animales vivos, especialmente silvestres, hace parte de la cultura china. “Les encanta comer cualquier cosa viva”, dijo a la revista Time.

Esta situación debería convertirse en un mensaje para todos los consumidores y expendedores de este tipo de mercados, que no respetan la inocuidad en el beneficio animal y el comercio de la carne. (Lea: ¿Cómo seguirá la demanda mundial de la carne ante el coronavirus?)

En nuestro país, todavía muchas personas acostumbran a comprar carne de res en la calle en condiciones mínimas de higiene. Lo mismo ocurre con las personas que se dedican al sacrificio clandestino, que pone en riesgo la salud pública a todos los potenciales consumidores.

Desde el Gobierno, entidades como el ICA y el Invima, y gremios del sector agropecuario como la Federación Colombiana de Ganaderos, se ha insistido en acabar con este tipo de prácticas, y reemplazarlas por otras que acaten la normatividad vigente en materia de inocuidad, comprando solo en sitios que conserven la cadena de frío y certificados por las autoridades.

Bien sea que el nuevo coronavirus provenga de los murciélagos, los pangolines o cualquier otra especie animal, la actual crisis debe ser un llamado de atención para corregir nuestra malas prácticas en el beneficio, compra y preparación de los alimentos de origen animal, pues todas las medidas sanitarias son necesarias para justamente evitar los problemas como los que está viviendo el mundo por cuenta de esta pandemia.