Mantener un balance entre la oferta y la demanda, pide la SAC

Al referirse a Colombia Siembra, la SAC sostiene que no se debe lanzar un programa de generación de oferta sino se tiene uno enfocado a la demanda. Manifiesta su preocupación por una propuesta de Asograsas y un estudio de subsidios que podrían desestabilizar las reglas de juego en el sector.   "Si se piensa en el campo colombiano como un verdadero motor de desarrollo y crecimiento más allá del posconflicto, hay que tener en cuenta cuáles son los criterios técnicos para desarrollar el crédito", señala Jorge Enrique Bedoya, Presidente Ejecutivo de la Sociedad de Agricultores de Colombia, SAC.   Se debe tener en cuenta qué necesitan los productores, qué tipo de producto manejan y para qué podrían requerir la financiación. (Lea: Observar el mercado es clave a la hora de tomar decisiones)   “Solo el 5 % del total de crédito que se irriga en el país va para el campo colombiano”, dijo y agregó que es una cifra diciente del trabajo que la entidad tiene por delante independientemente de los esfuerzos que se han venido realizando.   En el caso de los productores, señaló que hay que identificar cuál es su tamaño. “Este varía de acuerdo a la actividad productiva. No es lo mismo un pequeño cafetero a uno dedicado a la agricultura”, expuso,   Añadió que ese factor tiene unas incidencias muy críticas a la hora de la destinación de las líneas de crédito.   El tipo de producto requiere por su misma concepción de 3 fases: planeación, producción y comercialización. “A veces son totalmente diferentes”, explicó Bedoya.   Los préstamos deben ser incentivos, ¿para qué?, se pregunta el presidente de la SAC, ya que el productor debe pensar primero qué es lo que quiere hacer con el crédito.   Sobre el programa Siembra   Bedoya tiene una visión crítica del programa Colombia Siembra. “Evidentemente le faltó Colombia compra”, puntualizó. (Lea: Colombia Siembra se enfocará en maquinaria y tecnología)   Destacó lo que pasa con la dificultad que enfrentan los arroceros en la comercialización de su producto e igualmente con el de la leche.   Aseguró que está de acuerdo con las alianzas estratégicas, las economías de escala y la asociatividad pero resaltó que es importante llevar estos elementos más allá y es hacia la integración vertical.   En el caso de Fedearroz es una gestión excepcional. “Se le están metiendo al rancho a la industria”, opinó el dirigente. (Lea: MinAgricultura no estaría cumpliendo con franja de precios de arroceros)   Argumentó que mucho de lo que pasa en el sector agropecuario se resume en cómo llegarle al consumidor final. Y adujo que es necesario avanzar en ese aspecto o de lo contrario los productores se van a quedar simplemente sembrando y esperando que pase el camión para que le saquen sus productos a Corabastos.   "¿Y donde están los márgenes de rentabilidad?", se preguntó haciendo alusión a los productores.   Según Bedoya en ese sentido la política crediticia del sector agropecuario debe fomentar el desarrollo, así como los incentivos de tal manera que le permitan al productor llevar sus productos hasta el consumidor.   “La institucionalidad juega un papel fundamental. Así como el Banco Agrario ha desarrollado más de un millón 500 mil clientes, de los cuales 850 mil son pequeños productores, debe evaluarse cuál es la transferencia de conocimiento y de educación para ese productor del campo”, aseguró.   Auto sostenible   Para Bedoya es importante que el pequeño productor sea sujeto de crédito pero que tenga claro qué es lo que necesita y requiere.   “El tema no es solo la maquinaria, el azadón, o el tractor. Lo primero que tiene que saber es qué puede vender para después determinar qué es lo que va a producir”, aseveró.   Dijo que el sistema debe ser de zanahoria y de garrote. La zanahoria debe ser los incentivos que genera para que el campo tenga una rentabilidad sostenible y para que el productor se transforme en un empresario del campo y no termine todos los años en el problema de dónde está la plata del Ministerio de Agricultura para arreglar su problema de comercialización.   “El mercado miente y eso es lo que no queremos”, añadió el dirigente del denominado gremio de gremios.   Explicó que cuando el precio del café sube todo el mundo se pone feliz –por el precio del dólar– pero que cuando el valor de la papa sube surge la preocupación del incremento de la inflación.   "¿Qué pasa con la rentabilidad del productor?", pregunta Bedoya.   Desbalance entre oferta y demanda   “Es que el productor no se puede quedar en un programa de sembrar sin pensar primero cuál es la capacidad del mercado de absorber su cosecha”, reflexionó el presidente de la SAC.   “Que el país se ponga en los zapatos de los productores de arroz, que se les motivó para que sembraran y ahora que tienen su cosecha, todos los días los precios caen y la industria no quiere comprar. Ahí es donde existe un desbalance entre la oferta y la demanda”, desestimó.   “Uno no se debe lanzar un programa de generación de oferta sino tiene un programa de generación de demanda”, precisó.   Aseguró que ese problema no se resuelve con los programas de compras públicas porque es algo difícil de implementar. “Yo siembro solo que estoy en capacidad de vender, de lo contrario el mercado ajusta y unos salen y otros se quedan y eso es lo que no quisiéramos nosotros para el campo colombiano”, señaló Bedoya.   Estabilidad en las reglas   Adicional a lo anterior, Bedoya consideró que el contexto de las políticas públicas inciden muchísimo.   Citó que la seguridad jurídica y la estabilidad en las reglas de juego para la inversión en el sector rural deben ser constantes.   “Asograsas presentó la iniciativa de suspender la franja de precios en el caso de aceites lo que afectaría indirectamente al sector de la palma. Seguramente busca una reforma arancelaria”, advirtió.   Se refirió también a un estudio sobre de la supuesta protección excesiva del sector agropecuario en Colombia el cual fue financiado por una fundación y que ronda por ahí.   Dijo que el Gobierno Nacional –a cuyos funcionarios ve siempre que convocan a junta directiva de Finagro, del ICA, o de la Comisión Nacional de Crédito Agropecuario– hablan del campo con gran expectativa por la seguridad alimentaria y por el posconflicto, por lo que sería un error catastrófico pensar que en que ese contexto de políticas públicas, terminen alterándose por la presión de un conflicto de interés. “Eso eliminaría cualquier capacidad de innovación en el crédito porque entonces lo que hacemos con la mano lo borramos con el codo”, puntualizó.   Importancia de internet   Destacó que es fundamental que el Gobierno lleve el internet a todo el país, debido a que así se pueden combinar los emprendimientos rurales sustentados en la tecnología para acercar al consumidor a los productores.   “Unos productores de Boyacá –la SAC participa en el consejo directivo del SENA– establecieron una comercializadora y están generando una diferenciación de sus productos que le permite tener un buen precio y acercarse al consumidor. Comenzaron a hacerlo por internet con todos los habitantes de la vereda y es un caso admirable. Sería bueno que el productor agropecuario se subiera a ese bus y en eso el tema de crédito es fundamental”, sentenció Bedoya.