Alimentos perecederos
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Inflación de alimentos seguirá pesando en primeros meses de 2023

Por - 06 de Diciembre 2022

Los alimentos han jugado un papel fundamental en la inflación del presente año y la perspectiva para 2023 no es muy alentadora, al menos para los primeros meses.


Los alimentos han jugado un papel fundamental en la inflación del presente año y la perspectiva para 2023 no es muy alentadora, al menos para los primeros meses.

En eso coinciden Bancolombia y el BBVA. Según Juana Téllez, Economista Jefe de BBVA Research para Colombia, se desacelerará el crecimiento de precios de los alimentos pero seguirán altos, al menos en los primeros meses.

Factores como el comportamiento del clima, la tasa de cambio y el mercado de insumos importados, serán claves para el comportamiento del precio de los alimentos.

Por su parte, un trabajo del equipo de investigaciones económicas de Bancolombia, indica que para 2023 se anticipan correcciones a partir del segundo trimestre, una vez las condiciones climáticas se normalicen.

“Consideramos que en 2023 este rubro dejaría atrás el protagonismo que ha tenido en el ciclo inflacionario reciente. Además, no solo una expectativa de menores lluvias, también los costos externos podrían estabilizarse gracias al ajuste que han tenido los precios internacionales de los bienes básicos y la reducción de los fletes. A esto se añadiría el subsidio a los fertilizantes por parte del Gobierno”. (Lea: Inflación de alimentos crece por costos y nerviosismo global: Bancolombia)

Al hacer un análisis de lo sucedido hasta noviembre de este año en términos de inflación de alimentos, Bancolombia recuerda que este rubro fue el que más subió en el penúltimo mes del año con 1,50 %, llegando en los últimos doce meses a 27,08 %, cuando un año atrás dichos guarismos habían estado en 1,45 % y 15,35 %, respectivamente.

La inflación mensual de alimentos mostró una aceleración entre octubre y noviembre. En particular, los alimentos para consumo dentro del hogar registraron una variación mensual de 1,5 %. El mayor avance en los procesados, a pesar de las correcciones de algunos perecederos, explicó el movimiento.

La aceleración en los procesados y la menor incidencia en las correcciones de los precios de los perecederos explicaron el avance de la inflación mensual de la canasta de alimentos.

Durante el mes de análisis se registraron incrementos mensuales en los procesados más consumidos por los colombianos tales como la carne de res (+0,59 %), de aves (+0,27 %), de cerdo (+2,7 %), de río y mar (+1,7 %), la leche (+2,54 %), el arroz (+3,55 %) y el pan (+1,22 %), principalmente. Dentro de estos alimentos, se desataca la aceleración que presentó el arroz por cuenta de la finalización de cosechas en el Meta y el Casanare, y de las carnes por cuenta de la mayor TRM.

Desde el lado de los perecederos, la dinámica fue mixta gracias a que la caída del precio de las frutas compensó el incremento de los otros productos. En particular, la variación mensual negativa del precio de las frutas frescas (-3,56 %), principalmente del mango, de las moras (-5,63 %) y las naranjas (-7,7 %) amortiguaron los incrementos de la papa (+19,52 %), los plátanos (+5,12 %), huevos (+2,05 %) y la zanahoria (+3,01 %), principalmente. En este rubro se destaca el incremento de la papa a raíz de la finalización de cosechas en Antioquia, Boyacá y Nariño. (Lea: El índice de precios de los alimentos volvió a subir en enero)

Ante este contexto, en términos anuales, el rubro de comidas dentro del hogar se mantuvo estable en 27 %. Tal avance ha sido consistente con el ascenso anual de 40 % del IPP que refleja la estructura de costos para los empresarios del sector, a raíz del impacto de la mayor TRM y los altos precios globales en los abonos, insecticidas y la comida para animales, sumado a la intensificación del fenómeno de la niña en el territorio nacional.

Por su parte, el presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), Jorge Enrique Bedoya, ha dicho que las lluvias que han azotado al país, así como la tasa de cambio son factores que pueden afectar las siembras de algunos productos, lo cual se evidenciará en la oferta de alimentos en el primer semestre de 2023.

Explicó el dirigente que cuando llueve demasiado se saturan de agua los suelos y empiezan a aparecer enfermedades, lo cual disminuye la productividad, particularmente en los cultivos. También si hay mucha agua en los suelos los agricultores de los diferentes cultivos de ciclo corto no pueden preparar las tierras para las cosechas que vienen.

“Eso es algo que nos preocupa a propósito de lo que dijo la directora del Ideam en el sentido que las lluvias pueden llegar hasta febrero del próximo año, de tal manera que eso podría llegar a impactar cultivos de ciclo corto como el arroz y la papa, entre otros. Preferible no adelantarnos a los hechos pero sí es un llamado de alerta pensando en lo que pueda ocurrir con la oferta de algunos alimentos en el primer semestre del año entrante”, señaló. 

“No solamente es lo que pueda ocurrir entre noviembre y diciembre, sino lo que esto pueda generar comenzando el 2023, por lo cual debemos estar alerta quienes estamos en el sector agropecuario”, dijo Bedoya.

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