Importaciones suben, pero Colombia sigue igual que hace 2 años

De acuerdo con la cifras del Dane, entre enero y julio la compra de carne subió 31,2 % y de leche en 19,2 %. El panorama para el ganadero no es nada claro si se tienen en cuenta los acuerdos comerciales y la falta de asistencia técnica.

Según las más recientes cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas, Dane, durante enero y julio, en lo que respecta a la compra de productos como carne y leche, se presentó un incremento del 31,2 % y 19,2 %, respectivamente. Esta situación, lejos de ser nueva, muestra un escenario que se repite en muchos aspectos si se tiene como referencia el contexto de 2012.

De acuerdo con Óscar Cubillos Pedraza, coordinador de la Oficina de Planeación, de la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán, cuando entró en vigencia el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, las cantidades de carne que entraban al país no representaban un peligro para los productores y la industria nacional. Después de 2 años, y por lo que reflejan estas cifras, el panorama empieza a cambiar. (Lea: 3 razones por las cuales disminuyó el hato bovino colombiano)

“Hace un tiempo, llegaban cantidades pequeñas de carne, pero en la medida en que el tiempo pasa los contingentes son más grandes y eso ocasiona que se prefiera la carne importada y que no se realice el beneficio del animal nacional, que debería proporcionar la carne. Las cifras de sacrificio lo muestran: entre enero y julio de 2014 esta actividad se redujo 2,5 %, con respecto al año pasado. Y eso solo significa una cosa: si no empezamos a exportar carne, vamos a poner a disposición nuestra cadena cárnica a los extranjeros. Tenemos el mismo problema del cual hablamos hace 10 años: admisibilidad sanitaria”, aseguró Cubillos.

El mismo panorama, o tal vez peor, viven los productores de leche. Hace 2 años se conocieron varios casos de ganaderos afectados por las importaciones de leche en polvo, la razón principal era el bajo precio que tenía el producto a nivel internacional, que estaba sobre los USD$3.000 la tonelada. En 2013, la situación cambió porque el valor de la leche subió a los USD$5.200 por tonelada.

“A los industriales no les interesaba traer un producto más caro del que se produce en el país. Sin embargo, desde mayo o junio el precio empezó a caer, y eso hizo que las importaciones tuvieran un repunte. De enero a julio, se compraron aproximadamente 9 mil toneladas de leche, pero hay que anotar que el problema no es lo que se trajo sino lo que se va a traer porque el precio internacional está alrededor de los USD$3.200 la tonelada. Eso es muy atractivo para la industria”, agregó el economista de Fedegán. (Lea: En Colombia sí hay disminución en la producción de leche)

Este año, según las cifras del Dane la importación de productos lácteos también tuvo un incremento del 19,2 %, entre enero y julio. De acuerdo con Cubillos, si el productor ganadero no empieza a ser más eficiente, estará condenado al olvido.

“Ahora ya no nos salva nadie porque va a seguir ingresando mucha leche y se va a presentar el mismo escenario que en 2012 y eso tiene unas implicaciones, como la lesión al precio interno, y aunque no es mucha leche, en el futuro será peor. Entonces, a pesar de que nuestra leche es poco competitiva, hay que empezarle a dar un valor agregado, el asunto es que el que no termine siendo competitivo va a desaparecer”, aseguró el coordinador de la Oficina de Planeación de Fedegán.

Y si el ganadero no da, la industria menos

En diálogo con CONtexto ganadero, el economista aseguró que hubo un tiempo en el que el ganadero recibía $10 mil por 10 litros de leche, y que ahora para no “dañar su ingreso” tiene que vender 13 o 14 litros para recibir esa cantidad, “lo que paradójicamente hace que la producción no haya caído según las cifras del Dane, y entonces en la medida en que eso siga pasando, ya no se regalarán 4 sino otros 10 litros. El mismo mercado se encarga de que el productor mejore, así tenga que entregar varios litros de más, o cambiarse de actividad porque no hay políticas agropecuarias de Estado”.

De otro lado, según el análisis realizado por Cubillos, a la industria no le interesa aumentar el precio que le pagan al productor por varias razones, entre ellas la informalidad, “si a las empresas les hace falta leche por cuestiones de verano, van a acopiarle a los que son informales y así se abastecen; en últimas nunca pierden porque importan leche”. (Lea: ¿Qué pasará con la ganadería colombiana en 10 años?)

El llamado puede ser para la industria, con el fin de que les brinde capacitaciones a los lecheros, para que así sean más competitivos y reciban un mejor pago por cada litro de leche. “La industria sí debería capacitar al sector ganadero, hacer clústers, pero no se hace porque si a eso se suma que el precio internacional pueda estar alto en algún momento, pues al país empezarán a llegar quesos baratos. En este momento la industria está en una zona cómoda, por eso no hacen nada”, puntualizó el economista de Fedegán.