H1N1 y COVID-19, ¿cuál afectó más la economía mundial?

El mundo se encuentra alarmado por las duras medidas que se están tomando por el Covid-19, pues en años anteriores se presentó la gripe A-H1N1 que no detuvo la economía mundial como en la actualidad.

La pandemia del Covid-19 se ha convertido en un paralizador de las actividades mundiales, pues un tercio de la población vive actualmente bajo medidas de aislamiento, que causó el cierre de comercios, aeropuertos, empresas, actividades culturales y deportivas y han obligado a las personas a quedarse en sus hogares. (Lea: Así será el impacto del COVID-19 en la economía mundial)

Esta situación no tiene precedentes en la historia reciente y no se vio incluso cuando el mundo se enfrentó a otra pandemia devastadora, H1N1, que se presentó hace poco tiempo.

De acuerdo a BBC News, la también llamada gripe porcina fue causada por un nuevo virus que mutó en los animales y comenzó a infectar a los humanos, en quienes causa una enfermedad que puede ser grave. Todo esto, ligado a que entre 2009 y 2010, más de 200 países habían confirmado casos de la primer pandemia del siglo XXI, pero esta no puso en cuarentena a ciudades o naciones enteras.

En algunos países, los viajeros eran examinados, se aislaron casos sospechosos e incluso se suspendieron las clases, pero la propagación de ese virus prácticamente no paralizó a algunas de las economías más grandes del mundo como se está presentando ahora.

Hoy en día, China, Francia, España, Italia, India y Reino Unido han tomado medidas drásticas para frenar el progreso del Covid-19 o SARS-CoV-2, nombre oficial del nuevo coronavirus. Teniendo en cuenta que hay países como Brasil que se han negado a seguir el mismo camino.

Los médicos, virólogos y economistas consultados por BBC Brasil, dicen que estas medidas son necesarias en este momento, porque el SARR-CoV-2 tiene características diferentes al H1N1, y ha causado una pandemia más grave, contra la cual no se tienen armas más que el aislamiento social.

Lo anterior, teniendo en cuenta que el nuevo coronavirus es más transmisible que el H1N1, pues este ultimo en cuatro meses se había extendido a más de 120 países y había enfermado a decenas de miles de personas. Actualmente, la Organización Mundial de la Salud, OMS, señala que una persona con H1N1 pudo infectar de 1.2 a 1.6, mientras que el índice de SARS-CoV-2 varía ampliamente de un lugar a otro, basándose en que la tasa promedio de contagio es de 2,79 personas. (Lea: Qué hacer ante una emergencia alimentaria por Covid-19)

Sin embargo, los científicos advierten que las cifras pueden ser menores, pues solo se ha evaluado a una minoría de la población, exceptuando que existen muchas personas asintomáticas o con síntomas leves que no son parte de las estadísticas oficiales de casos confirmados, lo cual puede producir una tasa de mortalidad más alta que lar real.

De acuerdo a Fernando Spilki, presidente de la Sociedad Brasileña de Virología, SBV, el SARS-CoV-2 parece matar más directamente que un virus como el H1N1, pues “normalmente una infección viral está asociada a otros elementos como bacterias que complican el cuadro clínico. Pero la evidencia señala que el nuevo coronavirus puede generar una enfermedad grave por sí solo y llevar al paciente a la muerte”.

Por lo tanto, la mayor transmisibilidad y mortalidad del SARS-CoV-2 lo categorizan en una pandemia más grave que la anterior, pues basado en datos de la OMS, en casi 16 mese de H1N1, se tuvo más de 493.000 casos confirmados y 18.600 muertes, mientras que la pandemia actual no lleva tres meses y ya ha excedido ese número de contagios y decesos, pues hasta el 21 de marzo la organización había registrado 750.890 casos confirmados y 36.405 muertes.

Los datos científicos actuales indican que, en promedio, el 80% de las personas infectadas con el nuevo coronavirus son asintomáticas o tienen síntomas leves, pero el 15% desarrolla formas graves de covid-19 y el 5% alcanza un estado crítico.

Es por esto, que como no existen medicamentos contra el SARS-CoV2, el impacto de esta pandemia en los hospitales de todo el mundo es mayor que en 2009. Por lo cual, el aislamiento permite que el flujo de pacientes se diluya con el tiempo, para analizar cómo se comporta el nueve coronavirus localmente y para preparar los sistemas de salud para una mayor demanda. (Lea: Implicaciones del COVID-19 en la producción alimentaria)

Por consiguiente, de acuerdo a los economistas, en 2009 el mundo estaba saliendo de una recesión global causada por la crisis financiera de 2008, teniendo en cuenta que las principales instituciones financieras se declararon en bancarrota, creando una crisis crediticia que obligó a varios países a inyectar dinero de sus economías. 

Según Francisco Gonçalves, economista jefe de Banco Fator y profesor de la Facultad de Economía y Administración de la Universidad de Sao Paulo, “el panorama ahora es que la actividad económica mundial empeorará. China se estaba desacelerando y ya había desaceleración en Europa y Estados Unidos. Por lo tanto, el ambiente es más desfavorable hoy y hay menos espacios para este tipo de medidas que en 2009”