En 2020 el PIB agropecuario caería entre 2,9 y 3,1%, según Bancolombia

El sector agropecuario que en el primer trimestre del año fue el que mostró el mejor resultado en la economía colombiana, podría terminar el año con una caída entre -2,9 y -3,1 %, según estimaciones de Bancolombia.

De acuerdo con Cristina Arrastía, vicepresidenta de negocios de Bancolombia, este comportamiento sería superior a lo que se espera que pase con la economía colombiana en su conjunto para la cual se prevé una caída de -6 %.

Según la directiva entre los renglones que jalonarían a la baja la actividad agropecuaria están la ganadería por la menor demanda de proteína debido al alto desempleo en el país; los biocombustibles por las restricciones de movilidad, y las flores, entre otros. (Lea: “Podemos pasar de un 2 % a un 4 % en el PIB agrícola del país”: directora de Cámara de Procultivos de la ANDI)

Sin embargo, entre los rubros con un comportamiento favorable en el presente año está el arroz, los cereales y las frutas, además el clima es otro factor que ayudará a la actividad agrícola del país.

Así mismo, se refirió a los retos y oportunidades que tiene el campo colombiano, entre los que destacó garantizar la seguridad alimentaria sin dejar de lado la bioseguridad y la inocuidad de los productos.

Aumentar la productividad con tecnificación es otro de los grandes desafíos y en tal sentido la tecnología, la información y la conectividad son factores fundamentales en los cuales se debe avanzar con mayor rapidez.

De igual manera planteó que se debe integrar la actividad agrícola en lo que tiene que ver con la compra de insumos y la comercialización y transformación de productos. El acceso a mercados de debe dar a través de encadenamientos productivos o clúster. (Lea: Clúster de carne y leche, estrategia hacia la productividad)

Generar esquemas de pronóstico de oferta y demanda para productos que cumplan con estándares de calidad y a precios competitivos.

Aprovechar el potencial de tierras con vocación agrícola en donde se debe dar un desarrollo de infraestructura y la formalización de tierras.

Además, consideró importante la empresarización del campo, que los productores aprendan a administrar su finca y darle una visión empresarial con enfoque de negocio.

La protección del negocio es otro aspecto fundamental y para ello planteó que se deben asegurar los activos, tomar coberturas en temas cambiarios y de tasas de interés.

A todo ello se suma la necesidad de bancarizar a la población rural y llevar educación financiera a este segmento de la población, labor que viene desarrollando Bancolombia en estos momentos. (Lea: Estrategias para beneficiar financieramente a pequeños y medianos productores)

El reto, dijo, es crear una cultura de sostenibilidad en el campo, promover un impacto positivo en el agro desde lo ambiental, social y económico.

En la parte agroindustrial se debe aumentar la capacidad instalada, ampliar y diversificar los mercados, así como el portafolio de las empresas y una amplia participación en los encadenamientos productivos.