Colombia, cerca de comenzar a utilizar combustibles verdes

Gracias al desarrollo de una tecnología que permite producir bioetanol a partir del bagazo de caña de azúcar y residuos industriales de la producción del aceite de palma africana, Ecopetrol le apunta a la generación de nuevas energías que involucran el desarrollo agropecuario.

El desarrollo tecnológico de la empresa más importante del sector en Colombia permitirá sacarle un mayor provecho a productos que actualmente son residuos agroindustriales.

Se trata de un aporte al desarrollo de los biocombustibles de segunda generación, que son aquellos que utilizan materias primas que no compiten con la seguridad alimentaria y normalmente se consideran residuos. (Lea: Buscan transformar aceite de cocina en carburante)

Para el sector, dicho avance significa contar con una nueva fuente alternativa para la producción de combustibles que contribuya a diversificar la canasta energética del país, en este caso obtener etanol a partir de biomasa residual disponible.

“Igualmente, el desarrollo de la investigación le permite al país situarse en la vanguardia del desarrollo tecnológico para el aprovechamiento de estas nuevas fuentes de biomasa residual”, aseguró en diálogo con CONtexto ganadero Édgar Castillo, experto en diversificación del Instituto Colombiano del Petróleo, ICP.

El proyecto se desarrolló en las instalaciones del Laboratorio Nacional de Energías Renovables, NREL, en Denver, Colorado, en Estados Unidos, entidad que hace parte del Departamento de Energía del Gobierno de ese país.

Opinan los expertos sobre el tema en el país

De acuerdo con Jorge Bendeck Olivella, presidente de la Federación Nacional de Biocombustibles de Colombia, Fedebiocombustibles, estos laboratorios son considerados como los más modernos en el mundo en lo que respecta a la investigación en bioenergía y permitieron desarrollar un proyecto de investigación conjunto entre personal científico de Ecopetrol y NREL. (Lea: Primeros avances para aumentar la mezcla de biocombustible)

La iniciativa tuvo 2 años dedicados a la experimentación durante los cuales se materializaron importantes alianzas estratégicas con empresas líderes en el desarrollo de enzimas y organismos modificados genéticamente para la producción de etanol lignocelulósico.

“Los laboratorios determinaron que tanto el bagazo de la caña, como la biomasa excedentaria de la palma de aceite eran suficientemente productivos para la generación de etanol celulósico. Es un avance porque es la primera vez que se usaría este tipo de productos en medios de transporte nacionales”, aseguró Bendeck.

De acuerdo con Julia Raquel Acero Reyes, líder del Programa de Investigación en Biocombustibles del IPC, del resultado de este esfuerzo investigativo, se prevé que en noviembre de este año arribarán al país los primeros 9.000 litros de etanol de segunda generación producidos con biomasa colombiana, cuya calidad es igual a la del bioetanol de primera generación que actualmente se agrega a la gasolina nacional. (Lea: Bacterias del rumen bovino podrían generar biocombustibles)

“En esta prueba evaluaremos el desempeño de mezclas de gasolina, es decir, etanol de segunda generación, dentro de los que se encuentran E12, E15 y E20 (los números corresponden al porcentaje de mezcla), el desempeño mecánico de la mezcla combustible E10-E15 con etanol de segunda generación y gasolina, tanto a nivel laboratorio como en ruta”, aseguró Acero Reyes.

Según la experta, este biocombustible se podrá usar en todos los vehículos que cuenten con un motor tipo Otto, es decir que utilicen como combustible gasolina corriente. “El uso de este tipo de energía se dará tan pronto se consoliden las condiciones de mercado y financieras que viabilicen un proyecto de esta magnitud a nivel nacional con el uso de biomasa residual” puntualizó Castillo.