Vaca en ordeño
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Aumentar la formalización laboral, reto de la cadena láctea

Por - 24 de Agosto 2022

El Plan de ordenamiento productivo de la cadena láctea plantea una serie de lineamientos de política y se definen como un conjunto de directrices que buscan solucionar o modificar situaciones problemáticas indeseadas para las cadenas agropecuarias priorizadas por el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural.


El Plan de ordenamiento productivo de la cadena láctea plantea una serie de lineamientos de política y se definen como un conjunto de directrices que buscan solucionar o modificar situaciones problemáticas indeseadas para las cadenas agropecuarias priorizadas por el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural.

Está compuesto por la visión e imagen objetivo, por cuatro ejes estructurales y 13 objetivos estratégicos. Uno de los ejes se denomina formalización y desarrollo social y dentro de los objetivos está el aumentar la formalización laboral, empresarial y de producto, de la cadena.

Se busca promover la creación de condiciones y estímulos para que las empresas informales que hacen parte de la cadena láctea desarrollen su actividad empresarial en el marco de la legalidad y formalidad. Del mismo modo, fomentar procesos de integración vertical y horizontal entre los actores de la cadena y estimular una mayor inversión privada en el sector, aprovechando las potencialidades y ventajas del país; todo lo anterior, contribuirá a una mayor generación de empleo, a la mejora de la calidad de vida de los trabajadores, a crear mayores oportunidades para el desarrollo social y económico.

En tal sentido se plantea la necesidad de mejorar las condiciones laborales de los productores de leche y de los trabajadores vinculados a la cadena logrando brindar seguridad social; así como, fortalecer el desarrollo de las actividades económicas del sector lácteo dentro del marco normativo, cumpliendo con la legislación laboral, tributaria y con los reglamentos técnicos para la leche y los derivados lácteos, entre otros aspectos, favoreciendo la legitimidad de los empresarios, y su acceso al sistema financiero y a la oferta institucional. (Lea: Formalización, consumo, exportaciones y eficiencia, ejes del plan de la cadena láctea)

De acuerdo con lo previsto, en 20 años se espera que las actividades económicas del sector lácteo se fortalezcan empresarialmente y lograr que la gran mayoría de productores, transportadores y procesadores cumplan con la normatividad vigente, en aspectos técnicos, laborales, tributarios, entre otros.

Así mismo se espera que más del 75 % de la producción nacional de leche se comercialice y procese por canales formales, lo cual contribuye a la mejora de calidad e inocuidad de los productos lácteos colombianos y a una competencia más justa entre los empresarios. La actualización regular de los reglamentos técnicos y la inversión privada en acopio y procesamiento de leche deben jugar un papel central en este propósito.

También se tiene el propósito que para entonces la gran mayoría de empresas que se dedican a la comercialización y procesamiento de leche se encuentren dentro de la formalidad; cuenten por lo menos con certificado de existencia y representación legal, sus productos tengan registro sanitario y se hayan incrementado los niveles de formalidad laboral; el 55 % de los trabajadores dedicados al procesamiento de leche debe contar con afiliación a fondo de pensiones, un 54 % a riesgos laborales, y el 100 % al sistema de salud.

En el eslabón primario se espera aumentar el cumplimiento de la normatividad técnica, tributaria y laboral, para lo cual los procesos asociativos deben contribuir de forma importante. La formalidad laboral de los trabajadores en la actividad ganadera se debe incrementar en más de 20 %; el 19 % estar afiliado a fondo de pensiones, el 18 % a riesgos laborales, y el 100 % al sistema de salud.

El aumento de la formalización, con los impactos positivos en el desarrollo social, debe contribuir a mejorar la disponibilidad de mano de obra más capacitada y a favorecer su permanencia en la actividad lechera. (Lea: Cadena láctea: ¿otra vez la culpa es de la vaca?)

De acuerdo con lo expuesto en el documento, la cadena láctea colombiana presenta graves problemas de informalidad que se evidencian por, la comercialización y procesamiento de volúmenes importantes de leche por canales informales, la baja cobertura de la seguridad social de los trabajadores de la cadena, el incumplimiento en el pago de salarios en el marco de la ley, de los impuestos, parafiscales, así como los aportes correspondientes al Fondo Nacional del Ganado, y el incumplimiento de la normatividad vigente en los diferentes eslabones.

La leche es comprada por comercializadores y procesadores informales que no cuentan con la capacitación, los recursos, ni la infraestructura de acopio adecuada. Se estima que la comercialización informal de leche fresca es de alrededor del 45 % de la producción del país; a su vez, el 50 % de esta leche se destina a la fabricación de quesos artesanales; el 12 % al consumo humano directo, y el restante, a otras categorías de productos lácteos.   

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