Así se podría replicar la estrategia para incentivar la compra de papa para la leche

Tras el éxito de la ‘papatón’, en la cual los productores del tubérculo pudieron vender bultos en plazas de Bogotá y en peajes de Cundinamarca, también se podrían plantear otras alternativas para vender productos del campo afectados por exportaciones como la leche.

Óscar Cubillos Pedraza, jefe de la Oficina de Planeación y Estudios Económicos de Fedegán-FNG, reconoció en su columna del pasado 18 de noviembre la “manera ingeniosa” para comercializar la papa ante la sobreoferta y la crisis que están viviendo los campesinos del Altiplano cundiboyacense.

Aseguró que esta iniciativa demostró que “la gente sí quiere comer papa pero que existe un altísimo encarecimiento por parte de supermercados y grandes superficies que terminan cobrándole al consumidor cuatro o cinco veces más por el mismo producto que ofrecen los papicultores”.

La sobreoferta, la falta de canales para vender, los altos precios por la intermediación, las elevadas importaciones, etc., son factores que se repiten con otros cultivos, así como la leche y la carne. (Lea: En 2020 ya se batió el récord en importaciones de lácteos con más de 65 000 toneladas)

A su juicio, “este tipo de asimetrías de comercialización se deben corregir a través de la política pública”, eliminando a los intermediarios que no agregan valor pero sí encarecen los productos, así como también buscando alternativas para frenar las importaciones a pesar de que hay una notable oferta interna.

Sin embargo, reconoció que una iniciativa similar no se puede aplicar con otros cultivos ni mucho menos con la leche, pues no se puede ofrecer leche cruda recién ordeñada a los consumidores en los peajes y carreteras, como sí se logró hacer con la papa en el marco de la ‘papatón’.

“La leche cruda no se puede vender al público, pero sí se pueden comercializar algún tipo de productos con valor agregado como yogures o quesos con denominación de origen, como Paipa y Caquetá”, manifestó. (Lea: Acopio al alza y precio a la baja: el primero subió más de 6 % en el 3er trimestre)

A diferencia de la papa, la leche requiere de un proceso de transformación para ser vendida, pero al igual que la primera, su comercialización se ha visto afectada por las altas importaciones. Sin terminar el 2020 han entrado más de 65 000 toneladas, superando con creces el récord de todo el año pasado, con 61 643 t.

Además, en las temporadas normales de lluvias, que favorecen el crecimiento de los pastos en el país, se eleva la producción y se genera una sobreoferta, lo que conduce a la reducción del precio pagado al productor o, peor aún, a enlechadas, obligando a los ganaderos a desechar el líquido que no pueden vender.

Para Cubillos, si se aúnan esfuerzos desde el sector público y privado, se podría diseñar una estrategia para recoger el exceso de leche y transformarlo en derivados que se vendan directamente. (Lea: Más de 16 000 toneladas de leche en polvo ha acumulado la industria en 3er trimestre)

Con esto, se busca eliminar a los intermediarios que “elevan hasta 4 o 5 veces” como mencionó Cubillos, de manera que los consumidores paguen un precio inferior al que destinan en supermercados, pero que sería superior al que habitualmente reciben los campesinos.