Raza Lucerna
Foto: José Antonio Velásquez.

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Lucerna, la criolla que también produce leche

Por - 06 de Abril 2015


Pocos habrían pensado que hace 78 años nacería en el país una raza que sería capaz de producir leche y que se convertiría en la alternativa de los ganaderos colombianos, en zonas de trópico seco caliente. Cuando se habla de Lucerna, se hace referencia en cierto sentido histórico a la ciudad suiza, también al nombre de un predio, pero en ganadería se relaciona con la raza creada en 1937.   Por ello, es imposible pasar por alto el nombre de Carlos Durán Castro, un ganadero del Valle del Cauca, que se convenció de la importancia de tener algo propio. Así lo cuenta uno de sus nietos, Carlos Hernando Molina, quien junto con su hermano, Enrique José, lleva a cuestas el legado ganadero desde antes de nacer. (Lea: ¿Cómo obtener leche de buena calidad?)   “Nosotros descendemos de una familia que tiene vinculación con el sector ganadero, tanto por parte de madre, como de padre. Incluso, cuando hablamos de la raza Lucerna, que es una de las razas colombianas, así como la Velásquez, tenemos que referir que su creador fue mi abuelo materno Carlos Durán Castro, quien se encargó de hacer los primeros cruzamientos entre vacas Hartonas del Valle, que él tenía en el municipio de Bugalagrande, y Holstein, que en esa época empezaba a llegar a esa región”, asegura Molina.   Carlos explica que en ese entonces lo que hizo Durán fue usar las bondades de la Holstein, como su alta producción en leche y mezclarla con esas grandes ventajas que tiene el ganado criollo como la rusticidad y la fertilidad. Luego, quiso fijar con mayor fuerza el color rojo y fue así cuando en la década de los 50 introdujo la raza Shorthorn lechero, que es originaria de Inglaterra y se usaba en doble propósito con altas capacidades en pastoreo, “el abuelo siempre pensó en un animal al que no tuviera que llevársele la comida, sino que tuviera una conformación adecuada para salir, cosechar el forraje en los potreros y transformarlos en leche y carne”.   Luego, en la década de los 80, cuando Carlos y Enrique salieron de la universidad, asumen el reto de seguir mejorando la raza desde el punto de vista genético, en aspectos como la producción de leche y el comportamiento reproductivo, ya que el Lucerna empezó a tener día a día más importancia, en especial cuando se tienen factores como el cambio climático, que requieren de animales con mayor resistencia a comparación de las razas europeas que estaban llegando al país, como Pardo Suizo, Holstein o Jersey.   “Con ese ejemplar vemos a un animal más guerrero y rústico, precisamente por el aporte que hace el Hartón del Valle, el cual intervino en la formación de esta especie”. (Lea: Recursos genéticos criollos, tema de gran interés en Expo Malocas Académico)   Según Molina, la raza ha tenido 2 fincas que han sido los pilares en el proceso de mejoramiento, que son ‘Lucerna’, el nombre del hato en Bugalagrande y la Reserva Natural El Hatico, en el municipio El Cerrito, ambas en el Valle del Cauca. Allí se realizaron trabajos de mejoramiento genético, enfocados en un parámetro como la producción de leche, por intervalo entre partos.   “Es muy interesante porque quiere decir que la vaca que tiene un buen comportamiento reproductivo y tiene un mejor índice de productividad. Eso lo notamos gracias al trabajo sistemático como la toma de registros, sencillos, pero que se analizaban de forma oportuna para saber cuáles eran los sementales que generaban las mejores crías. Ese fue el inicio del mejoramiento genético”, enfatiza Carlos.   Dentro de ese trabajo, el objetivo principal era cada día tener una animal que expresara mejores índices de producción de leche, se reprodujera en forma adecuada y que también tuviera características de adaptación fenotípica, es decir con pelo corto, buenos aplomos, pigmentos, y ojalá sin manchas blancas en el dorso para que no sea susceptible a las afectaciones solares.   “Fue así como durante 5 décadas empezamos a tener unos animales con lactancias de más de 3.300 litros en 290 días, que podían ser más competitivas, con mejores resultados, sin necesidad de tener una vaca importada. Y en las fincas tenemos promedios de 12,8 meses de intervalo entre partos. Es decir que una vaca produce entre 11 y 12,5 litros al día”, asegura Molina. (Lea: Yesid Villalba, el único ganadero con Lucerna en Cúcuta)   En los últimos 20 años, los hermanos Molina le han prestado atención a todas las características que implican que el animal tenga mayores capacidades para mitigar el efecto del cambio climático, de ahí, que la Lucerna ya empiece a tener relevancia a nivel internacional.   “Hoy en el trópico, a nivel mundial, se requiere de material genético que sea altamente resistente a temperaturas altas, es decir más rústico de lo que podría haberse pensado hace 20 años, es casi una obligación”, asegura Carlos, quien añade que el ganado Lucerna tiene mayor posibilidad de éxito que una especie bos Taurus, gracias al componente de rusticidad, que incluso pueden superar a razas como Holstein, Ayrshire, Gyr o Jersey en zona tropical.   Según Carlos Hernando, la calidad de la leche es muy buena porque tiene altos contenidos de sólidos totales y buena concentración de grasa y proteína.   “Les damos a las vacas proteínas provenientes de árboles con gramíneas de alto atributo, porque son leguminosas y aportan gran cantidad de nitrógeno, por ende el pasto es muy bueno. A lo anterior se suma el apoyo de Asocriollo porque le da garantía a la gente sobre el trabajo que hemos venido desarrollando por más de 70 años y los resultados son contundentes. Por ello, el ganadero debe saber que lleva eficacia y calidad”, puntualizó Molina. (Lea: Nuevo esfuerzo para salvaguardar el ganado criollo)

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