Mis negritas, la historia de Manuela en la ganadería colombiana

En las vastas tierras santandereanas, donde la tradición ganadera se entrelaza con el orgullo campesino, emerge la inspiradora historia de Manuela, una joven de 15 años que desafía los límites y se adentra en el mundo de la ganadería con determinación y pasión. Esta joven ha ganado reconocimiento en el país ya que es estudiante, creadora de contenido, speaker, emprendedora y empresaria.

Proveniente de una familia con más de seis décadas de legado ganadero, Manuela creció entre vacas, absorbiendo cada detalle de las labores diarias del campo con amor y dedicación.

A la tierna edad de 10 años, con sus sueños tan grandes como los paisajes que rodeaban su hogar, Manuela decidió iniciar su emprendimiento en el campo de la ganadería. Inspirada por el espíritu emprendedor de su familia y armada con una visión de rentabilidad, innovación y sostenibilidad, se embarcó en una aventura que cambiaría su vida para siempre.

Con el apoyo incondicional de su familia, que le regaló sus primeros butoros y la guió en el camino del conocimiento financiero, Manuela invirtió sus ahorros en ganado bovino y dio vida a su sueño de tener su propia empresa ganadera.

Así, con una determinación inquebrantable y una educación financiera clara en mente, Manuela inició su emprendimiento con lo que ella cariñosamente llama ‘sus negritas’. (Lea en CONtexto ganadero: “Si el campo crece, Colombia avanza”, dice Manuela ganadera (VIDEO))

“¿Quién no ama su primer emprendimiento administrado por uno mismo?”, se pregunta Manuela. A pesar de los desafíos diarios que enfrenta en el campo, Manuela está dedicada a seguir adelante, con los valores de trabajo duro y resiliencia que ha aprendido de su familia y su comunidad.

Gracias a ese trabajo, hoy se encuentra certificada en buenas prácticas ganaderos y está luchando para obtener la certificación del sello ambiental, ¡siempre pensando en grande!, como lo asegura.

Por qué emprender en el campo colombiano

Esta empresaria entiende que emprender en el campo colombiano no es tarea fácil, pero está convencida de que el sector agropecuario tiene un potencial inmenso por explotar.

En palabras de Manuela, “siempre tuve claro que el negocio no se podía acabar, siempre tuve en cuenta una enseñanza de mi abuela que me hizo ver el campo de una manera distinta. La siguiente frase siempre resuena en mis oídos: ‘mija, el campo no solo le da de comer a nuestra familia, sino también a toda Colombia y el mundo entero’. Entonces no digo que los negocios en el campo sean fáciles, pero nada nos queda grande”.

Para esta emprendedora, esta no es una labor para cualquiera, pues muchas veces se tiene que trabajar con las uñas para lograr los objetivos trazados. Sin embargo, la joven empresaria dice que las empresas agropecuarias colombianas están llenas de gente trabajadora que le pone más ganas cuando las cosas “están de pa’ arriba, así es como logramos el éxito. El campo es vida, me siento orgullosa de mis raíces y lo que representa nuestra labor, además cuando a uno le gustan las cosas ahí se queda”.

En ese orden de ideas, Manuela ha encontrado su pasión en la cría de búfalos, una elección poco convencional en un país donde el ganado bovino es más común. Para ella, los búfalos representan una oportunidad única: son animales triple propósito, proporcionando carne, leche y fuerza de trabajo.

Apasionadamente describe las ventajas de trabajar con búfalos. Manuela asegura que “las ama con todo su ser, las búfalas se preñan muy rápido y Dios con su infinita bondad por lo general me envía mellas, las bovinas son muy demoradas y hay que aplicarles fósforo para que se preñen en sus primeros meses de paridas, en cambio las negritas al mes de paridas ya están preñadas, así que ellas son una gran ganancia sin contar que comen de todo”.

Con cada palabra, Manuela desmitifica los estigmas que rodean a estos animales, destacando su versatilidad y su contribución al desarrollo sostenible de la ganadería.

Esta ganadera dice que “toda comparación es molesta, pero, por ejemplo, el búfalo macho para engorde se va de más de 500 kg en un promedio de vida de 15 meses teniendo buena comida, claro está. Mientras un bovino para esa edad de 15 meses sale pesando 300 kg, en mi producción bufalina tengo animales a toda leche sacando destetos a los 6 meses de 260 kilos”.

Para Manuela, estos animales tienen muchas ventajas, como lo es su longevidad, pues puedan durar hasta 25 años produciendo. Su carne es otra bondad, pues las personas por desconocimiento no saben que esta carne es de consumo humano y no la incluyen en su alimentación, olvidando que tiene 11% más proteína, 55% menos calorías, 30% menos colesterol y 10% más de minerales.

En palabras de Manuela, “es una maravilla, sin contar que tiene casi 100% menos grasa intramuscular, lo que quiere decir que las personas que consumen esta carne tienen una mejor alimentación. Además, la leche la pagan mejor que la bovina, mil pesos por encima del precio y tiene unos beneficios asombrosos para ayudar al crecimiento de las uñas, la renovación de la piel, disminución de las enfermedades del corazón y, es especial para personas que no toleran la lactosa y dicen que rinda más por su grasa”.

Uno de los aspectos que destaca esta emprendedora es que la producción bufalina le brinda mucha flexibilidad en su trabajo como como creadora de contenido, speaker, estudiante y joven. (Lea en CONtexto ganadero: “Le muestro a los colombianos y al mundo entero cómo trabajan día a día los ganaderos”: Manuela Ganadera)

Además, cumple con las 5 libertades del bienestar animal que va de mano con un ecosistema con ganadería sostenible, donde se les brindan todas las comodidades a los animales para su buena producción, “y ellas con su gran resistencia me permiten estar fuera de la finca durante un tiempo no muy largo, pero sí necesario para cumplir con otras responsabilidades”, señala Manuela.

Visión hacia el futuro

A pesar que los desafíos iniciales que enfrentó al ingresar a un mercado desconocido, Manuela ha demostrado ser una ganadera talentosa y visionaria. Con cinco años de experiencia en la cría de búfalos, está orgullosa de su crecimiento y de la creciente comunidad de ganaderos bufalinos en Colombia.

“Tal vez en unos años estemos dando la sorpresa de acercarnos al hato bovino. Aunque para esto es necesario que Colombia conozca de esta especie que se está manejando en el país, pues no son como los búfalos que ven en las películas que son como hipopótamos y que deben estar metidos en el agua”, expresa la empresaria con determinación.

Mirando hacia el futuro, Manuela vislumbra un panorama brillante para los búfalos en el país. Sueña con aumentar la producción y la calidad, abrir nuevos mercados internacionales y posicionar a Colombia como líder en la ganadería bovina y bufalina. (Lea en CONtexto ganadero: Búfalos, una ventaja productiva para Colombia)

Con su determinación inquebrantable y su amor por el campo colombiano, Manuela se ha convertido en un ejemplo inspirador para todos los jóvenes que sueñan con emprender en el mundo rural. Su historia es un recordatorio poderoso de que, con pasión, trabajo duro y visión, no hay límites para lo que se puede lograr en la ganadería colombiana.