Así se va a comportar el clima en diciembre: tres regiones de Colombia bajo alerta
PorCONtexto ganadero-21 de Noviembre 2024
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Por - 21 de Junio 2020
Su vida ha sido la ganadería y a la que dedica todo su tiempo, como le sucede a su familia nativa del municipio de Paz de Ariporo -bien adentro del departamento del Casanare-. Villamil Torres, lleva el mismo nombre de su padre quien es un reconocido campeón de coleo y cantautor cuyo nombre artístico es “El azulejo del Llano”.
Este hombre de 35 años de edad, casado y con dos hijas, que ha vivido junto a su padre muchas jornadas de vacunación, actualmente apoya a la actividad transfiriendo su gran conocimiento en su hato, y también como coordinador regional de Fedegán-FNG en los departamentos de Arauca y Casanare.
Su característico dinamismo en el manejo de bovinos y el talante llanero condujo a CONtexto ganadero a hacerle una entrevista con el objeto de mostrar la gestión de alguien que dedica sus energías al mejoramiento de la ganadería.
Su diario existir lo basa en el crecimiento permanente de su hato, en la sanidad y en el bienestar animal, pero de manera simultánea, en la consolidación de tres actividades que revelan su capacidad de innovación y desarrollo en este renglón de las lejanas tierras de la citada región: un hato de cría de raza Brahman blanco; un núcleo genético trihíbrido, esto es, cruces entre ganado Criollo Casanareño, Miura y Senepol; y la introducción a esta cultura llanera de la cría de ganado bufalino.
“Nací siendo ganadero y llevo esta actividad en la sangre. Es una tradición familiar de varias generaciones. Me críe en el campo, incluso desde muy niño repartía la leche en el pueblo. Lo hacía a caballo y llevaba las cantinas amarradas a la silla de montar”.
Con gran añoranza recuerda muchas anécdotas, pero se refirió a una en particular con sus primos en la finca de su tía, ya que allí les gustaba sacar los becerros de los establos para comerse la sal blanca que le suministraban a estos animales como suplementación alimenticia.
Ahora transfiere su conocimiento a su hija de 13 años que desde muy pequeña ha estado en contacto con los animales de la finca, ya que además de ir de paseo a la misma, ayuda en el cuidado de los terneros y aprende a cabalgar, y lo propio hará con su otra hija que actualmente tiene 9 meses de edad.
La Entretención
Conoció el mundo del coleo del Llano y quería ejercer como veterinario especializado en equinos pero las circunstancias lo llevaron a dedicar su trabajo profesional en el área de los bovinos, de hecho durante su época de estudiante organizaba eventos de coleo, pero al graduarse de Médico Veterinario Zootecnista de la Universidad de los Llanos, dejó esta actividad para dedicarse a crear su propio negocio. “Inicié con el nombre de 'Ganadería la Entretención' en 2014 con el hierro debidamente registrado”.
De manera gradual se especializó en la cría de Brahman blanco, y por tanto, conserva las hembras y comercializa los terneros en el momento del respectivo destete. “Me clasifico en el rango de los pequeños ganaderos que tienen en su hato entre 50 y 100 cabezas”. (Lea: Biotecnología arroja grandes resultados en la ganadería casanareña)
Es de los que creen que el hato debe estar ordenado para controlar el origen familiar y la consecuente reproducción, por ello, separa los lotes de bovinos de acuerdo a seis factores: edad, preñez, paridas, vacías, novillas de levante y destetos, y los rota en los diversos potreros.
Siempre pienso en el confort de los animales, es decir, que el potrero tenga una zona inundable, un alto y árboles que les suministre la adecuada sombra.
El 80 % de la finca es sabana nativa. Los pastos más comunes son: el Rabo de Vaca, la Guaratara, Lambedora, Brachiaria Humidicola y Toledo. Aunque el mejoramiento de suelos y de pastos es costoso, aun así, lo hacemos.
Por la finca pasa el afluente del río Ariporo el cual también le brinda una vía de acceso fluvial, y mantiene en buen estado la galería boscosa del mismo. Actualmente tiene árboles diversos: Cañafistol, Flor Amarillo, Camagüey, Morichal, Acacias silvestres y Saladillo, entre otros.
Villamil aprovecha el ciclo de vacunación contra la fiebre aftosa para hacer un inventario del estado actual de su hato, y decidir qué animales destina a la comercialización.
Considera que el Casanare es una zona del país donde la comercialización es bastante buena. Tienen la subasta del municipio de Yopal cada ocho días -jueves de cada semana- y los precios se han comportado favorablemente. “Si el ganadero está pendiente del mercado y de los precios, se deben aprovechar los momentos de buen valor”.
A finales de mayo vendió una vaca gorda que promediaba los 356 kilogramos a $3.600 kilo en pie. “La costumbre es comprar vacas flacas livianas con más o menos 230 kilos a $2.600 el kilo en pie y se pastorean durante 4 meses hasta obtener entre 350 y 400 kilos, posteriormente, se venden a un precio mayor”.
Sin embargo, para vender sus bovinos debe movilizarlos hasta el municipio de Yopal, es decir, durante 8 horas en camión y lamentablemente en ese trayecto los animales pierden cada uno hasta 40 kilos de peso, esto es, algo más del 10 por ciento por cabeza.
Es una pérdida ocasionada por el estado de las vías. El gobierno hace mantenimiento en cada verano, pero es insuficiente y llega el invierno y se pierde. Son 250 kilómetros y solamente 150 son pavimentados, el resto son de trochas que se transitan solo en tractor.
Trihibridos
Pensando en ofrecer al mercado un bovino más estructurado, comenzó a aplicar un proyecto de mejoramiento genético con miras a mejorar el modelo de animal, pero igualmente su volumen e inventario. “Se trata del cruce de tres razas cuyo objeto es mejorar y unir las bondades de cada una: el Criollo Casanareño, Miura y Senepol, lo que en la jerga de la evolución reproductiva se conoce como trihibridos, para ello usa las hembras Criollo Casanareñas que cruza con toros de las dos últimas razas.
Su propósito es tener una línea genética nueva que mostrarle a la región y al país ganadero. Inicialmente en eventos regionales y luego, en los de cobertura nacional.
“Me gusta el Senepol por sus características de rusticidad para sobrevivir y ser productivos en medio de las condiciones de esta zona del Casanare, destacada por ser altamente inhóspita e inundable”.
Para ello utiliza un núcleo de hembras casanareñas que están padreadas con toros de raza Miura y Senepol. “Con este innovador programa ya logramos unas crías hembras y machos”.
El propósito de Villamil es aprovechar la rusticidad del Criollo Casanareño, la adaptación a la sabana inundable de la zona del Casanare, obtener mansedumbre y una mejor estructura y masa corporal. (Lea: Criollo casanareño tiene con qué dar la pelea en carne y leche)
Al hacer el cruce de las tres genéticas, espera obtener animales con mejor presentación, mejor color y mayor tamaño. “Los becerros criollos suelen ser delgados y su cuerpo es más aerodinámico y ágil, pero les falta tamaño y volumen”.
De acuerdo con Torres Corse, el ganado criollo lleva 400 años en Casanare, adaptado a vivir en zonas de alto fango donde se entierran de manera permanente, y también, a habitar en las orillas de los ríos en las matas del monte y en las montañas espesas.
Su aspiración es tener la rusticidad del Criollo Casanareño y mejorar la canal con el Senepol, que igualmente, parece presentar buena adaptación a las sabanas del Casanare.
Espera que el trihíbrido le permita resolver de manera simultánea, el bajo peso al destete. “Sucede porque no tenemos pastos mejorados y la suplementación es básica pues solo se hace con sal mineral al 6 %”. (Lea: Cifras demuestran que ganado criollo produce rentabilidad y ahorro)
Producción de Búfalos
Otro proyecto con el que innova en su proceder es la producción de búfalos, ya que actualmente en el departamento del Casanare no tienen la cultura de su cría. Tiene 200 hembras cuya rusticidad les permite adaptarse a las sabanas inundables de Paz de Ariporo.
Sostiene que en materia de natalidad, preñez y nutrición este animal rinde más que los bovinos, pero su comercialización es complicada en esta zona del país. (Lea: Búfalo macho de levante tiene alta demanda en el mercado)
Ofertó bovillas de 350 kilos menores de dos años y le ofrecieron el kilo en pie a $1.900 lo cual considero demasiado bajo. “Debería por lo menos costar lo mismo que un ejemplar bovino de esas características, es decir, $3.800 el kilo”.
Los búfalos son animales, dóciles y de gran mansedumbre, y si se tratan con paciencia, se comportan bien en materia productiva. Pero el Llanero no trabaja aún con estos animales y les tienen miedo.
“Queremos traer personal que sepa manejarlos y aprovechar su leche para transformarla en productos lácteos y aprovechar la constante y creciente demanda en el mercado nacional e incluso en el internacional”, destacó Villamil Torres.
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