Más de 5,3 millones de bovinos y bufalinos alcanza el II Ciclo de Vacunación contra aftosa, en su segunda semana
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Por - 19 de Septiembre 2016
Si bien muchos ganaderos creen que entre más vacas tengan en su hato, mayor será la producción, José Gregorio Pérez demuestra que es posible tener una actividad rentable con un pequeño número de animales. José Gregorio Pérez, es pequeño productor y campesino oriundo del municipio de Ragonvalia en Norte de Santander. Luego de un gran esfuerzo, tanto de su familia como propio, logró estudiar tecnología agropecuaria en el Instituto Superior de Educación Rural, Iser, de Pamplona.
La importancia del conocimiento Gracias a su excelente desempeño y luego de cursar el primer semestre obtuvo una beca por alto rendimiento académico. Una vez culminó con éxito su carrera y se graduó, tenía que tomar la decisión de cuál sería su próximo paso. (Lea: Es posible tener hatos ganaderos eficientes en espacios reducidos) A pesar de tener deseos de trabajar en una gran empresa decidió quedarse en su pueblo natal y administrar la pequeña finca ganadera de su padre, un hombre que todo la vida se dedicó a la actividad pecuaria y de quien heredó su amor por el campo.
"Yo soñaba con trabajar algún día con Fedegán o con el ICA, entidades de gran prestigio, pero las cosas no se dieron. Algunas personas me aconsejaron y me dijeron que era mejor hacer una vida productiva acá en la región y entonces empecé a trabajar poco a poco en la finca de mi papá", relató. Al principio fue complicado trabajar con su padre, debido a que este estaba acostumbrado a hacer las labores de una manera muy tradicional. Él venía cargado de conocimientos que eran totalmente ajenos a su progenitor. Aún así decidió mostrarle otras formas de hacer las cosas. Poco a poco y con resultados se fue ganando la confianza de quien le había contagiado el gusto por la ganadería, hasta el punto de convertirse en la cabeza de la pequeña empresa familiar. (Lea: 3 consejos para hacer de la ganadería una actividad sostenible) Sus múltiples facetas Este humilde campesino ha trabajado incansablemente para salir adelante y brindarle un mejor futuro a su familia. Además de ser ganadero, se desempeña como asesor técnico agropecuario de otras fincas del municipio, en donde aconseja y les demuestra a sus colegas cómo se puede ser rentable con un hato ganadero pequeño. En estos momentos también es concejal municipal, un compromiso que decidió aceptar pues considera que debe retribuirle mucho a su comunidad y a la región. "Yo quiero que las personas vean en mi trabajo, que de algo pequeño se pueden sacar experiencias exitosas. Deseo seguir en este camino, continuar innovando y demostrando que hay algunas cualidades o aptitudes que se deben explotar", sostuvo. Empresa familiar En la finca, José Gregorio, con la ayuda de su esposa, y de algunos trabajadores desarrollan 3 actividades: la producción lechera, elaboración de queso, y el cultivo de mora. (Lea: Informe: ¿Cómo implementar las Buenas Prácticas Ambientales en ganadería?) "Tenemos un hato lechero Holstein que hemos venido tratando de mejorar genéticamente con cruces y a través de la selección de los mejores ejemplares. Con esto ya estamos viendo la mejoría en la producción por vaca. Acá mismo procesamos la leche y la transformamos en queso", contó. Asimismo tiene en su predio un cultivo de mora, en el cual está trabajando de una forma muy orgánica. Este producto, así como el queso, son empacados para luego ser vendidos por su padre, en el mismo de municipio de Ragonvalia y en Chinácota. Producción ganadera A partir de los conocimientos adquiridos en su carrera, el productor empezó a implementar buenas prácticas ganaderas como la alimentación a base de pasturas, la división y rotación de potreros y las cercas eléctricas. Eso le permitió ver un mayor rendimiento de forraje. También decidió empezar a apostarle a la fertilización sin químicos y actualmente está avanzando en la conformación un banco de proteína. "Estamos dando un manejo sanitario diferente al tradicional. Se aplican las vacunas de rigor, es decir las de control oficial y se adoptó un pequeño plan sanitario de acuerdo a las estatus de cada animal. Tenemos un programa de desparasitación y aplicación de algunas vitaminas y minerales para complementar la ingesta de forraje de las vacas", explicó. (Lea: Toda finca ganadera requiere de un plan sanitario) Recursividad El pequeño empresario se dio cuenta de la importancia de la sal mineralizada como complemento perfecto en la alimentación del animal para generar una mejor y mayor productividad en el predio. Empezó a analizar las sales disponibles en el mercado y encontró que en la mayoría de los casos contenían altos niveles de yodo o sodio y tenían deficiencias en cuanto a la nutrición mineral. Por esa razón buscó una alternativa para suplementar esos requerimientos que fuera viable económicamente. Considerando que los costos de estos productos en el mercado son altos y que el precio que se paga por la leche no es el mejor, José Gregorio sabía que no podía invertir mucho dinero en insumos, por esta razón y gracias a diferentes capacitaciones a las que asistió sobre este tema decidió producir su propia sal. Sal mineralizada casera Como buen ganadero, él explicó que antes de entrar a producir la sal, es necesario revisar y determinar el estado fisiológico y la edad de los animales. (Lea: Sea recursivo para alimentar a los semovientes en temporadas de verano) Hay 2 tipos de sales, una para producción de ceba y otra para producción láctea, está última con una mayor concentración de calcio. La sal casera que produce este tecnólogo agropecuario es a base de fuentes naturales. El fósforo proviene de rocas fosfóricas y el calcio de la cascara de huevo. Una vez se tiene claro cuáles son las concentraciones de fósforo y calcio, se balancean las proporciones de acuerdo a las necesidades nutricionales que necesitan diariamente los bovinos, se procede a combinar los 2 elementos y se le agrega: sal yodada, sal de sodio y algunos sulfatos (magnesio, zinc, cobre y azufre). Por último se mezclan todas las fuentes hasta crear un producto homogéneo y se le adiciona melaza líquida para aumentar la palatabilidad. Desde que se empezó a utilizar esta sal casera en la finca, los índices productivos mejoraron considerablemente, la producción de leche por vaca pasó de 5 litros al día a 7 u 8, se redujeron los días abiertos, pasando de 150 días a 90, y la resistencia a parásitos también aumentó. (Lea: La importancia de la sal mineralizada en la dieta del ganado)
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