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Por CONtexto ganadero - 20 de Febrero 2023
Este fue un caso de la vida real. Jorge González tomó la decisión de su vida. En junio de 2004 llegó a un almacén de insumos, pidió un litro de Paration, un insecticida altamente tóxico, se sentó sobre en un bulto de fertilizantes y, ante la mirada atónita de los presentes, lo destapó y bebió su contenido.
De inmediato, el servicio médico del pueblo le salvó la vida al infortunado suicida, a quien luego la gente le acuñó cariñosamente el apodo de ‘paration’.
Otro caso infortunado sucedió en noviembre de 1967 en Chiquinquirá, a donde llegó un cargamento de harina de trigo contaminado al haberse roto una botella de Folidol que tuvo como resultado la muerte de 78 personas y 800 intoxicados.
Los casos de intoxicaciones por plaguicidas siguen presentándose en el país. Entre 2018 y 2020, el Instituto Nacional de Salud (INS) reportó un total de 23.139 casos, que incluyen los accidentes por la manipulación indebida, intoxicaciones accidentales y suicidios o intentos de suicidio no consumados por la ingesta de este tipo de productos.
Por año, la entidad indicó que en 2018 un total de 8.272 casos reportados correspondieron a intoxicaciones por plaguicidas. Para el 2019 la cifra fue de 8.155 y para el 2020 se relacionaron 6.712.
En 2021 se presentaron 6.159 casos, de los cuales 3.798 fueron intentos de suicidio con estas sustancias, mientras que en 2022 se registraron 6.515 casos totales, con 3.865 notificaciones de intento de suicidio, indicó el INS.
Ahora, no sólo los suicidios están a la orden del día por los usos indebidos que se dan a los plaguicidas. También se cuentan accidentes como derrames e incendios, lo mismo que intoxicaciones por errores en las labores de manipulación, como mezcla, aplicación incorrecta y en la disposición final de los residuos.
Los accidentes no solo involucran a los seres humanos, también los animales son víctimas fatales, ocasionadas por el hombre, regularmente al aplicar mayores dosis de las recomendadas.
En el reporte de INS, Intoxicaciones Agudas por Sustancias Químicas se indica que los plaguicidas ocupan el tercer lugar entre los casos de intoxicaciones, luego de los medicamentos y las sustancias psicoactivas, mientras que los problemas de salud y las muertes están asociados a la exposición laboral y a las intoxicaciones accidentales o intencionales.
Los plaguicidas pueden ingresar al cuerpo humano por varias vías, como la boca (oral), por inhalación (oler el producto) o por la piel (contacto directo), aunque usualmente los trabajadores del campo solo tienen claro el concepto de la intoxicación por la vía oral.
Ahora, las causas de intoxicación con plaguicidas puede ser voluntaria (suicidios), criminal (homicidios), accidental (por error, confusión o desconocimiento) y ocupacional (en su uso y manejo).
Por vía oral: o ingestión, se producen las consecuencias más graves, porque el producto entra en contacto directo con el organismo y se presentan intoxicaciones por causas como comer, beber o fumar con las manos (o guantes) contaminadas.
En general, se presentan por consumir alimentos contaminados en el almacenamiento, el transporte y por no tener en cuenta los plazos recomendados entre la última aplicación y la cosecha o por guardar alimentos o bebidas en recipientes que han contenido plaguicidas.
Los errores o confusiones se presentan al reenvasar estos productos en recipientes de alimentos y bebidas, pese a las intensas campañas para la disposición final de los plaguicidas y sus empaques. Otro caso se presenta cuando la persona que aplica trata de destapar (soplando) las boquillas o los filtros de los equipos.
Por vía inhalatoria: a través de las vías respiratorias se presentan efectos más rápidos y graves, pues se presentan intoxicaciones al aspirar los vapores o gases cuando se preparan mezclas, cargar los equipos y hacer aplicaciones en ambientes cerrados o con baja ventilación como bodegas o invernaderos o cuando se usan respiradores inadecuados o filtros contaminados.
El contacto con la piel es la vía más frecuente de intoxicación y ocurre por circunstancias como derrames o salpicaduras de productos concentrados, por exposición continua a la nube de aspersión o el uso de ropas o elementos de protección rotos o contaminados.
También, por tocarse la piel con los guantes contaminados (por ejemplo: para limpiarse el sudor o quitarse el respirador), los malos hábitos de higiene o carencia de ellos.
Vale la pena indicar que la piel es una buena barrera contra algunas sustancias, pero también puede absorber otras ciertas sustancias que entran en contacto con ella (por ejemplo las pomadas). Las formulaciones líquidas que contienen solventes, como los concentrados emulsionables, penetran más rápidamente que las formulaciones secas (como los granulados, polvos mojables o de espolvoreo).
Por último, tenga en cuenta la lectura juiciosa de las etiquetas de los productos y las advertencias descritas, así como la clasificación toxicológica: Categoría II: Altamente tóxico; Categoría III: Medianamente tóxico; y, Categoría IV: Ligeramente tóxico.
Más detalles sobre las intoxicaciones con plaguicidas en: Protocolo de vigilancia y control de intoxicaciones por plaguicidas.
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